Saludando al casi siempre
radiante sol sevillano, así las encontré.
A las rosas me refiero, esas que abundan en los parterres de la Plaza de América en el Parque de María
Luisa. Las flanquean dos museos, lógico porque ellas mismas son obras de arte,
de lo natural y de lo humano, figuras vivas modeladas por el jardinero que tuvo
la visión de ver más allá y de la naturaleza que les confirió esa forma, ese
color, ese aroma.
Rosaleda Plaza de América con el Pabellón Mudéjar de fondo |