La noticia salto como
una bomba la semana pasada en los medios digitales: la flor había sido robada.
La Nymphaea thermarum, el nenúfar
enano ugandés, el más pequeño del mundo, cuyas hojas apenas alcanzan un
centímetro de diámetro, había sido el oscuro objeto del deseo de algún
desaprensivo, un exclusivo estudioso de la botánica o un simple enamorado.
Hipótesis, esta última, que no descarto pues no sería la primera flor que es substraída
por amor (Que me lo han contado. Yo nunca lo haría, eh!).
|
La flor robada (Nymphaea thermarum).
Fuente: RBG KEW |