24 de abril de 2015

Si desaparecen las flores…

Es curioso hacia donde te lleva la paternidad. Cuando creías que muchas cosas ya no iban contigo vuelves a reencontrarte con tu niño interior. Un buen día te descubres jugando de nuevo con canicas, corriendo la vuelta ciclista con chapas, dándole vueltas a un yo-yo o haciendo girar la peonza.

Abeja (Apis mellifera) Fuente imagen: wikimedia commons  

Hasta los dibujos animados son los mismos de antes pero no lo son. Es una sensación extraña, la verdad. Pero hoy en día parece que todo se reinventa. Ves a las Tortugas Ninjas, la Abeja Maya, el Correcaminos y su némesis el Coyote… mejorados, con gráficos poligonales y en 3D. Todo un descubrimiento o no. No sé. Si sé que la cosa comienza a hacerse preocupante cuando Pocoyó, Pepa Pig, Bob Esponja y Patricio Estrella comienzan a ser tus influencias vitales.

El caso es que entre las nuevas aventuras animadas que he redescubierto está la película Bee Movie. En esta peli la abeja protagonista decide montar una pequeña revolución obrera, con juicio mediático incluido, que finaliza cuando las abajas deciden descansar de su trabajo. El resultado es que al no producir miel, no existir la consiguiente polinización, el mundo se vuelve gris, triste y desolado. Un mundo sin flores.
Es solo una película de dibujos animados que acaba bien para satisfacción de padres y niños. El punto negativo lo he encontrado en recientes noticias que he leído y que pueden convertir la simpática aventura de una abeja animada en una película muy real pero de terror.

El uso continuado de plaguicidas de tipo neurotóxico ha mermado la población de estos insectos en un 30 o 40% en los últimos años. Esto es debido a que estos productos químicos afectan a sus sistemas de orientación, haciéndolas incapaces de encontrar el camino de regreso a las colmenas.

Además de un mundo sin flores, nos encontramos ante una perspectiva agrícola también preocupante, pues la tercera parte de los cultivos necesitan de las abejas para cumplir con su función productiva. La desaparición de las abejas supondría un descenso de gran parte de los productos provenientes del campo y que consumimos.

Las abejas son insectos con una marcada estructura social que se divide en reina, obreras y zánganos, conjunto al que denominamos comúnmente enjambre. Su cuerpo es velludo, característica que les permite cargarse eléctricamente haciendo que las partículas de polen se adhieran a su cuerpo para que sean trasportadas hasta otras flores realizando así la polinización.

Sus dos pares de alas les permiten volar recorriendo largas distancias y sus antenas, que equivalen al órgano olfativo, les permiten reconocer las flores que van a polinizar y encontrar el camino de vuelta a la colmena. Claro que si este sistema de orientación se ve afectado por el uso de los productos neurotóxicos, el regreso no se produce y la abeja acaba desfallecida en la búsqueda, perdida.  

Con las abejas espero que no me pase como con las libélulas, las cuales las vi desaparecer porque se vio afectado su lugar de reproducción, las aguas tranquilas de zonas lacustres, aunque después volvieron a aparecer. Las libélulas tienen su importancia en la lucha contra plagas sin usar productos químicos, pues son depredadores naturales. Y no son las únicas que constituyen la fauna auxiliar que ayuda a controlar las plagas que aparecen tanto en cultivos como jardines, ya sean porque las depredan o porque las parasitan.  
     
Volviendo a las abejas, también he leído recientemente un estudio realizado por investigadores de la Unión Europea atribuyendo la desaparición de las abejas a que el invierno 2012-2013 fue particularmente frío, además, los mayores índices de mortalidad se dieron en las regiones europeas situadas más al norte.

Este estudio ha sido revelado como mucho más optimista. No sé el porqué. Por un lado, las abajas siguen desapareciendo ya sea por el frio o por los plaguicidas, lo cual el peligro de que dejen  de realizar la polinización sigue ahí. Por otro lado, sigue sin desvelarse en que proporción los insecticidas neurotóxicos han influido en su desaparición.

Por eso yo creo que lo realmente importante de esta noticia es que hay que tener muy presente el beneficio y la importancia que tienen las abejas. Llamar la atención sobre los productos que pueden afectar gravemente a su población, seguir realizando estudios y, si es necesario, retirar estos productos. No querría encontrarme la película de dibujos animados transformada en una película de terror. Quisiera volver a jugar en el parque o en el jardín, como hacia cuando era un niño y ahora hago como padre, a las canicas, la peonza o el yo-yo sin encontrarme en un mundo gris, triste y desolado. Un mundo sin flores.

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