29 de julio de 2014

Un jardín de cactus

Es curioso lo hermosa que es la flor de un cactus. Un claro signo distorsionador con respecto a ese cuerpo abrupto, todo lleno de pinchos y que no invita para nada acercarse a él. Como hermosa es la flor de la chumbera (Opuntia ficus-indica). Por cierto, planta que de acostúmbranos a verla crecer en bordes de caminos o linderos de fincas, nos pensamos que lleva aquí toda la vida. La realidad es que es una planta de origen americano y solo lleva unos siglos en España agasajándonos con su exquisito fruto y maravillándonos con su bella flor.

Chumbera (Opuntia ficus-indica)

La chumbera y otras plantas procedentes del otro lado del océano Atlántico se encuentran presentes en la zona de cactus del Jardín Americano de Sevilla. Agaváceas, mimosas y cactáceas como son asiento de suegra (Echinocactus grusonii), chilayo (Pachycereus marginatus), candelabro (Euphorbia candelabrum), yuca (Yucca aloifolia), pita (Agave americana), acacia espinosa, cuyo nombre científico (Acacia horrida) lo dice todo de las enormes espinas que presenta en ramas y troncos, o el algarrobo chileno (Prosopis chilensis Stunz), conviven en este espacio casi reservado a plantas procedentes de zonas áridas o que han desarrollado mecanismos naturales para evitar la pérdida de agua por los estomas de las hojas.

Cuando he escrito “casi reservado” estaba haciendo referencia a la incipiente invasión de especies vegetales procedentes de otras zonas del jardín debido a que el mantenimiento del Jardín Americano no es el óptimo deseable y, como es natural, la vida avanza imponiéndose unas plantas sobre otras.
Un jardín de cactus no solo es posible sino que además puede llegar a resultar muy llamativo  debido a que las cactáceas y agaváceas de forma natural crecen en condiciones desérticas y contrasta verlas en un jardín en latitudes diferentes.

Centrándonos en los cactus, la característica común que presentan es un tejido pulposo que les permite almacenar agua tanto en las partes aéreas como en las que se encuentran enterradas. Esta capacidad para conservar el agua los convierte en especies vegetales capaces de soportar grandes periodos de sequía.
En el jardín los cactus no requieren muchos cuidados, solo necesitan estar situados en zonas soleadas, protegerlos de las heladas y proporcionarle un sustrato bien drenado. Estos puntos son importantes porque las manchas oscuras que aparecen en los cactus son producidas habitualmente por el exceso de agua del suelo que provoca la asfixia radicular y por el frío.

Si proporcionamos sol en abundancia, altas temperaturas y poco riego a finales de abril y principios de mayo, conseguiremos ver flores de brillantes colores de los cactus al acabar la primavera.

Pero para que la belleza del jardín de cactus no resida únicamente en la que nos otorgue su propia naturaleza, podemos ayudarnos del diseño para crear un espacio en equilibrio. Seguro que muchos habréis visto en internet la terraza del Museo J Paul Getty, un jardín de cactus que contrasta con el paisaje urbano de fondo en la ciudad norteamericana de Los Ángeles. Este diseño se compone de una retícula donde los elementos vegetales se repiten y quedan estratificados en tres niveles. El primero y más bajo formado por asiento de suegra (Echinocactus grusonii), el segundo con porte intermedio está compuesto de pita (Agave americana), y para finalizar el último de porte más alto lo forma chilayo (Pachycereus marginatus). Es un espacio simple, formado por una única combinación de tres especies; proyectado de tal manera que perezca que está dispuesto al azar pero manteniendo una proporción equilibrada en cuanto a la cantidad y su disposición sobre la superficie. Un paisaje que engloba especies del paisaje local y que se dispone con armonía. Un jardín de cactus que no deja indiferente.

Terraza de cactáceas Museo Paul Getty. Fuente imagen: Pablo Medina Uribe/Flickr 
Yo no he tenido la suerte de viajar a Los Ángeles a contemplarlo in situ, pero si he podido visitar el Jardín Americano que a pesar de no atravesar su mejor momento y de que muchas especies que lo componían han desaparecido, no deja de tener un importante valor botánico. He realizado un vídeo de la mañana que pasé allí y, entre cactus, tuve la suerte de grabar a un abejorro (Xylocopa violácea) polinizando la flor de una yuca. Mi primer video protagonizado por un insecto. Espero que os guste.
                        
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3 comentarios:

  1. A mi la verdad esque siempre me hubiera gustado tener un pequeño espacio de cactús en casa. Pero no es el genero de plantas que mejor se me de, asique al final los que tengo están en lugares de la casa donde se me olvida más regar. Mezclandose muchas veces entre todas las suculentas que andan por la terraza.
    Al final también queda un equilibrio interesante, no el más bonito, pero si llamativo.

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    1. La belleza es algo tan subjetivo y cuando hablamos de plantas hasta cambiante según la época o característica concreta. En un nuestra profesión siempre es bueno conocer que nos puede ofrecer cada especie para llevarlo después al terreno de lo práctico del paisajismo. Tu eres un gran conocedor del Real Jardín Botánico de Madrid y no me negaras que el invernadero de las cactáceas llama la atención y es singular. Un abrazo Miguel.

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  2. He entrado en el enlace y me ha llamado poderosamente la atención. Salvando las distancias, me recuerda al "Desert Garden" de los jardines botánicos de la Huntington Library. Ya os sigo en twitter para estar enterado de las últimas noticias. Gracias por la información Raúl. Un saludo.

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