Seguimos preparando
nuestro balcón para la vida moderna.
Ya hemos hablado del diseño y de los contenedores, el complemento que hará de
nuestro balcón un jardín en macetas.
Es el momento del hablar del elemento principal de nuestro balcón, el
protagonista, la vegetación. Plantas que serán las encargadas crear un espacio
en continuo desarrollo, cargado de flores, colores, formas y volúmenes
cambiantes, que harán de este espacio un lugar único.
![]() |
Balcón ajardinado en New York Fuente imagen: Wikipedia |
Comenzaremos hablando
de las condiciones idóneas que se deben dar para elegir las plantas que
conformaran la composición vegetal del balcón. En este sentido no debe
preocuparnos que el lugar donde tengamos situado el mismo pueda parecer algo
inhóspito, muy duro por las condiciones en las que se encuentra ubicado. Un
lugar que nos haga hacer pensar que difícilmente, allí, pueda una planta
crecer, desarrollarse y dar sus flores.
Mejor focalicemos este
tema desde otra perspectiva pues, independientemente de cuál sea nuestra
ubicación, siempre encontraremos plantas que, bien porque sean autóctonas o
bien porque se encuentren naturalizadas, serán capaces de adaptarse a vivir
igual que lo harían en su medio natural sin excesivos requerimientos en
necesidades y mantenimiento.
Para que una planta
pueda vivir sin problemas en un lugar determinado se deben dar tres
circunstancias concretas:
El suelo: Si trasladásemos nuestro caso de un jardín en macetas
al medio natural, el suelo sería el equivalente al nicho ecológico, es decir el hábitat natural de la planta. Este
nicho tiene una capacidad y solo puede albergar un individuo concreto y con unas
características determinadas. Las hierbas espontáneas, por ejemplo, compiten
con las plantas cultivadas por ocupar este hábitat y adueñarse de los
nutrientes que le facilita, por eso hay que eliminarlas, para que no se
impongan dominando ese nicho. En nuestro
caso podemos arrancarlas fácilmente de
manera manual ya que estamos hablando de macetas y no es una labor de
mantenimiento que implique mucho esfuerzo. Por otro lado, las características
de la planta que cultivemos también tienen que tener un tamaño apropiado para
el contenedor, por eso hay que realizar un cambio de contenedor cada 2 o 3 años
aproximadamente en función del crecimiento de la planta y el volumen que
alcanza en su máximo desarrollo. También debemos ser conscientes de que no
todas las plantas son apropiadas para crecer en espacios reducidos.
Dentro del suelo es
importante elegir el sustrato más adecuado para la planta, ya que si por
ejemplo hablamos de hortensias o camelias, especies que requieren un suelo de
tipo ácido, deberemos proporcionarle un sustrato especifico acidófilo que
cumpla con sus exigencias para vivir y desarrollarse.
La exposición: Si el balcón lo tenemos orientado hacia el
sur lo lógico, en caso de no encontrarnos con otro edificio delante que le
proporcione abrigo o pantalla, es que tenga una exposición muy soleada, lo cual
origina altas temperaturas durante los meses del verano. Las exposiciones que
por regla general suelen ser más favorables son las que están orientadas hacia
levante (este) y hacia poniente (oeste), pues estas dos son las situaciones en
que incide únicamente la luz de la mañana o de la tarde respectivamente. Finalmente
la exposición de nuestras plantas es sombreada o semisombreada cuando el balcón
lo tenemos orientado hacia el norte. En
este caso el microclima que se origina será fresco en verano pero demasiado frío en invierno.
En los casos en que
encontremos balcones que pueden estar expuestos a la acción intensa del viento,
la elección de las plantas apropiadas estará orientada a aquellas que son
especialmente resistentes, provistas de ramas robustas o flexibles, que no se
rompen con facilidad. También podemos encontrar balcones acristalados o
cubiertos parcialmente. De darse esta circunstancia dispondremos de un espacio
protegido del viento y del frío durante los meses invernales, pero tendremos el
inconveniente de que en verano las paredes acumularan el calor durante las
horas de sol, incrementando la duración de las temperaturas incluso hasta altas
horas de la noche.
La latitud: La exposición es muy variable en función de la latitud
donde se encuentre el balcón y, por consiguiente, de las condiciones
climatológicas que se den en ese lugar concreto. Para un balcón situado en una
latitud muy al sur tal vez la mejor orientación puede ser la norte porque será
más fresca en verano que es cuando hace más calor y en el invierno, al estar
ubicado en un lugar de clima con una temperatura más suave, no tan baja, las
plantas no son propensas a sufrir un frío intenso. En cambio, si le damos la
vuelta completamente a esta situación, es decir, un balcón ubicado en una
latitud muy al norte, la mejor orientación será la que se encuentra al sur por
razones inversas a las expuestas en el caso anterior. Como vemos la exposición,
aunque a priori las de levante y poniente son las idóneas, es un parámetro que
dependerá mucho de la latitud donde el balcón se encuentre ubicado.
Estos tres
componentes, el suelo, la exposición y la latitud, conforman los vértices del
triangulo de condiciones idóneas para que las plantas de nuestro balcón crezcan
con formas armoniosas, nos den flores de colores sugerentes y conformen un
conjunto equilibrado que constituya un balcón de abundante
vegetación.
![]() |
Fuente imagen: Stockvault |
Fin de la tercera
entrega para tener un balcón preparado
para la vida moderna. Estáis invitados a la siguiente donde abordaré tres
ejemplos particulares para la elección de las plantas de balcón.
También te puede interesar:
No hay comentarios:
Publicar un comentario