El jardín es arte y el
arte se puede manifestar en el jardín. La línea que separa ambos conceptos
pierde total nitidez en innumerables ocasiones, tanto, que no es complicado que
exista una intimidad casi erótica entre jardín y arte en todos los espacios
verdes en que se encuentran vinculados ¿Cuántos jardines relacionados con
pintores hemos mencionado en este blog? ¿Cuántos nenúfares flotando sobre lagos,
pérgolas floridas o abundante vegetación han sido retratados para la posteridad
por el trazo del artista pintor? ¿Cuántas obras de arte se exhiben sin pudor en
los jardines?
Mariposas en Madoo Garden
A Madoo Garden le ocurre igual que a otros muchos grandes jardines,
como pueden ser el Jardín Majorelle o
el Jardín de Monet en Giverny, que
nace del talento y la imaginación de un artista, Robert Dash y que convierten la naturaleza artificial, la sutil disposición
de unas plantas sobre el terreno, en fuente inagotable de inspiración. No es
nada nuevo transformar en arte la irresistible manía que tiene el ser humano de
someter a la naturaleza dentro de un orden regio; claro que la naturaleza siempre
ayuda comportándose como una niña traviesa de irreverente desparpajo, siendo
espontánea, cambiando todo de sitio, sacando al ser humano de quicio en unas
ocasiones y, en otras, capaz de regalar una sonrisa con forma de hermosa flor,
bello paisaje o una pintura trasmisora de emociones sin igual. Una cal y otra
de arena. Un batalla en la solo hay
vencedores, una por imposición, los otros por la gratificación de contemplar el
jardín hecho arte.
Las pinturas de Robert Dash, demuestran un poco de esa relación
amor/odio que existe entre el ser humano y la naturaleza. Un entramado de
trazos de colores que unas veces se muestran vivos y dispersos, en cambio,
otras veces aparecen serios y centrados, evocando la caprichosa puesta en
escena de la naturaleza del jardín. Madoo Garden tiene ese mismo descaro a la
hora de presentarse como espacio ecléctico, aunque a mí esa palabra me parece demasiado
rigurosa y técnica para emplearla en un jardín de estas características. Creo
que es mucho más apropiado utilizar un término carnavalesco, como es popurrí
de espacios ajardinados mezclados en armonía. Cuarenta años de historia y casi
una hectárea de terreno donde se sucede un jardín ingles estilo Tudor, otro renacentista,
otro de estilo griego, así como, el jardín de estilo oriental. A todos estos
espacios hay que añadirle el espíritu indígena de The Hamptons en el Estado de
New York, por la vegetación nativa que crece en él, plantas de flores llamativas
que se funden con los atrevidos colores que decoran barandillas, puertas y
ventanas en las rústicas edificaciones que posee el conjunto.
Pero los jardines, además de artísticos, son
también sociales. Madoo Garden se abre al público viernes y sábados ofreciendo
una gran variedad de eventos en los que es posible participar destacando las
actividades con niños, representación de obras de teatro y las clases de
pintura. Como vemos, arte y jardín siempre vinculados hasta en una expresión artística
moderna como son las películas. Termino mi visita por Madoo Garden con un video
de YouTube donde Robert Dash nos habla del jardín, su historia y el vínculo que
une a ambos.
Bosquecillo y topiara en Madoo Garden
Cenador en Madoo Garden
Madoo Garden
Edificaciones de Madoo Garden
Construcciones en Madoo Garden
Espacios en Madoo Garden
Formas y figuras vegetales
Podréis encontrar más
información sobre Madoo Garden aquí.
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