Hace un tiempo a un
grupo de paisajistas nos preguntaron en Twitter, ¿qué es un paisajista? Lo
cierto es que es una buena pregunta de difícil respuesta aquí en España, no en
otros países, donde la labor del paisajismo se encuentra valorada y a la altura
de otra profesión como es la arquitectura, de ahí una primera definición de
paisajista que ya aporto: arquitecto del paisaje.
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Plano realizado por J.C.N Forestier como parte
del diseño de los Jardines de Moratalla. Foto cedida por Eleuterio Calleja. |
Siendo puristas, la definición
más apropiada para el término paisajista sería la de la Fundación Europea de Arquitectura del Paisaje o EFLA: “El paisajista planifica y diseña
paisajes urbanos y rurales en el tiempo y en el espacio, basándose en las
características naturales y en los valores históricos y culturales del lugar.
Para conseguir este fin, utiliza técnicas apropiadas y materiales naturales y/o
artificiales, guiándose de principios estéticos, funcionales, científicos y de
planificación.”
Sin lugar a dudas, a mí
la definición que más me gusta es la de Joaquín
Romero Murube periodista a la par que funcionario del Ayuntamiento de
Sevilla y custodio de las Reales Alcázares de Sevilla. Salvando las distancias,
con Romero Murube y su poesía ocurre lo mismo que con Monet y sus pinturas, que
ambos llegaron a inspirarse en jardines para escribir y pintar respectivamente…
… “Nunca hemos sospechado que tras el
recato placentero de la clara glorieta llena de luz de tarde, o la combinación
de un fondo circular de cipreses manchados a trechos por trepadoras de vivos
colores –mosquetas, plumbagos, jacarandas-, pueda haber un arquitecto, un poeta o un artista que es el que ha dispuesto
sabiamente los elementos que consiguen, al fundirse, aquellos trémulos ámbitos
de belleza viva”.
Y es que la profesión
de paisajista está muy relacionada con el arte y la creatividad sin dejar de
lado la técnica y los cálculos. Es algo así como una especie de yin yang. Una dualidad opuesta y
enfrentada que a la vez no puede existir la una sin la otra. Como me explicaron
una vez en una clase de paisajismo, la labor del paisajista es complicada
porque ha de utilizar ambos lados del cerebro, el lado emocional y el lado
racional, en armonía, sin que desentonen.
Llegados a este punto,
si alguien se ha planteado hacerse paisajista en España se preguntará que debe
estudiar… pues vuelve a ser complicado, porque la carrera o grado de paisajista
como tal nunca existió en España.
Voy a empezar
barriendo para casa. Yo soy Ingeniero Técnico Agrícola especialista en
explotaciones agropecuarias, pero también poseo la especialidad de horticultura y jardinería que es donde he estudiado
paisajismo y además la especialización por la que he desarrollado mi carrera
profesional como diseñador de jardines. Estos estudios se pueden completar
realizando un máster en jardinería y paisajismo, que si los hay en España,
algunos muy buenos.
Pero… ¿son los
Ingenieros Agrónomos paisajistas? Pues, no. También hay paisajistas que son
arquitectos y biólogos. Los primeros no saben tanto de botánica y los segundos no
saben tanto de la parte técnica y de diseño. Bueno, miento, no dan estas
materias en la universidad pero las pueden adquirir por otro lado (vuelvo a los
másteres), de hecho hay arquitectos y biólogos que son muy buenos paisajistas.
Por último están los
jardineros. Personas que se han entregado toda la vida a una profesión, ya sea
desde un servicio de parques y jardines de un ayuntamiento o desde una empresa
jardinería. Personas que los años y la experiencia adquirida los han convertido
en maestros.
Si tengo que pensar en
alguien en este apartado tengo que hablar de Don Rafael Prieto, mi jefe en
Córdoba, del que me encantaba escuchar sus viejas historias; cómo aquella que
me contó sobre el jardín del Parador de la ciudad califal, en la que durante su
construcción, usaron mulas para subir la tierra vegetal por las laderas de lo
que ahora es la urbanización del brillante.
