Bajo una enorme
fotografía en blanco y negro con algún motivo sevillano, así la recuerdo. Imágenes
que en unas ocasiones retrataban al Rio Guadalquivir, la Torre del Oro y
almacenes ya desaparecidos, en otras ocasiones retrataban la Plaza de España y,
por supuesto, la fotografía que más me gustaba, el cenador romántico del lago
de los patos en el Parque de Mª Luisa. Fue la reina de las plantas de interior,
te recibía a la entrada de toda comunidad de vecinos que alardease de
sevillania. Se convirtió en la nota de color bajo aquellas fotografías poco
nítidas y desgastados bordes, los cuales, roídos, habían quedado atrás por el paso
del tiempo. Durante décadas la Sansevieria era el único el obstáculo que se interponía
entre las viejas imágenes cada vez que me acercaba para descubrir algún detalle
oculto en la historia de Sevilla.
Sansevieria
trifasciata
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