En un post anterior
titulado El jardín emocional, un jardín que deja huella, os conté que mi jardín favorito es el patio que mi abuela
tenía en su casa de Morón de la Frontera. Fue en este post donde por primera
vez hablé de que los seres humanos somos emocionales, que aquello que
percibimos a través de los sentidos deja una huella memorable que no es posible
borrar a pesar de la distancia y el tiempo.
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Fuente: FreeDigitalPhotos.net |
El sabor de las
naranjas, el frescor de la grama recién regada, el olor del azahar, los colores
de los geranios en flor,…Son recuerdos que constituyen mi infancia. Estos
recuerdos fluyen en un rio de emociones que desembocan en un sentimiento, que
en el caso de los jardines, en el caso del patio de mi abuela, se hace lugar.
Uno de los recuerdos
que guardo con más cariño tiene que ver, como no, con la Navidad. El Patio de mi abuela tenía una zona rectangular cubierta
con una pequeña pradera de grama y otra zona rectangular pavimentada. De las
encaladas paredes blancas colgaban macetas de barro cocido pintadas de verde.
De su interior emergían gitanillas y geranios. En el suelo, siguiendo la línea
de la pared, también había numerosos tiestos
con rosas, cintas, jazmines y, por supuestos, mas geranios.
En el centro de la
pradera de grama había lo que por entonces todos en mi casa llamábamos el pino. Ahora, después de muchos años,
tras de hacer la carrera de Ingeniería Técnica Agrícola, especializarme en
diseño de jardines, trabajar durante cinco años en una empresa proyectando obras
de jardinería, me entero de que el famoso pino
de los recuerdos de mi infancia era en realidad una Araucaria.
Pino o Araucaria, el caso es que mis abuelos
al llegar Navidad se afanaban por decorarlo con adornos de todo tipo,
incluyendo luces, bolas navideñas, guirnaldas de doradas, escarlatas y
plateadas, angelitos, muñecos de nieve, campanas y estrellas. Y algo muy
importante al que tengo que atribuirle el mérito a mi abuelo que era un manitas o, como decimos en mi tierra,
era muy apañao, pues colocaba un Portal
de Belén con todas sus figuritas entre las ramas y hojas de la Araucaria.
Al llegar la Noche Buena mis abuelos apagaban
todas las luces y en el patio se hacia la magia. En la oscuridad brillaban con
fuerza las luces de colores. Parpadeando rítmicamente, dejaban entre ver
destellos fugaces de colores, sombras y formas. Un recuerdo marcado a fuego en
mi subconsciente, una huella memorable, que con sublime poesía explica mucho
mejor que yo Antonio Machado: mi infancia
son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el
limonero…
Al contar esta historia
pretendo hacer ver que la Navidad no tiene que ser exclusiva del interior del
hogar. El jardín, un espacio vivo sí, pero un espacio que forma parte indisoluble
de la edificación, no puede permanecer ajeno a la Navidad. Huyendo de las
excesivas decoraciones que aparecen en jardines de películas americanas, creo
que podemos conseguir crear entornos vivos muy elegantes que sumerjan al jardín
en estas señaladas fiestas.
Pero para conseguir
esta estampa navideña es necesario que el jardín se encuentre en perfecto
estado de mantenimiento a pesar, claro está, que diciembre es un mes muy frio y que la llegada del invierno marcará
mucha de las pautas que tendremos que seguir para alcanzar el mayor efecto ornamental
del jardín.
Labores generales en el jardín
Casi todas las labores
generales del jardín estarán destinadas a la protección del frio y, en aquellos
lugares donde nieva en abundancia, destinaremos nuestros esfuerzos en proteger
las plantas del jardín de la nieve y el granizo.
En especies vegetales
que son de reciente plantación podemos cubrir estas con una protección en forma
de cono que proteja a la planta desde el ápice hasta la base. La forma cónica
de la protección nos da ventaja frente a la acumulación de nieve, pues la
superficie inclinada hace que la nieve resbale y no se acumule sobre la planta.
