2 de octubre de 2018

El Jardín japonés de Buenos Aires


Nos fascinan los jardines japoneses. Esa mezcla de misticismo, la conexión entre espacio verde y ritual, hace del jardín japonés un espacio que no solo disfruta el cuerpo, pues también enriquece el alma. El ritual está muy presente en el jardín japonés, como la ceremonia del té, ocasión especial para la que quedan cubiertos con frondosa vegetación acompañada de estanques donde nadan carpas de colores. Un jardín que invita a recorrer sinuosos senderos que nos adentran en la filosofía de lo natural.

El faro tras las azaleas en el jardín japonés de Buenos Aires
El faro tras las azaleas en el jardín japonés de Buenos Aires


Tal es la capacidad de seducción de los jardines japoneses que han traspasado fronteras y llegado a otros lugares del mundo donde lucen igual de espectaculares que en Japón, además, sin perder nada de la espiritualidad en la que se encuentran envueltos. Un ejemplo es el jardín japonés de Buenos Aires en Argentina, un lugar que sirve de puente cultural entre Japón y Suramérica.

La motivación para crear un jardín japonés en Buenos Aires se debe a que el país latino acogió a muchos migrantes japoneses que buscaban un futuro económico mejor durante la primera y parte de la segunda mitad del siglo XX. La visita a Argentina en 1967 del entonces príncipe heredero de Japón Akihito, junto a su esposa Michiko, motivó que los ciudadanos de origen japonés que viven en Argentina quisieran crear un jardín que simbolizara un “pequeño Japón” en la Pampa. El espacio verde fue inaugurado por Akihito el 17 de Mayo de 1967.

En la actualidad es uno de los jardines japoneses más buscados por personas sensibles al turismo de jardines, los cuales encuentran en su interior la cultura jardinera japonesa en su mayor expresión, así como, paz interior. A esta sensación contribuye la vegetación dispuesta en armonía sobre su superficie. En el jardín japonés de Buenos Aires podemos encontrar parterres paisajísticos poblados de cerezos (sakura) de delicada flor, azaleas tan amantes de suelo ácido o el resistente Ginkgo biloba que tiñe de amarillo sus hojas cuando llega el otoño.

La superficie del jardín se encuentra surcada de senderos que recorrer, pendientes que dejan tras de sí suaves colinas y hasta un lago poblado de nenúfares que puedes contemplar desde el puente curvo. Y es que el jardín japonés de Buenos Aires no se encuentra carente de mobiliario procedente de la cultura tradicional nipona. Existe un faro que es el punto de partida y llegada del jardín, edificios que sirven de museo y un vivero donde puedes comprar un bonsai, todo decorado al estilo del Japón más clásico.

Como podemos apreciar por las imágenes, el jardín japonés de Buenos Aires es de lo más cautivador y un claro ejemplo de que los estilos jardineros pueden implantarse en otros lugares. Aunque en realidad, importar jardines, es algo que ha ocurrido desde el inicio del diseño de espacios verdes, una llama que sirve avivar el fuego que enriquece el patrimonio verde en general.


Vista del jardín japonés de Buenos Aires
Vista del jardín japonés de Buenos Aires

Sendero elevado y edificación de estilo japonés
Sendero elevado y edificación de estilo japonés 

Puente curvo
Puente curvo 
Lago del jardín japonés de Buenos Aires
Lago del jardín japonés de Buenos Aires
Fuente imágenes: wikimediacommons 

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4 comentarios:

  1. Poco más de medio siglo ha pasado! Me encantaría tener la suerte de visitar Buenos Aires y visitar el jardín japonés, sin duda un rincón de calma y belleza. ¡Gracias, José Luis!

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  2. Hola! Este año que viene vamos a visitar Argentina y Chile, anoto la visita al jardín japonés de Buenos Aires como obligada. Este verano hemos estado en el de Munich (Englischer Garten) y la verdad es que el de Buenos Aires parece más bonito. Un saludo y enhorabuena por el blog.

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    1. Hola Roberto! No olvides compartir tus experiencias jardineras con nosotros. Muchas gracias por dejar tu comentario y un saludo.

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