27 de febrero de 2018

Geoffrey Jellicoe y el paisaje humano

Empezaré por el final. Pero comenzar desde atrás está completamente justificado, pues para el arquitecto paisajista Geoffrey Jellicoe su obra póstuma, Moody Garden en Texas, supuso el sumario de toda una vida de trabajo. Un jardín que no necesitó ver terminado, pues en la mente del británico se reproducía con exactitud todos los jardines que había ideado y, en ese lugar escondido de su imaginación, había recorrido cada uno de aquellos rincones verdes que ahora disfrutamos, hechos realidad, todos nosotros.

Pirámide en Moody Gardens

A pesar de que G. Jellicoe nunca estuvo muy convencido de dedicarse al diseño de jardines, lo cierto es que ha terminado siendo uno de los iconos del paisajismo del siglo XX, convirtiéndose en referencia para las generaciones posteriores de diseñadores de jardines. Su aterrizaje en el paisajismo fue casual. Arquitecto de profesión, en 1923 tras asistir a unas ponencias cuando aún era estudiante, uno de los conferencistas comentó que hasta la fecha no se había escrito nada sobre los jardines italianos del siglo anterior. Así, junto a su compañero J. C Shepherd, recorrieron toda Italia para estudiar los más famosos jardines del país. El resultado de esta primera aventura, fue la escritura compartida con Shepherd del libro titulado “Los Jardines Italianos del Renacimiento”. Publicado en 1925 es considerado en la actualidad libro de culto. 

Alternando el diseño de espacios vivos, el urbanismo y la arquitectura, Jellicoe creó un gran número de jardines que han pasado a engrosar la lista de patrimonio verde mundial. Así pues, construyó numerosas edificaciones para organismos públicos y empresas privadas,  tanto en Reino Unido como en otros países. Tras la Segunda Guerra Mundial, pasó varios años en Zambia trabajando en escuelas, hospitales, aeropuertos y hoteles. Fue esta una época muy prolífica en cuanto a urbanismo se refiere, pues elaboró los planes para Guilford, Wellington y el centro de Gloucester, siendo el más importante de todos  el Plan Maestro para Hemel Hempstead. Puede que no todas sus ideas para transformar las ciudades en lugares más agradables fueran ejecutadas, pero si fue capaz de transmitir la importancia de crear un nexo de unión entre la ciudad y la naturaleza a través de la creación de singulares parques y jardines públicos que han constituido un oasis en medio del asfalto.

Fue uno de los primeros arquitectos paisajistas que atendió consultas relacionadas con la integración del medio urbano con el medio natural, circunstancia que se convirtió en habitual a lo largo de su carrera. Jellicoe entendía que la belleza era una poderosa fuerza y llegó a la conclusión de que los diseñadores de jardines, y dando un paso más allá, los urbanistas, podían reflejar ésta belleza atendiendo al área donde se ubica el jardín y a la cultura local de la gente que lo disfruta para poder conectar con sus necesidades, sus actividades, sus usos y, por qué no, con sus sueños y así “plantar” de alguna forma elementos casi oníricos.

A la edad de 80 años, Jellicoe para nada se retiró e, incluso, su actividad laboral se vio incrementada, siendo requerido para crear jardines en muchos lugares del mundo entre ellos Moody Garden. La misma noche de su visita a Texas, desarrolló una serie de dibujos planteando lo que sería el futuro jardín. Las ilustraciones fueron muy clarificadoras de lo que sería el futuro jardín, con dibujos llenos de colorido y en los que se apreciaba el uso de plantas y arquitectura como medio de conexión entre historia de la humidad, así como, lugar de esparcimiento, educacional y comercial. En la actualidad, los visitantes pueden recorrer el Jardín del Edén, pasado por un Jardín Egipcio, luego uno romano y así sucesivamente a través de casi 5000 años de historia de 15 culturas desde Oriente a Occidente.     
       
Curiosamente, como otros muchos paisajistas, Geoffrey Jellicoe fue muy prolífico escribiendo libros sobre paisajismo y jardines.  En 1975, se publicó The landscape of human (El paisaje del hombre), que escribió junto a su esposa Susan. Este texto fue el precursor de Moody Gardens, pues Jellicoe expuso sus ideas sobre el paisaje y la capacidad de transmitir el reflejo de las civilizaciones que lo ocupan o lo han ocupado. Quizás, la reivindicación no solo del paisaje humano, sino también de que el ser humano se encuentra irremediablemente unido al paisaje que habita.  

Piscina en Moody Gardens

Rio en Hemel Hempstead
Kennedy Memorial Park 

Fuente del Kennedy Memorial Park 

Fuente imágenes: wikimedia commons   

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