La copiosa floración de Rosa floribunda

 

Cuando cultivamos Rosa floribunda en un espacio verde estamos pisando sobre seguro. No es para menos. ¿Quién no desea una planta de la que se obtiene una floración tan abundante con solo unos cuantos cuidados de mantenimiento?. Según marca el calendario, llevamos ya un mes en primavera y a Rosa floribunda parece que la climatología actual, así como, las podas que se realizaron durante enero y febrero le ha sentado especialmente bien como podemos comprobar en numerosos jardines y parques estos días.

Rosal floribunda flor roja

Admito que es una planta con la que he trabajado mucho, por la que tengo especial predilección, y la razón es que siempre es un acierto. Aunque tendría que empezar por aclarar que me refiero en concreto al cultivar llamado ‘La Sevillana’, porque rosal floribunda hay muchos. Y es que Rosa es un género de plantas tan admirado, que durante más de cien años ha sido objeto de numerosas hibridaciones.

La devoción por esta flor durante los siglos XIX y XX, ha provocado que los obtentores de rosas logren de unos cuantos ejemplares numerosos cultivares. Es más, cada año se van presentado nuevos. El objetivo de los obtentores es conseguir individuos, en este caso una rosa, con caracteres genéticos fijos que se manifiesten luego en su futura descendencia. Estos caracteres pueden ser color, número de flores, altura, etc,…, y se consiguen mediante selección artificial.

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La historia del cultivar ‘La Sevillana’ comienza en 1978 y fue desarrollado por el longevo negocio familiar de horticultura francés Meilland. Especializados en lo obtención de nuevos cultivares de rosas desde 1850, obtuvieron ‘La Sevillana’ como un rosal que sin podar alcanza el metro de altura y del que brotan amplias flores con un número de hasta dieciséis pétalos de color rojo, naranja o blanco. Existe la leyenda urbana en las calles de Sevilla, y se cuenta, que recibe el nombre comercial de ‘La Sevillana’ porque se eligió para plantar por toda la ciudad con motivo de la Exposición Universal de 1992. Cierto o no, el caso es que es una planta que habita muchos de los parterres de la ciudad.

¿Qué hay que hacer para conseguir una copiosa floración por oleadas de rosal ‘La Sevillana’? Pues lo más importante son las podas. La principal debe hacerse entre finales de enero y principios de febrero y debe ser la más drástica. Se realiza cortando todas las ramas con una longitud de unos 15 o 20 centímetros medidos desde el tronco principal.

En cambio, la siguiente poda la realizamos a principios del verano pero no será tan radical. En esta poda estival cortamos solo dos tercios de la masa arbustiva, dejado todas las ramas con la misma longitud y eliminamos todas las ramas del interior del rosal. Así, además de la floración, favorecemos la aireación en el interior de la planta y evitamos la aparición de enfermedades producidas por hongos.

Otros factores también importantes y que influyen en la floración de rosal ‘La Sevillana’ son una exposición soleada, no regar en exceso y un aporte de abono completo.

Rosal floribunda flor blanca

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