Cada vez que viajo a
un lugar, primero investigo cuales son los jardines singulares del sitio, por
eso cuando estuve en Edimburgo –hermosa ciudad monumental-, no perdí la
oportunidad de conocer su jardín botánico.
The Royal Botanic Garden Edinburgh es todo un lujo para los amantes de las plantas, pues está compuesto por una carta parte de las plantas que actualmente se encuentran clasificadas. Allí se aprecia claramente, cómo en función de las condiciones climatológicas y edafológicas, una misma especie vegetal se desarrolla de forma distinta llegando a tener incluso importantes diferencias morfológicas.
Otro aspecto que
merece un análisis es el magnífico estado de conservación y mantenimiento. Es
cierto que el Jardín Botánico de Edimburgo cuenta con un mayor presupuesto para
estos apartados, pero también es cierto que ésta mejor valoración económica es
fruto de que los escoceses estiman y dan mucho valor a un espacio que comenzó
su andadura en 1.670, y que desde entonces ha realizado una importante labor de
investigación en plantas, hongos y, por supuesto, del paisaje.
10 jardines en 1
Que diferente es el
tiempo escocés del sevillano. Un día de agosto de allí es como uno de primero
de Noviembre aquí. No obstante, no me desagradan los días nublados –si no duran
mucho-, por lo que guardo un recuerdo muy agradable de aquel entrañable jardín.
O debería hablar de
jardines, porque el Jardín Botánico de Edimburgo se encuentra articulado en
varios jardines, recreando cada uno el paisaje adecuado al origen de las plantas
que lo componen. Un verdadero estudio del paisaje desde mi punto de vista.
Cryptogamic Garden: Desarrollado en la década de los 90,
esconde gran cantidad de helechos, hongos, líquenes y musgos. Aunque estas
especies son difíciles de criar, se han realizado trabajos de naturalización y
adaptación para poder crear este espacio.
Herbaceous Border: Es un muro vegetal de 165 metros de longitud,
ocupado por arbustos y bulbos capaces de mostrar colorido en diferentes épocas
del año. Para mantener en perfecto estado su esplendor, cada seis años se
regenera este espacio con una nueva plantación.
Glasshouse Experience: Por si solo este impresionante invernadero
de metal y cristal ya merece un análisis individual, pero si además añadimos el
importante valor botánico de las especies que se hallan en su interior, la
descripción se puede hacer interminable. Las especies que lo componen son
aquellas que no podrían vivir a merced del clima escocés debido su procedencia
es tropical. Se encuentra dividido en secciones o casas: La Casa de
Aclimatación, La Casa de las Plantas Acuáticas Tropicales, La Casa de los
Helechos, La Casa de la Orquídeas y Cicas, La Casa de las Palmeras Tropicales, La
Casa de Cactus y Suculentas, La Casa de las Plantas Acuáticas de Suramérica y
La Casa de La Turba.
Rhododendron Walk: Un monumento a las Azaleas. La entrada a
este paseo ésta precedida por un imponente Tilo retorcido. En su interior gran
variedad de Rododendros florecen en distintas épocas, dando color al camino en
diferentes momentos del año.
Rock Garden: Una de los jardines que más me impresiono
es el Jardín de Roca, un espacio que recrea un paisaje de tipo montañoso.
Cuenta también con una cascada y un pequeño rio. Las plantaciones se componen de especies arbóreas
cuyo origen geográfico es de alta montaña. También cuenta con especies
arbustivas adaptadas para introducir sus raíces en un medio rocoso, como por
ejemplo las Prímulas y las herbáceas hepáticas.
Pond Lawns: Es una zona de estanques que se nutre del
rio de Los Jardines de Roca. Posee plantas como Prímulas, Iris, Astilbes o Filipendulas.
Woodland Garden: Es la zona boscosa del Jardín Botánico de
Edimburgo y la preferida por sus visitantes para hacer una alto en el camino y
descansar. Impresionantes las enormes Sequoias Gigantes, el árbol vivo más
grande del mundo.
Peat Garden: Este jardín ésta formado por terrazas
superficiales, compuestas a su vez por bloques de turba. De esta manera se
consigue un suelo de pH menor a 4, que es la acidez apropiada para las plantas
que se desarrollan en este lugar. Son muy llamativas las Amapolas del Himalaya
(Menocopsis spp.), que florecen con
un hermoso color azul a finales de primavera o principios del verano.
Pringle Chinese: Otra zona singular. Con su mirador, su
puente y su frondosa vegetación, te transporta a un autentico jardín chino. Las
plantas que componen el conjunto han sido traídas de China desde principio del
siglo XX. Abedul, Bambú, Cotoneaster, Viburno y Rododendro son algunas de las
especies que habitan este agradable lugar.
Arboretum: Formado por árboles plantados por
estudiantes de agroforestales. Los arboles se encuentran agrupados por
familias: Populus, Acer, Rosaceae,
Prunus, Malus, Crataegus, Alnus, Corylus, Betula, Oleaceae y Fraxinus.
Algunas de las fotos
que realice aquel día…
Para más información sobre
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La verdad es que nos ha encantado el post, un bonito paseo y preciosas fotografías. Gracias por compartirlo
ResponderEliminarMe alegro de que os gustase. Un saludo amigos!
EliminarAcabo de ver este post y es un disfrute estas fotografías. Estuve en Edimburgo hace 2 años y todavía recuerdo el impresionante puente del Norte y las vistas al Old Town.
ResponderEliminar¡Gran post Jose Luis!