17 de agosto de 2016

Pandorea, tecomaria, bignonias y otras trepadoras

Una de mis pasiones desde que tengo uso de razón es la de pasear a ser posible por zonas campestres, normalmente en silencio y solo, pero como la familia crece, en los últimos tiempos lo hago con mi hijo quien disfruta en nuestro caminar de todos los animales de granja que observamos, especialmente los equinos. En su corta edad, ya posee experiencia montando a caballo, cogiendo los huevos que ponen las gallinas y ordeñando cabras, por eso me acompaña cuando doy mi paseo entre las escasas parcelas agrícolas que quedan cercanas a los chalets pareados donde estamos pasando el verano, más próximas a fincas de entretenimiento que a explotaciones hortícolas de agricultores que, retirados de forma activa, han vendido tierra a cambio de invasión inmobiliaria. El hijo se entretiene llamando la atención de los caballos y ponis que habitan algunas parcelas, mientras que yo, su padre, se le van los ojos detrás de las plantas ornamentales que engalanan las suntuosas casas ajardinadas que los rodean. 

Jazmín de Madagascar (Stephanotis floribunda)

Últimamente he visto como el Jazmín de Madagascar (Stephanotis floribunda), comienza a abundar entre las pérgolas de entradas en muchos patios y jardines de los chalets de la Costa Noroeste de Cádiz.  No dudo que luce espectacular. Observo como poco a poco va ganado terreno a otras trepadoras que llevo conmigo en el recuerdo desde mi infancia en casas parecidas, sino son las mismas, pero todas adyacentes al mismo mar. Un claro reflejo de que la jardinería y los jardines nos son ajenos a las modas. Si cuando era pequeño abundaban las Podranea ricasoliana y la Pandorea jasminoides, por aquella época englobadas en las llamadas Bignonias, ahora son esquivas entre los amantes de la jardinería y de quién quiere crear una pantalla vegetal con la que aislar su hogar del exterior. Más frecuentes son las Ipomeas, ávidas de ocupar gustos y espacios para extenderse siguiendo la línea que les marca su carácter agresivo e invasor, a pesar de la hermosura de su flor que podemos encontrar en esos ordinarios tonos azules, púrpuras y blancos. Cada vez son más los jardineros que claman ante esta trepadora de crecimiento rápido y mantenimiento riguroso.

Como es lógico, quién tuvo retuvo, y todavía se pueden encontrar muchas Bignonias, pues sus flores siguen poseyendo esa belleza que las hicieron tan populares en los años ochenta,  pero en menor cantidad. Los colores de sus flores pasan por tonos pastel desde el blanco, al rosado, lila,… pero de brillo más apagado, muy diferente del estridente color de las flores de Ipomeas y, por supuesto, mucho menos llamativos que el fuego salido de flores como las que portan Tecomaria campsis y Pyrostegya venusta, muy de moda años seguidos tras la caída de las bignonias, aunque todas pertenecientes al mismo grupo de trepadoras que de un modo u otro, en nuestro subconsciente, queremos buscarle semejanzas con nuestro jazmín de toda la vida. 

Supongo que nos pasa a todos, a mi el primero, tratamos de familiarizar cada objeto y cada ser vivo cuando lo ordenamos y clasificamos transformándolo en algo más cercano, más nuestro. Todas estas plantas llevan como el común de los nombres Jazmín del Cabo, Bignonia de Invierno, Bignonia Rosada y Bignonia Blanca hasta llegar a la planta que da  comienzo a estas líneas, el Jazmín de Madagascar. Una relación de nomenclaturas quizás no tan nítida en lo botánico con el jazmín común, pero si mucho más cercana en el uso que damos a estas plantas en el jardín, cubrir de vegetación un muro o una pérgola, servir de pantalla acústica y visual con el exterior o, simplemente, embellecer con una amplia gama de flores y colores un espacio exterior. La flor y el color, valga la redundancia, dependen de los gustos del jardinero o jardinera, podemos desear algo más clásico, discreto y elegante, como pueden ser las Bignonias, los tonos ígneos, llamativos e intensos, de las flores de T. campsis y P. venusta o dejarnos llevar por las nuevas tendencias en decoración con plantas ornamentales y optar por el blanco lechoso del Jazmín de Madagascar. Sobre gustos… 

Bignonia Blanca  (Pandorea jasminoides)

Bignonia Rosada (Podranea ricasoliana)  

Bignonia de Invierno (Pyrostegya venusta)

Jazmín del Cabo (Tecomaria campsis)

                
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Gracias por perder unos minutos de tu tiempo leyendo este post.

1 comentario:

  1. gracias !!! interesante y valioso informe sobre los jazmines. Existe una variedad que por aquí la denominan "caballero de la noche", dizque de origen hindú. A ver si más adelantes nos ilustras sobre ello. Tiene un aroma muy exquisito y al caer la tarde abre sus pétalos. Mi hermana tenía uno que era de maravilla... !!! Gracias una vez más por el informe. Saludos.

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