Desde los inicios de la botánica, los nombres que se les daba a las
plantas han sido muy variados en función del lugar donde se cultivase. Una
misma especie vegetal podía llamarse de forma distinta en un país o en otro, e
incluso, dentro de la misma región poseer a su vez varias nomenclaturas. Tuvo
que venir el naturalista y científico sueco Carlos Linneo para establecer una
ordenación igual en cualquier lugar del mundo. De esta forma nació la
nomenclatura latina de todos los seres vivos del planeta.
Margarita africana o Dimorphotheca ecklonis o Osteospermum ecklonis
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