Los planos que
dibujaba me parecían magníficos. Más incluso que los Forestier de los Jardines de Moratalla que he tenido la suerte de contemplar. No son comparables, lo sé.
Pero Don Rafael los impregnaba de una calidez que resultaba realmente cautivadora,
y eso lo he aprendido bien. De ahí mi búsqueda insaciable de realizar planos
que resulten cautivadores alejados, muy alejados, de la fría delineación de
Autocad.
Pero por desgracia todo este bonito trabajo, que por un
lado tiene mucho valor, al menos para mí, se deprecia por otro lado. En España,
las empresas que han trabajado en lo que a paisajismo se refiere han sido los
viveros. Lo sé bien porque trabajé en uno y funcionaba así. Tendríamos que
remontarnos a los años 50 más o menos que es cuando empezaron a surgir los
viveros de plantas ornamentales con venta al público y que pertenecían
normalmente empresas familiares. El mismo vivero contrataba a sus propios
jardineros que son los que han hecho y siguen haciendo las obras de jardinería.
Pues bien, desde aquellos años hasta la fecha, a lo que se ha puesto precio en
el diseño de jardines es, a las plantas que formaban el futuro jardín (es decir
se venden las plantas del vivero) y a los jardineros que ejecutan el jardín (en
este caso lo que se vende es la mano de obra).
Las horas de planificación
del diseño y redacción del proyecto, incluido: pliego de condiciones técnicas,
memoria, presupuesto, anexos…las horas delineando planos, calculando los
movimientos de tierra y el diseño hidráulico, hacer que los espacios y las
especies implicadas en el proyecto coexistan en armonía entre las limitaciones
técnicas y los gustos del cliente. El tiempo y el conocimiento empleado, mi
trabajo, la labor del paisajista, todo eso… es gratis. Y así es, finalmente, como
se devalúa la profesión del paisajista: cobrando únicamente la venta de las
plantas y la mano de obra de los jardineros, nunca el proyecto.
La verdad es que en la
época en que trabaje en Córdoba no me queje mucho en ese sentido. Lo cierto es
que estaba a gusto, lo ganaba bien y trabajaba haciendo lo que me gusta,
diseñando jardines. Además, para que engañarnos, estaba comenzando y necesitaba
el trabajo. La alegría económica e inmobiliaria hacía que las ganancias
obtenidas con la venta de las plantas y la ejecución de las obras justificasen
mi trabajo como técnico paisajista y no me percaté de que se estaba
perjudicando gravemente mi profesión.
Pero no todo está
perdido. Y es aquí donde entran en juego los amigos del Castillo de Batres (que
ya habrá alguno quejándose por no haber hecho ni una sola mención, pero es que
he dejado lo bueno para el final) y la Asociación Española de Paisajistas.
La Escuela de Jardinería y Paisajismo de Castillo de Batres lleva
impartiendo desde hace muchos años estudios especializados en diseño de
jardines. Si bien es cierto que antiguamente muchos paisajistas la usaron para
completar otros estudios superiores, como por ejemplo, le ocurrió a la primera
paisajista que me dio clase, Sonsoles Suárez, que era Ingeniero Técnico
Agrícola y estudio paisajismo allí. Recientemente en Castillo de Batres se ha
instaurado el Grado en Paisajismo ya oficial, por lo que se puede considerar
que es la primera carrera universitaria en este sentido en España. Lo que no
tengo muy claro aún es el tema competencial; en que se solapa con los Ingenieros
Agrónomos. Y es que el poder de los colegios profesionales hay que tenerlo en
cuenta, pues suelen ser son muy celosos de las competencias que se tienen adquiridas.
Imagino que con el tiempo, poco a poco, cada uno irá ocupando su lugar.
