27 de agosto de 2015

Sansevieria, Crotons y otras plantas de interior

Bajo una enorme fotografía en blanco y negro con algún motivo sevillano, así la recuerdo. Imágenes que en unas ocasiones retrataban al Rio Guadalquivir, la Torre del Oro y almacenes ya desaparecidos, en otras ocasiones retrataban la Plaza de España y, por supuesto, la fotografía que más me gustaba, el cenador romántico del lago de los patos en el Parque de Mª Luisa. Fue la reina de las plantas de interior, te recibía a la entrada de toda comunidad de vecinos que alardease de sevillania. Se convirtió en la nota de color bajo aquellas fotografías poco nítidas y desgastados bordes, los cuales, roídos, habían quedado atrás por el paso del tiempo. Durante décadas la Sansevieria era el único el obstáculo que se interponía entre las viejas imágenes cada vez que me acercaba para descubrir algún detalle oculto en la historia de Sevilla.

Sansevieria trifasciata, planta de interior
Sansevieria trifasciata

20 de agosto de 2015

Girasoles en los campos… y en el jardín

Los viajes a la playa cuando era niño eran mucho más largos que en la actualidad. Lo que por aquel entonces se convertía en una interminable odisea insufrible para mi impaciencia pueril, ahora lo recuerdo con añoranza; viejas historias que las carreteras de circunvalación han borrado, como ha desparecido del trayecto la imagen de muchos pueblos por los que había que pasar hasta el destino final. Dos hermanas, Los Palacios, Las cabezas, Lebrija, Trebujena, Sanlúcar,…, aquella parada de obligado cumplimento para desayunar, tras salir a primera hora de la mañana con la fresquita. El aire acondicionado acabó con aquellas salidas vespertinas pero aún así hay muchas cosas que el paisaje aún conserva.

Toro Osborne en Las Cabezas de San Juan
Toro Osborne en Las Cabezas de San Juan 

11 de agosto de 2015

Viejos conceptos muy actuales: la pared ajardinada

La relatividad en la definición de conceptos hace que lo que un momento de la historia nos parecía moderno en la actualidad nos parezca obsoleto, a pesar de que lo antiguo, más simple, posea mayores prestaciones que lo moderno. Esta singularidad hace complicado denominar a un jardín vertical de esta forma cuando se encuentra carente de la tecnología  actual que caracteriza a esta nueva forma de entender la jardinería. Dejémoslo en muro vegetal o pared ajardinada aunque al resultado final consista en una superficie vertical sobre la que se desarrollan plantas.

Pared ajardinada en el Jardín Americano de Sevilla

6 de agosto de 2015

Un oasis para escapar del calor

Aquello que tenemos más próximo, siempre presente y rutinario, muchas veces desaparece de nuestra vista. Lo valoramos sí, pero lo hacemos tan cotidiano, que un buen día se vuelve como respirar, haciéndose necesario, imprescindible, un acto mecánico y, a la vez, no nos damos cuenta de que lo obviamos. A mí me ha ocurrido lo mismo con los jardines que rodean al Real Alcázar de Sevilla, tantos años escribiendo un blog sobre jardines y nunca le he dedicado un post a uno de los lugares más emblemáticos de mi ciudad.

Bajo la sombra de un naranjo en el Alcázar de Sevilla

3 de agosto de 2015

Siempre estuvo aquí: Araucaria

Me han acompañado 120 kms como “polizones” en el limpiaparabrisas. Cosas de dejar aparcado el coche bajo una Araucaria heterophylla y cosas de que esta misma posea unas acículas coriáceas acabadas en pequeñas puntas, ideales para permanecer pegadas a multitud de materiales con fuerza. También tengo que reconocer las hojas de la Araucaria despiertan en mi subconsciente una simpatía especial, provocada por los recuerdos de otra  que existió en el patio de mi abuela, cuyas hojas marrones al caer se acumulaban sin permitir ver la grama que crecía al inicio del tronco. Aquellas hojas caídas me servían de improvisado juguete cuando era niño, así que no importó que las de mi coche se quedaran allí, despertando una leve sonrisa cada vez que se mecían suavemente con el viento.

Corteza “Reptiliana” y hojas de una Araucaria