Llevaba unos meses
pretendiendo contar en qué consisten los jardines
de lluvia, pero a veces por un motivo u otro (generalmente la falta de
tiempo), no consigo ponerme en la terea de escribir para el blog. Pero dos acontecimientos
recientes en las redes sociales han hecho que la musa aparezca y aquí estamos.
Nos traemos el paraguas. Vamos a conocer el jardín bajo la lluvia.
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Acequia para arbolado en Mendoza (Argentina). Fuente: Rosana Rojas |
El primero de estos
acontecimientos ocurrió en Facebook. Mi amiga virtual Rosana Rojas, argentina
de la localidad de Mendoza, estuvo comentando una publicación mía acerca del
post que escribí sobre el arbolado urbano. En unas fotografías que publicó en
los comentarios, vi que los arboles en su ciudad estaban plantados en lo que me
pareció un alcorque corrido. Al preguntarle que era esa construcción me indicó
que realmente era una acequia por las que el agua corre para regar los arboles.
Me contó la
maravillosa historia de los ancestros Huarpes,
un pueblo originario de la zona de Mendoza y que pertenecían a la cultura Inca.
Los Huarpes utilizaban el agua procedente del deshielo de los Andes para,
mediante una serie de canalizaciones de varios nombres (zanjones, hijuelas y
acequias), distribuir el agua allí donde era necesaria para el cultivo de vides,
olivos y frutales. Hoy en día este sistema se ha modernizado y el agua del
deshielo se acopia y después se distribuye por sistemas más eficientes como el
riego por goteo.
El segundo de los
sucesos que me ocurrió fue un tuit de Aurora Baena (@REINAARTURA) en Twitter: “Hasta lloviendo son bonitos los parques.
@JLuisPaisajista @PaisajismoGua @_PAISAJISMO @pacojardin @Plantasyflores” y
el tuit venía acompañado de esta imagen.
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Lluvia en el jardín. Fuente:
Aurora Baena (@REINAARTURA)
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Mi respuesta fue
rápida, casi sin pensar: “El agua es
componente esencial del jardín en todas sus manifestaciones”… a lo que me
hubiera gustado añadir “incluso la lluvia”.
Y lo cierto es que un jardín, al igual que ocurre con las tierras de cultivo,
necesita de la lluvia para subsistir. Sobre todo en un país como el nuestro,
donde el agua es un bien escaso y necesitado de un sistema de racionalización
de los recursos hídricos.
El agua que cae en el
jardín de lluvia tiene valor ecológico,
pues supone el aprovechar esta agua y que no se pierda por escorrentía. Pero,
además, tiene un importante valor emocional. El jardín bajo la lluvia es
evocador de sentimientos, de todas las cualidades que posee el agua y que
influyen en lo sicológico del alma humana. El agua de lluvia es magnética, atrae.
Es un elemento que en su caída, envuelve al jardín convirtiéndolo en un lugar
casi mágico. La lluvia posee un poderoso efecto cautivador y relajante.
Los jardines de lluvia modernos son
espacios verdes especialmente diseñados para recolectar y filtrar el agua de
lluvia mediante la instalación en el subsuelo de un material drenante que
recoge el agua en unas canalizaciones y es nuevamente reutilizada.
Si hiciéramos un corte
transversal a un jardín de lluvia tendríamos en primer lugar una masa vegetal
sobre un volumen de suelo determinado. Bajo la masa vegetal tenemos el suelo en
el que se desarrollan las plantas, quedando las paredes de este volumen de
suelo cubiertas con una malla geotextil que evita que el agua se pierda por
escorrentía hacia los lados. Por último en la parte más profunda de nuestro
corte transversal tenemos una capa de grava que filtra el agua de lluvia hasta
una tubería encargada de recanalizar esta agua.
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Esquema de
un jardín de lluvia
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La ciudad Norteamericana
de Madison ha hecho de los jardines
de lluvia su bandera ecológica y se están especializando en la instalación de
este tipo de espacios verdes. La evolución en su trazado urbano de los jardines
de lluvia va creciendo con los años. En la actualidad poseen la cifra total de
565 jardines de lluvia.
Incluso se han
propuesto el reto de llegar a la cifra de 1.000 jardines de lluvia. Para ello están
promoviendo su instalación por parte particulares, para lo cual te ayudan desde
el Departamento de Ingeniería de la Ciudad de Madison, asesorándote y
construyendo el jardín. El dato mínimo para tener tu propio jardín de lluvia es
proporcionar la dirección aunque, como en el diseño de cualquier jardín,
siempre ayuda otros datos como las medidas, fotografías y cualquier otro
aspecto que se considere importante.
En la implantación de los
jardines de lluvia de Madison es obligado el uso de la relación de plantas autóctonas que te proporciona
el propio Departamento de Ingeniería, cuyas necesidades hídricas se adaptan a
las precipitaciones de la zona. Además, su mantenimiento es igual que el de un
jardín convencional, virtud que se suma a la capacidad que tienen estos
sistemas de jardines al ahorro ecológico de agua.
Es curioso como en
numerosas ocasiones lo que aparentemente nos parece “nuevo” no lo es. Como ocurre
con el sistema de riego usado por los nativos Huarpes de Suramérica. Lo digo
sin quitar el más mínimo valor a los jardines de lluvia modernos, que tienen el
merito de coger una idea que ya existía y darle un nuevo enfoque usando las
nuevas tecnologías que van surgiendo. Y qué decir del efecto emocional de la
lluvia en el jardín. Un sentimiento imposible de patentar o reinventar.
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Antes y después de un jardín de lluvia en Adams Street en Madison |
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Antes y después de un
jardín de lluvia en Spaight Street en Madison
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Me parece muy interesante tu post. ¿Donde puedo encontrar buena bibliografía al respecto?
ResponderEliminarHola José María: En el enlace del Departamento de Ingeniería de Madison que hay en el post puedes encontrar pdf descargables sobre el tema de los jardines de lluvia a nivel mas profesional. En la web también hay referencia a bibliografía. Eso sí, está todo en Inglés. De todas formas como es algo que también me interesa a mi, si encuentro algún libro interesante te lo hago saber. Un saludo!
Eliminar¡Qué interesante! O_O
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