Por su parte, La Asociación Española de Paisajistas
(AEP), es el organismo encargado de aglutinar todo este maremágnum de
profesiones y profesionales que al final se dedican a lo mismo, es decir,
diseñar jardines. La AEP tiene una serie de objetivos, pero el que es más
importante para mí y el que tiene que ver con el tema que estoy escribiendo, es
conseguir que se reconozca legalmente y valore en este país el trabajo que
realizamos los diseñadores del paisaje.
Con todo esto, si replanteáramos
la pregunta que titula este post por ¿Quién es un paisajista?, pues la
respuesta es cualquiera que quiera nombrarse como tal. Claro está, tienen preferencia
en este reconocimiento todos y todas las profesionales que hayan desarrollado
esta labor durante un periodo probado de tiempo. Yo en su día me apodé en
Internet como José Luis Paisajista, pero legalmente solo puedo acreditar mi título
universitario de Ingeniero Técnico Agrícola y los años que he estado
desarrollando la actividad de diseño de jardines. ¿Cómo me convertí en José
Luis Paisajista en la red de redes? Esa es una larga historia, anterior a la
creación de este blog, y que será revelada en su debido momento ;-)
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Estupenda la descripcion que habeis hecho sobre paisajistas y la informacion que aportais en su blog.
ResponderEliminarLos animamos a seguid con vuestra labor.
Saludos cordiales.
Enhorabuena por tu primer post del año. Sabía que no te ibas a olvidar de los de Batres! Todavía no hay colegio de paisajistas en España, es lo primero que tenemos que hacer ahora que el grado ya es oficial. Pero lo mejor de todo esto es que todos nos complementamos en cada una de nuestras especialidades. Soy la primera que le encarga a un especialista el tema del césped. Y suele ser un ingeniero técnico agrícola.
ResponderEliminarEl tema del colegio profesional ya te auguro que será sumamente complicado, porque los que ya existen suelen no querer perder competencias adquiridas. Es un tema complicado, insisto, y donde entra en juego mucha política, en la cual me pierdo, la verdad. En cuanto a los proyectos, a la hora de elaborarlos y ejecutarlos, estoy de acuerdo contigo, lo ideal son equipos multidisciplinares. Un saludo Isabel.
EliminarEl problema y la paradoja está en los que llevamos años dedicándonos con pasión a este trabajo, formándonos por nuestra cuenta. Yo soy licenciada en químicas y llevo 7 años a la cabeza de mi empresa, dedicándome al diseño de parques y jardines, a la elaboración de presupuestos y la logística de obra. Y si hice quimicas fue porque en 1984 que empecé mi carrera no existía nada ni remotamente parecido al paisajismo .Supongo que un paso importante para la creación de un colegio de paisajistas sería la de unificar criterios de alguna forma, de manera que profesionales con titulación y profesionales sin ella pero con experiencia demostrada pudieramos unirnos para beneficiarnos a la hora de defender nuestra profesión. No es para nada normal que algún arquitecto me haya tenido que firmar y "supervisar" un proyecto del que no tenía ni idea ( muy buenos en lo suyo que conste!!!) para que mi proyecto fuera admitido. Mi licenciatura no vale para firma... Un saludo Isabel y José Luis. Os sigo bastante de cerca :)
EliminarEn el fondo estamos de acuerdo Palma. Es un poco lo que dejo entrever en el propio post, la cantidad de profesionales que provienen de distintas disciplinas y nos dedicamos a esto. Y, por no liarlo aún más, no he incluido a los de bellas artes que en algunos casos (en algunos muy buenos) también se dedican al paisajismo. El tema de agrupar a todos los paisajistas en una misma organización ahora mismo está en manos de la Asociación Española de Paisajista y, por ahora, eso es lo que hay. El colegio profesional no podrá existir mientras no haya unos estudios universitarios reglados en materia de diseño de paisajes y los otros colegios profesionales que existen lo permitan. En el caso de la firma de proyectos yo no he tenido tu problema porque estoy facultado para firmar proyectos, pero los viso por el Colegio de Ingenieros que en mi caso es el Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía Occidental (COITAND). Si estoy muy de acuerdo contigo con el tema del colegio de Arquitectos, sobre todo porque son estudios, los de arquitectura y los de arquitectura del paisaje, que no tienen nada que ver. Otra cosa es que los arquitectos busquen formación independiente de paisajismo y aprendan sobre el tema…yo he tenido que valorar presupuestos hechos por arquitectos donde se le ponían tutores de madera de 2.50 metros de alto a la Vinca pervinca…
EliminarPero el caso es que el problema de la valoración de la profesión de paisajista sigo pensando que va mucho más allá de la diversificación de profesiones que se dedican a diseñar jardines y mucho más allá, varga la redundancia, de los tiempos que vivimos. Creo que el problema es el de no poner precio a los proyectos cuando se venden y si a las plantas y a la mano de obra. Todo lo demás es consecuencia de estos sucesos que, como comento en el post, comenzaron en los años 50 del siglo pasado. No me extiendo más. Ha sido un placer leer tu comentario. Vuelve por aquí cuando quieras. Un saludo!
