1 de septiembre de 2014

Paisajes que miran al mar. Botánico “Dunas del Odiel”

Aprovechando las vacaciones y la cercanía, visité el jardín Botánico Dunas del Odiel. Un lugar de contrastes. A tan solo tres kilómetros de distancia del Polo Químico Empresarial de Huelva, donde las chimeneas expulsan con total impunidad gases de dudosa legalidad, se encuentra este paraje que no deja de ser una clasificación de lo que es el bosque de pinos característico del litoral occidental de Andalucía, al cual, acompaña la rica diversidad de matorral que crece en el paisaje de dunas adyacentes al mar.

Paisaje del jardín Botánico Dunas del Odiel

Dos prostitutas, ajenas al valor ornamental de las plantas del interior, ponían precio a flores pero de otra variedad en la carretera de acceso al Jardín Botánico. Actividad en auge por la zona fruto de la precariedad laboral y la temporalidad de la época de recolección de fresas, como también es fruto de estas circunstancias las decenas de subsaharianos que recorren la playa todos los días durante el verano ofreciendo gafas de sol, películas piratas, bolsos de mimbre y un sinfín más de artículos.

Una vez que dejé el coche en el parking y comprobar que en el interior del centro de visitantes no hubiera nadie que pudiera recibirme, recogí el tríptico informativo y volví a salir al aparcamiento. Allí, un jardinero que había salido mientras yo intentaba encontrar la entrada, agudizaba la vista para ver a las dos mujeres ofrecerse a los coches que transitaban por la carretera y, cuando comenzó a esbozar una mueca en los labios, inicio tal vez de una sonrisa, se percató de mi presencia.

Con amabilidad me contó que ya nadie atiende en el centro de visitantes. “El chico que realizaba esa función tuvo que abandonar su puesto de trabajo por la crisis”. Además, me indicó que la entrada debía realizarla por una puerta lateral y que el horario de cierre del jardín era a las 13:00 horas. Me apresuré a recorrer los senderos de la zona verde. Eran las 11:30.

Por un puente, crucé un pequeño arroyo donde habita la vegetación de ribera, sauces y frenos principalmente pero también por zarzas o el helecho palaustre (Thelypteris palustris) especie que se encuentra amenazada. Tras dejar atrás el arroyo me decidí por recorrer la ruta número uno de entre las tres que existen.

Senderos de madera que me llevaron a recorrer el alcornocal, donde unos pocos ejemplares de alcornoques (Quercus suber) más propios de paisajes de dehesas situadas en las también onubenses sierras al norte de la provincia.

Onopordum hinojense. Endemismo del litoral de Huelva
En la laguna de agua dulce me recree haciendo videos de las libélulas que volaban sobre su superficie. Muchas de las especies de vegetación que crece en la orilla lagunar las conocía de vista, pero tengo que reconocer no conocía su nombre, ni el común ni el científico, pero para esto están los Jardines Botánicos, para aprender y observar cómo se desarrollan las plantas. Qué color, forma o volumen son capaces de ofrecer cuando se disponen con criterio y armonía.

Especies como el barrón (Ammophila arenaria), siempreviva (Armeria pungens), o el cuernecillo del mar (Lotus creticus), son especies básicas en la viabilidad de los ecosistemas dunares pues esta vegetación contribuye a fijar los sistemas arenosos que forman las dunas. A estas especies de pequeño tamaño se unen otras de mayor porte como la camarina, cuyo fruto alimenta a las aves en el rigor del verano, o el enebro y el pino piñonero, coníferas que abundan también en estos parajes.

Hermosa me pareció la flor de la clavelina silvestre, que a pesar de ser una planta que crece en condiciones extremas, absorbiendo al agua salada de las marismas sin poder tomarla directamente sino es realizando un depurado como el que se realiza para el agua potable pero de forma natural. También abunda la sabina, una conífera muy común por toda la zona de litoral, así como los lentiscos o el jaguarzo (Halimium halimifolium).

Así terminó mi visita, deprisa y corriendo, pero me llevé el zurrón de las lecciones aprendidas. El conocimiento de las plantas que veo crecer cuando bajo a la playa a las cuales está muy bien ponerles nombre. Una extensa y rica variedad de especies vegetales que forman nuestro bosque de pinos, matorral y arena más característico. Un paisaje singular que saluda y mira al mar. 

Para terminar, adjunto el video que he realizado del Jardín Botánico Dunas del Odiel. 

         
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