8 de noviembre de 2017

Trepadoras para un muro

Ahora que de improviso se ha instalado el frío (veremos cuánto dura), me vienen a la cabeza imágenes de corte más otoñal. Quizás de plantas que cubren someramente un muro, el material no importa y el lugar bien podría ser un paisaje de la sierra o un jardín de estilo rústico. El utilizar trepadoras para tapar paredes es un recurso muy común en el diseño de jardines, en unas ocasiones porque no gusta la pared y la queremos tapar, en otras ocasiones para integrar el muro dentro del conjunto del jardín y mimetizarlo con el ambiente.

Hiedra (Hedera helix)
Hiedra (Hedera helix

Las trepadoras son plantas que no necesitan mucho volumen de sustrato donde desarrollar sus raíces y tampoco suelen requerir una cantidad elevada de agua de riego. Podemos decir que son austeras y resistentes. El nombre “trepadora” se lo han ganado por la capacidad que poseen para escalar muros de varios metros de altura, aunque difieren entre ellas en el método que emplean para conseguirlo. Las hiedras, por ejemplo, utilizan pequeñas raicillas aéreas que van dejando ancladas en la superficie de la pared. Por esta circunstancia son también de muy fácil propagación. La parra virgen o las buganvillas, en cambio, utilizan hojas o tallos modificados en nuevos órganos y que les sirven para ir avanzando en altura por el muro. Las primeras utilizan los llamados zarcillos y las segundas clavan espinas en la pared. Finalmente, encontramos trepadoras como el jazmín que presentan tallos flexibles con la capacidad de entrelazarse y enrollarse en cualquier saliente que pueda encontrar a lo largo del ascenso.

Las plantas trepadoras no solo sirven para tapar paredes, vallas o muros, pues también se utilizan para cubrir columnas y troncos de árboles, siempre y cuando, no se cree una competencia por los recursos entre ambas especies vegetales. Pero puede ocurrir que el árbol que deseemos cubrir se trate únicamente de troncos y ramas sin vida. En este caso, las trepadoras nos pueden servir para cambiar el aspecto de árbol muerto por otro elemento del jardín dotado de vitalidad, dinamismo y movimiento. La capacidad de crecimiento rápido que poseen las plantas trepadoras y otros atributos como son belleza y aroma de las flores, contribuyen a la revitalización que volverá a poner en valor ornamental el árbol que deseamos recuperar para el diseño del jardín.

La elección de las trepadoras más apropiadas, como el resto de especies vegetales, dependerá de la zona climática donde se ubique el espacio verde que vamos a poblar con nuevas plantas. Aunque es cierto que las especies trepadoras normalmente presentan una gran capacidad para soportar condiciones difíciles de cultivo.

El hecho de la enorme resistencia que poseen las plantas trepadoras, puede ser motivo de incremento del mantenimiento y cuidados del jardín. Las podas deberán ser frecuentes para poder mantenerlas a raya sin invadir espacios que no les corresponden o podemos optar por cultivar variedades enanas como ficus pumila cuyo desarrollo no es tan desproporcionado. Las ventajas que obtenemos para el jardín de ellas son múltiples y una vez instaladas se aclimataran rápidamente al nuevo ambiente produciendo un efecto positivo casi inmediato en el conjunto del espacio verde. 
              
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