Que no siento
demasiada simpatía por los sistemas de jardines verticales o mejor dicho, por
la sostenibilidad que sus defensores argumentan, es algo de lo que he escrito
ampliamente en este blog y no voy a entrar otra vez en ese tema. Pero no por
ello hay que renunciar ni a tener un “jardín vertical” ni tampoco a lo moderno.
Podemos tener un
balcón, un “jardín vertical” de lo más clásico y totalmente sostenible, al que
le podemos incluir las nuevos avances y tecnologías que van surgiendo, lo que
por otro lado es lo que ha venido ocurriendo a lo largo de la historia de la
jardinería, y tener un balcón sostenible de manera económica, social y
medioambiental. Recordemos el sensor Parrot Flower Power que te servía para
detectar y mantenerte actualizado de las
necesidades de tu planta con una aplicación a tu smartphone. No es tan difícil
prepararnos para los retos urbanos que tendremos en un futuro muy próximo y
para ello no es necesario ser ingeniero o botánico, tan solo es necesario
aplicar cierta lógica, sentido común y no estar carente de cierta sensibilidad
hacia las plantas que convertirán el balcón, en nuestro pequeño vergel, aquí al
lado, en nuestra propio hogar.
Con este post quiero
empezar una serie con la misma
temática para ir abordando los distintos aspectos necesarios para tener un
jardín, como digo en el título: preparado
para la vida moderna. Aspectos que pueden ser ubicación, elección de
plantas, zonas climáticas de España, listado de especies apropiadas, etc.
En este post, primero
de la serie, empezaré con los aspectos
básicos del diseño. Ni que decir tiene, que a través de la página contacta de este blog podéis poneros en
contacto para preguntas, dudas, casos particulares y sugerencias. También más
abajo, en el apartado de cometarios,
podéis dejar vuestra opinión, así como poner en común los detalles de cómo
tenéis vuestro balcón.
¿Por qué un jardín en
el balcón? Un balcón, aunque su espacio suele ser modesto, pequeño y con pocas
posibilidades de hacer que parezca mayor, posee una característica única que lo
puede transformar en un jardín muy atractivo, su posición privilegiada. Es por esto que suelen ser espacios que
están bien soleados, aunque este punto dependerá de la altura y de la cercanía
a otros edificios. También es cierto que el pequeño tamaño y la atura acarrea
una serie consecuencias que hay que tener en cuenta pero que se pueden subsanar
perfectamente aplicando el criterio adecuado.
El pequeño tamaño de un balcón condiciona
que las plantas las vamos a tener plantadas en maceta o contenedores de otro
tipo como pueden ser jardineras. Tanto macetas como jardineras las podemos
ordenar en función de su tamaño para que queden en una disposición equilibrada.
Así, por ejemplo, los recipientes de mayor tamaño los colocaremos en la parte
de atrás y los contenedores con hierbas de bajo porte y vivaces las colocaremos
delante para que las plantas más grandes no oculten y tapen las de delante.
¿Dónde colocaremos los
contenedores más grandes y de mayor peso? Lo ideal es colocar los contenedores
de mayor peso cerca de los muros de carga y pilares. También es conveniente
tener en cuenta que cuanto mayor es el contenedor, menor será la frecuencia de
riego de la planta, porque los contenedores mayores tienen una mayor capacidad
de retener y almacenar agua en los poros del sustrato.
En todo el diseño del
balcón hay que tener siempre en cuenta el equilibrio. En este sentido debemos tener
muy presente que un balcón es un espacio reducido y que no es necesario tenerlo
todo lleno de platas y sin criterio. Hay que recordar en este punto el
principio del diseño de que menos es más.
Se pueden obtener resultados muy hermosos combinando unas pocas especies
vegetales utilizando como criterio de diseño el jardín moderno, es decir, disposición
ordenada y repetición, consiguiendo un espacio vivo armonizado.
Además, aunque en
ocasiones el tamaño del balcón puede ser muy reducido, en otras ocasiones
podemos encontrarnos con que le podemos dar un uso social al balcón, no solo
para asomarnos, sino para colocar unas
sillas o, incluso, una mesa, donde podemos sentarnos a relajarnos y disfrutar
de un café o un rato de lectura. En este caso se puede colocar los recipientes más
grandes en las esquinas, en las paredes colocar un soporte donde crezca alguna
trepadora, dejar las macetas más pequeñas para colocarlas bajo la baranda y
colgar de esta baranda algunas jardineras. Así, hemos conseguimos un espacio
donde podemos circular, llegar a los puntos donde vamos a estar y no hemos
sobrecargado el balcón con muchas plantas. Todo ello sin menoscabar el diseño
original del mismo.
La altura del balcón tiene su importancia ya
que influye en el ecosistema particular que se forma. Esto es parecido a lo que
escribí acerca de las hidrozonas en el diseño de jardines. Se trata de agrupar
las plantas que posean requerimientos similares de agua, nutrientes, humedad
ambiental y luminosidad, formando este pequeño microclima en que las plantas
conviven según agrupaciones de necesidades. Si somos muy habilidosos podemos
incluso agrupar plantas con distintas necesidades de tal forma que las virtudes
de unas se solapen y nos sirvan para paliar las deficiencias en necesidades de
las otras. De esta forma formamos comunidades vegetales en que cada elemento
contribuye y las plantas se ayudan entre sí.
Un último apunte sobre
las plantas de balcón, si queremos tener flores todo el año debemos procurarnos
una serie variada de plantas para que cada una florezca en una época
determinada del año. Así crearemos un ecosistema policromático, cambiante,
donde el balcón permanecerá florido durante todo el año.
Aquí termino este
post. El primero de esta serie, pues quedan muchos aspectos importantes a
tratar y que se irán abordando en una colección de artículos sucesivos. Invito
a seguirlos.
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