Siempre es buen
momento para visitar los Jardines de Moratalla. Los había visitado en las otras
tres épocas del año, otoño, invierno y primavera, solo me faltaba el verano.
Como siempre que aparezco por allí descubro cosas nuevas… y las que me quedan
por descubrir!!!
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Agapanto en flor en el Jardín del S. XIX de Moratalla (Córdoba) |
En esta ocasión fueron
los agapantos. Inflorescencias azules
que asomaban por encima de los setos de boj, mientras, una cúpula vegetal
formado por los plátanos de sombra hacían honor a su nombre creando un juego de
sombras y luces. Detalle en un jardín que lo hace un lugar único.
En realidad estoy
hablando de uno solo de los jardines que conforman todo el conjunto en
Moratalla. El primero de los jardines. El que se realizo para el IX Marqués de
Viana y que lleva por nombre el Parterre
Grande que data de nada más y nada menos que de 1850. Mucho antes de que el
Paisajista francés Jean Claude Forestier realizara su actuación en la Avenida
de Acceso, por eso se le considera el jardín del siglo XIX dentro de Moratalla.
En sus inicios este
parterre era un jardín paisajista ingles de tal forma que la superficie quedaba
sembrada de césped, abundante rosaleda y palmeras del tipo Phoenix dactylifera. Con el tiempo la rosaleda fue sustituida por
los agapantos, que quedaron incluidos dentro de una bordura de boj y ahora
lucen con esplendor en todo el parterre. Las palmeras, en cambio, han ido
desapareciendo quedando como único rastro de ellas algún fuste aislado.
A pesar de todo esto
el jardín del siglo XIX no ha
perdido nada de exuberancia. No ha perdido nada de esa frondosa vegetación que
crea un microclima de agradable frescor ahora que comenzamos los días más
calurosos del año. Los plátanos (Platanus
hispanica) que antes comenté, fueron plantados bordeando la rosaleda de
origen en doble hilera para formar esa cúpula de verdor y frescor que aún se
conserva, solo que ahora en vez de sombrear a las rosas sirven de cobijo a los
agapantos.
También se conservan
las cicas (Cycas revoluta) y las
bolas de boj formadas con topiara que sobresalen por encima de los parterres
delineados con formas sinuosas. Y por supuesto, justo en el centro, encontramos
el estanque circular en cuyo interior se alza una rocalla coronada por las
figuras de un niño y perros de caza.
He grabado un vídeo de
este momento que pasé allí, a solas en los Jardines de Moratalla. Lástima que
mi pericia para realizar este tipo de grabaciones sea muy limitada y no tenga
la calidad suficiente para mostrar toda la belleza de este jardín. Este será
uno de mis propósitos de enmienda para el futuro, realizar producciones de
vídeo de jardines de calidad. Mientras llega ese instante, lo dejo adjunto al
igual que algunas fotografías de este espacio verde tan singular. Espero volver
pronto a ver que de nuevo descubro. Que nuevo rincón me inspira a escribir.
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