Los arboles también pueden
acumular nieve en sus ramas. Para evitar que estas se rompan con el peso, lo
adecuado sería sacudir la acumulación de nieve teniendo precaución de no dañar
las ramas realizando esta labor.
Si disponemos de un
invernadero o invernáculo en el jardín, donde el mes anterior hemos guardado
plantas para protegerlas del frio, debemos recordar airear bien estas
estructuras. En estos meses se acumula mucha humedad en el interior de los
invernaderos que provoca la aparición de enfermedades criptogámicas y una buena
solución para que estas no proliferen es aireando el invernadero. Por supuesto,
esta labor de aireación debe hacerse durante las horas más cálidas y secas del
día.
Labores en el césped
En diciembre el césped
entra en estado vegetativo por lo que debe evitarse la siega y no provocar
ningún tipo de accidente en la pradera. Es posible que por la mañana temprano
la pradera aparezca cubierta de escarcha. En estas circunstancias el césped no
se debe pisar, pero podernos eliminar la escarcha regando ligeramente, pues por
un proceso físico llamado conducción, la energía en forma de calor del agua
pasa al césped provocando la desaparición de la escarcha que se funde.
Preparación de alcorques y parterres
Si tienes plantas o
árboles que aún no han sido plantados, lo ideal es realizar una zanja en el
terreno para hacer un acopio. Colocar en la zanja tanto plantas como árboles y
cubrir las raíces con tierra y arena fina para protegerlas del frío.
Las plantas que tienen
requerimientos de suelos ácidos como las camelias, las azaleas, rododendros,
etc. Es necesario nutrirlas con un abono completo para que puedan pasar su
delicada fase vegetativa sin hacerles sufrir estrés.
Flores en Navidad
Flores en Navidad
existen, tal vez pocas, pero hay. No obstante me gustaría añadir que no solo de
flores se nutren las imágenes hermosas de un jardín. Las coníferas en esta
época del año presentan frutos que pueden ser muy decorativos. Y por supuesto, también
están las bayas de arbustos que ya he comentado en posts anteriores que dan
color al otoño y al invierno.
Las acículas (agujas u
hojas) de las coníferas presentan colores variados, y sus frutos, las piñas,
tienen formas, colores, y un aspecto distinto en función de cada especie en particular.
De la casuarina escribí un post, en
el que contaba que no es una conífera pero que lo parece. Pero, a pesar de que
no es una conífera, no puedo dejar pasar la oportunidad de admitir que me
encanta la tonalidad dorada de sus hojas en esta época del año. Más aún, cuando
contrasta mezclada entre la arboleda de un parque o un jardín.
Por último están las
flores. En Diciembre podremos ver en el jardín las flores de Camelias, Durillo
(Viburnum tinus) o Brezo (Erica spp.). Y por supuesto, lo que no
puede faltar en un jardín en Navidad: La
Flor de Pascua o Ponsetia. Siempre y cuando, calor está, queramos que
nuestro jardín sea un espacio más de nuestro hogar donde celebrar la Navidad.
Un espacio vivo que se convierta en una fábrica de emociones, de tal manera que
los más pequeños al contemplar las luces de colores, los adornos y motivos
navideños, el día de mañana generen un sentimiento y el sentimiento se haga
lugar.
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Piñas de Abies Koreana Fuente: wikipedia.org |
Accede a la página de
la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), para conocer la predicción del
tiempo para diciembre. Pincha aquí.
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De momento y para mi gusto, este es el mejor blog de jardinería de los que llevo visitados hoy, repleto de sensibilidad y emociones. ¡Enhorabuena al creador! Un saludo. Paz
ResponderEliminarEs mi intención. Contar los jardines, la jardinería, la naturaleza y el paisajismo con mi particular punto de vista. Muchas gracias Paz!
EliminarY por supuesto, también están las bayas de arbustos que ya he comentado en posts anteriores que dan color al otoño y al invierno.
ResponderEliminarEs así idoor lasndcaping, no tenemos que renunciar al colorido que nos proporcionan bayas y frutos para decorar el jardín. Un saludo.
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