De un lado se dieron
cita el cielo y el sol. Por otro lado compareció el mar. Y los tres juntos se
unieron en los Jardines de la Alcazaba de Almería una tarde de octubre… finalmente
la belleza de la propia naturaleza en toda su plenitud y el peso de la historia
son hacedoras de lugares únicos, emocionales, cautivadores, de jardines que
dejan huella.
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Jardines de la Alcazaba de Almería |
Los Jardines de la
Alcazaba de Almería, a pesar de que su visita se englobaba dentro del IV Encuentro Hispanoárabe de Jardinería,
son en realidad una recreación de un
jardín hispanoárabe inspirados en los Jardines de la Alhambra. Los restos
restaurados de la construcción de la Alcazaba, la piedra, como si de un
esqueleto se tratase, es lo que ha perdurado desde tiempos de Taifas, por eso
no es de extrañar que entre la vegetación encontremos plantas como chumberas,
jacarandas, eucaliptos o mesembryanthemum.
Esto no quiere decir que no sea un jardín magnifico pero sí creo que es conveniente
aclararlo, es más, lo importante al restaurar un jardín es saber recuperar su
esencia y ya será el tiempo el encargado de darle forma y volumen, como ha
ocurrido con estos Jardines de la Alcazaba de Almería, todo sin perder nada de
originalidad.
Tampoco podemos decir
que es un jardín reciente pues, tras muchos años de vicisitudes, con terremotos
que afectaron al enclave de la Alcazaba e, incluso, su total abandono en 1810
por las tropas francesas, los jardines inician su recreación en 1941, contando
en la actualidad con varias décadas antigüedad. El arquitecto que comenzó esta
primera intervención fue Francisco
Prieto Moreno con la intención de dotar al espacio existente de una función
pública para el monumento y la ciudad. Se propuso un jardín cerrado y
geométrico, con acequias escalonadas que recorrían los caminos. Estos se
estructuran a partir de tres fuentes, la de los cipreses, la de la culebra
y la de la estrella. Se recubrió el
pavimento y las escaleras con rampas empedradas con dibujos geométricos y los
asientos laterales de piedra con ladrillo. Todo el conjunto se potenció con la
plantación de especies vegetales como las chumberas antes mencionadas, adelfas
y cipreses, a los que se fueron añadiendo a lo largo de cuarenta años nuevas especies
vegetales sin seguir una proyección previa.
La siguiente actuación
de reconstrucción fue a mediados de los años 80 del pasado siglo y corrió a
cargo del arquitecto restaurador Ramón Torres López al que tuve la oportunidad de
conocer en el Encuentro Hispanoárabe de Almería. Fue el encargado de hacer de cicerone durante la visita técnica a la
Alcazaba y también impartió una ponencia sobre su restauración, de la cual me he
valido para nutrir de información este artículo.
Me parece
especialmente destacable, hoy en día en que se habla mucho de equipos
multidisciplinares para la realización de proyectos de gran envergadura, que
Ramón contara entre su equipo con un poeta como fue José Ángel Valente, que trabajó en el apartado de búsqueda de
información entre la poesía andalusí rescatando ideas que pudieran sugerir como
era en un principio el conjunto monumental de la Alcazaba almeriense. Valente le
dio sentido y profundizó en el significado de jardín: “El jardín –desde su origen, el nuestro, el del universo- es el lugar
donde se consuma la reunificación del hombre y las cosas, de la naturaleza y la
cultura.”
El proyecto que
comenzó en los años 80 partía con una idea diferente de intervención global con respecto al proyecto que le precedió en los
años 40. Durante esta actuación prima plantar un jardín como una representación
cultural que combine los aspectos sensoriales, afectivos sociales e
intelectuales. Se plantan especies vegetales de carácter mediterráneo asociando
árboles, frutales, arbustos, trepadoras y rastreas, aromáticas y medicinales y
herbáceas en flor, como indicadores culturales y ambientales que contribuyan al
mantenimiento de la biodiversidad.
Utilizando las palabras
de Ramón Torres para finalizar su ponencia y que considero merece la pena
destacar: “En la intervención en el
jardín del conjunto monumental de la Alcazaba, que es el monumento de
referencia de la arquitectura andalusí de la ciudad, se ha pretendido que
gravite la lógica, o el saber común, de la tradición constructiva del jardín
para que adquiera pleno sentido, recargando su significado, el equilibrio hoy tan gravemente amenazado,
entre naturaleza y cultura.”
El resultado de la
unión de toda esta diversidad vegetal, de los diferentes momentos históricos que
ha atravesado el enclave de la Alcazaba de Almería influenciándolo, dándole ese
carácter único que lo diferencia, se encuentra en este vídeo que he producido.
Mi visión particular de una soleada tarde de octubre almeriense.
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