5 de enero de 2015

Colores distintos y formas diversas… Berberis

Existen plantas que tienen una misión muy concreta en un jardín. Una característica singular que le confiere particularidad suficiente como para darle cierta función destacada pero que, según mi criterio, hay que abusar solo lo justo para no crear una relación con el ambiente recargada o distorsionada. Una de estas plantas que me encanta es el Agracejo rojo, poniéndonos científicos Berberis thunberbii atropurpurea.
Agracejo rojo (Berberis thunberbii atropurpurea)

El nombre de las plantas es una cuestión local muy particular. En mi caso a esta planta siempre la he llamado berberis así que seguiré dándole este nombre, lo cual no deja de ser un debate interesante el tema del nombre local que le damos a las plantas pues en otras ocasiones me lo habéis comentado.  

¿Qué hace al berberis singular para nuestro jardín? Ese efecto rojizo en sus hojas como producto de las antocianinas, los pigmentos encargados de proporcionarles color rojo, púrpura o azul. Este arbusto es algo así como tener una pizca de otoño permanente en el jardín. Normal que su origen sea japonés y se encuentre asociado en la memoria colectiva a los jardines del país asiático.

Aquí en España su cultivo resulta muy fácil por ser una planta que soporta bien las altas temperaturas estivales. Una vez más, son sus hojas las encargadas de hacerla una planta tan rústica, por lo reducido de su tamaño, por la capa cérea que las recubre, que evita la salida de agua y por consiguiente su perdida.
En el jardín la podemos utilizar para setos en pequeños grupos y en borduras, eso sí, recuerdo que lo ideal es no utilizarla en exceso porque según mi experiencia, aunque da esa nota de color, puede con el tiempo provocar sensación de monotonía visual y, aunque es cierto que los gustos de una zona verde dependen del usuario, un jardín no debe dejar de ser un lugar que busque una experiencia agradable.

También es un arbusto que permite hacer podas con algo de topiaria por su follaje tupido, por lo que es fácil encontrarlo formando setos con volúmenes geométricos. Una cualidad más que podemos apuntarle a esta planta que aun siendo resistente y rústica no tiene que estar encorsetada en un único estilo de jardín, sino que puede abarcar algo más, no encontrarla solo en jardines de aspecto natural, y entrar a formar parte de la composición de un jardín de estilo más clásico. La planta que utilicemos no tiene por qué estar reñida con el estilo que queramos darle a nuestro jardín.    

Para finalizar no puedo dejar de mencionar la variedad enana (Berberis thunberbii atropurpurea nana) tal vez más usada incluso que la variedad normal para zonas verdes, y otra variedad muy utilizada para setos más altos, Berberis Ottawensis. Por supuesto, existe el agracejo común (Berberis thunberbii), que tal vez no posea esas hojas de color rojo intenso permanentemente, pero que en cambio tiene unas bayas de color anaranjado característico y unas inflorescencia primaveral amarilla que pueden dar más color al jardín cuando llega la época de fructificación y floración.   
  

   
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