A la hora de afrontar
la “puesta a punto” de un jardín histórico nos encontramos con dos términos, restauración
y recreación, que no significan exactamente lo mismo y que pueden afectar de
manera desigual al futuro de un jardín.
Jardín Histórico de Forestier en Castilleja de Gúzman (Sevilla) |
Podemos definir la restauración de jardines como el
conjunto de procesos dedicados a devolver la originalidad a un jardín histórico
con el objetivo de preservarlo.
Normalmente la
restauración de un jardín está compuesta por tres fases: determinación de la
distribución arquitectónica del espacio, investigación e implantación del
trazado original del jardín y por último
realizar las plantaciones de las especies que poblaron el lugar.
Pero existe una línea
muy delgada que nos puede llevar a hacer una recreación del jardín, donde por distintos motivos (económicos
principalmente), no se implantan ni la distribución ni el trazado inicial. En
estos casos se crea un espacio simulado con un estilo completamente nuevo.
En principio la
recreación de un jardín no tiene porqué ser mal intencionada. Pero es
importante que sea clara y que se dejen evidencias que identifiquen que no son
una realidad sino una recreación, pues en pocas décadas puede confundir al observador
y distorsionar la historia. Hay que tener en cuenta que no todas las personas
que visitan un jardín son expertas en la materia.
En mi opinión creo que
hay que evitar la recreación, sobre todo cuando se realiza por motivos
económicos, ya que considero que una adecuada inversión en la restauración de
un jardín le va a proporcionar un valor añadido al mismo, aumentado su
patrimonio.
Pero si a pesar de
esto se realiza una recreación en un jardín histórico, es necesario que esta no
alberge ninguna duda de lo que son las recreaciones y para ello en su ejecución,
debe quedar reflejado de manera implícita el momento en que se realizó la
misma.
Para finalizar, quiero
hacer especial hincapié en las plantaciones para la restauración de jardines
históricos. Es posible que no se pueden plantar algunas especies originales de
los jardines, pero al menos que éstas sean sustituidas por otras igual valor
paisajístico. De especial importancia es evitar los anacronismos, algo que ocurre en la restauración de algunos
jardines hispano-árabes, donde se ven plantadas especies como Agaves, Cannas o
Phormium, de procedencia americana las dos primeras y neozelandesa la
última.
Relacionado con este
tema también puedes leer en este blog:
No hay comentarios:
Publicar un comentario