3 de enero de 2019

El despertar de las plantas

Comienza un nuevo año cargado de muchas ilusiones y propósitos por cumplir. Es la hora de sembrar, aunque sea de manera metafórica, para recoger posteriormente al finalizar el año. Una semilla, la de verdad que después nos dará una planta, debe sembrarse a finales del invierno de manera generalizada, pero este dato depende de la especie pues lo ideal es consultar el calendario de siembra de la planta que deseamos obtener en nuestro jardín.

Plantas germinado
Plantas germinado  

Las semillas se plantan en unas bandejas fabricadas especialmente para favorecer la germinación de las plantas y que reciben el nombre de semilleros. Se pueden encontrar fácilmente en centros de jardinería. La siembra se hace poniendo primero en la base del semillero unas piedrecitas que faciliten el drenaje, después esparciendo una capa de sustrato vegetal, colocando las semillas, enterrándolas bajo otra capa de sustrato y, finalmente, regando. Otra opción de siembra, distinta al semillero, son pequeños contenedores o macetas que podemos encontrar en centros de jardinería fabricados de distintos materiales que van desde el plástico hasta materiales biodegradables. 

Agua y luz provocan una serie de reacciones químicas que se activan en el interior de la semilla haciendo que germinen. Como regla general hay que enterrarlas a una profundidad igual a dos veces el tamaño de la propia semilla. Una vez que comienzan a germinar las nuevas plantas, hay que trasplantar las más vigorosas a contenedores y macetas.

¿Cómo sabemos si hemos tenido éxito en la siembra? Pasados entre los 15 y 20 días posteriores de enterrar las semillas, sabremos que hemos tenido éxito porque del sustrato emergerán los cotiledones de la planta. Existen dos tipos de plantas: monocotiledóneas de un solo cotiledón y dicotiledóneas con dos cotiledones.

Los cotiledones son las primeras hojas de las plantas, pero no tienen que poseer la misma forma a las hojas que lucirá posteriormente la especie vegetal. Además, son hojas especiales pues en su interior atesoran nutrientes que son necesarios para el desarrollo de la planta. Durante el desarrollo del embrión, en el interior de la semilla, los cotiledones de la mayoría de las plantas dicotiledóneas se engrosan con almidones, lípidos y proteínas. Mientras, en  semillas de plantas monocotiledóneas el cotiledón realiza la misma función de proveer de nutrientes, pero usando un mecanismo diferente que consiste en absorber y hacer la digestión, transfiriendo posteriormente los nutrientes a la plántula.

Para la jardinería, conocer la función de los cotiledones y la forma que poseen, puede suponer una ventaja que nos ayude con el manteamiento de las plantas de nuestro jardín. La observación temprana es útil para diferenciar las plantas ornamentales (o de cultivos productivos en agricultura), de la vegetación espontánea. Y es que, como en otros muchos casos, el conocimiento botánico de las plantas, saber la naturaleza que rige su comportamiento y desarrollo, es de gran ayuda para realizar cualquier trabajo de jardinería.

Cotiledones
Cotiledones

Semillero
Semillero
Fuente imágenes: Pixabay 
       



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