Hola Palma
EliminarIndicarte que hoy en día a falta de Colegio profesional está la AEP. Ellos están tratando que la profesión de paisajista sea recoonocida y puedan firmar proyectos. Ya tienen seguro de responsabilidad para los proyectos que da para sus asociados.
Eso si, para entrar en la Asociación debes de pasar unos filtros, como pasaría con cualquiera de las asociaciones profesionales, y que poco a poco con la aparición de los nuevos grados de paisajismo será algo diferente. Te animo de hecho si tienes experiencia que te informes y veas si puedes entrar en la Asociación de paisajistas.
En cuanto a la firma por arquitectos, no solo sucede eso en cuanto a firmar proyectos. En muchos concursos no podemos participar si no eres arquitecto y da lo mismo que seas Ingeniero Técnico Agricola (como yo) o tengas máster e incluso titulación de grado de paisajismo, y esto se refleja en la calidad de nuestros parques y jardines sobre todo cuando lo comparas con los existentes en otros paises.
Me gusta leer cosas así, como técnico agrícola en jardinería me debato entre llamarme jardinera o paisajista, ¡lo que me gusta es ser las dos cosas! Es fantástico que exista el Castillo de Batres y que tengan ya su titulación oficial, porque será mucho mas fácil para los nuevos paisajistas no solo nombrarse si no cursar estudios pensados y coordinados para ejercer como paisajistas. El problema es que sigue siendo una escuela privada y no al alcance de todos los estudiantes que quieran estudiar paisajismo. Cuando yo estaba en la escuela de agrícolas de Madrid ya existía Batres y mientras algunos compañeros podían permitirse estudiar en ambos sitios, los demás tuvimos que buscarnos ampliar nuestros estudios de muchas maneras... y si eres paisajista y acreditas tu titulación como ITA en Jardinería, garantizas una formación técnica imprescindible para el buen fin que nos ocupa. Lo difícil es convencer que somos capaces de abordar proyectos de envergadura donde hacen falta paisajistas, arquitectos, ingenieros (cálculos de estructuras y esas naderías) y que son necesarios para la salud de nuestras ciudades y de nosotros mismos. Saludos.
ResponderEliminarEl que Castillo de Batres haya conseguido reglar una formación universitaria de paisajismo es un primer paso para que se empiece a valorar esta profesión en España. Lo curioso es que a principios del siglo XX, si que se tenía aprecio en este país a la figura del arquitecto paisajista, como lo prueba, por ejemplo la contratación de J.C.N. Forestier para realizar tantas obras como realizó. Sea como fuera esa valoración positiva se perdió (yo creo que es por el motivo que explico en el post de viveros que venden solo la mano de obra y las plantas, pero no el proyecto). Otros pasos que han de darse, además del de Batres, es la constitución de un colegio profesional (algo que se dará a muy largo plazo desde mi punto de vista) y por supuesto, una formación universitaria pública en arquitectura del paisaje (esto mas a corto plazo espero). Muchas gracias por dejar tu comentario NATALAI. Me ha gustado mucho.
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