20 de noviembre de 2012

RESTAURACION VERSUS RECREACIÓN


A la hora de afrontar la “puesta a punto” de un jardín histórico nos encontramos con dos términos, restauración y recreación, que no significan exactamente lo mismo y que pueden afectar de manera desigual al futuro de un jardín.

Jardín Histórico de Forestier en Castilleja de Gúzman (Sevilla)
Podemos definir la restauración de jardines como el conjunto de procesos dedicados a devolver la originalidad a un jardín histórico con el objetivo de preservarlo.

Normalmente la restauración de un jardín está compuesta por tres fases: determinación de la distribución arquitectónica del espacio, investigación e implantación del trazado original del jardín y por  último realizar las plantaciones de las especies que poblaron el lugar.

 
 
Pero existe una línea muy delgada que nos puede llevar a hacer una recreación del jardín, donde por distintos motivos (económicos principalmente), no se implantan ni la distribución ni el trazado inicial. En estos casos se crea un espacio simulado con un estilo completamente nuevo.

En principio la recreación de un jardín no tiene porqué ser mal intencionada. Pero es importante que sea clara y que se dejen evidencias que identifiquen que no son una realidad sino una recreación, pues en pocas décadas puede confundir al observador y distorsionar la historia. Hay que tener en cuenta que no todas las personas que visitan un jardín son expertas en la materia.

En mi opinión creo que hay que evitar la recreación, sobre todo cuando se realiza por motivos económicos, ya que considero que una adecuada inversión en la restauración de un jardín le va a proporcionar un valor añadido al mismo, aumentado su patrimonio. 

Pero si a pesar de esto se realiza una recreación en un jardín histórico, es necesario que esta no alberge ninguna duda de lo que son las recreaciones y para ello en su ejecución, debe quedar reflejado de manera implícita el momento en que se realizó la misma.

Para finalizar, quiero hacer especial hincapié en las plantaciones para la restauración de jardines históricos. Es posible que no se pueden plantar algunas especies originales de los jardines, pero al menos que éstas sean sustituidas por otras igual valor paisajístico. De especial importancia es evitar los anacronismos, algo que ocurre en la restauración de algunos jardines hispano-árabes, donde se ven plantadas especies como Agaves, Cannas o Phormium, de procedencia americana las dos primeras y neozelandesa la última. 

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