27 de febrero de 2015

El uso de la topiaria en un xerojardín

Un xerojardín no se encuentra enfrentado con el estilo de diseño que queramos darle. Podemos crear un jardín utilizando plantas autóctonas o naturalizadas, especies adaptadas al medio, y proyectar un espacio verde según un estilo de diseño que deseemos. ¿Y qué ocurre con los jardines de estilo clásico? Me han preguntado siempre mis alumnos en los cursos de jardinería que he realizado. ¿Podríamos crear xerojardines con plantas que, tras podarlos, representen formas y volúmenes de apariencia dinámica?

Seto con formas globosas de olivilla (Teucrium fructicans)

La respuesta es que sí, tan solo tenemos que encontrar la planta adecuada. Un especie vegetal que aúne, de una parte, la características botánicas que la hagan habitar en un medio sin problemas con los recursos naturales que obtenga del mismo y, de otra parte, que permita una poda con la que se pueda realizar un figura topiaria.  

En un jardín mediterráneo encontramos plantas como la olivilla (Teucrium fructicans) que se adaptó a la falta de agua gracias a las vellosidades grisáceas de las hojas que evitan la salida de agua por la reducción de estomas. La olivilla nos solo permite crear formas una vez plantada en el jardín, incluso, se venden en viveros y gardens centers con formas ya establecidas como bola o piramidal. Un arbusto enormemente ornamental como es el cotoneaster (Cotoneaster lacteus), que posee una capa de cera en las hojas que a la postre provoca el mismo efecto que la olivilla de no permitir la salida de agua por reducción estomática, nos permite también crear figuras geométricas. Hasta con el arrayán (Myrtus communis), que lleva tantos siglos poblando jardines, podemos crear setos y borduras recortadas.

Claro está, al crear una figura topiaria con cualquiera de estas plantas u otra, que me propongáis en el apartado cometarios al final de este post, estamos incrementado las labores de mantenimiento, pero es que un xerojardín no se encuentra carente de mantenimiento, de hecho, no existe el jardín sin manteamiento. Todo jardín, por mucho que tratemos de utilizar las especies mejor adaptas, le proyectemos una rocalla y usemos césped artificial, necesitara de cuidados para que se encuentre en perfecto estado ornamental.

Como es complicado construir un xerojardín estilo versallesco desde el punto vista económico, propongo dar un enfoque distinto, jugar con la topiaria en una justa medida y contemplar este mismo xerojardín con una apariencia contemporánea. Podemos utilizar las plantas autóctonas y podarlas como si de unas nubes onduladas se tratase, como esferas que se derriten, combinándolas junto al borde un sendero sinuoso, yuxtapuestas a otros setos recortados geométricamente o en parterres rectangulares. Estos arbustos, si se completa el límite del paisaje diseñado con árboles de sombra dispersos, crearemos un jardín dinámico donde árboles, arbustos, setos y cobertura del suelo quedan proyectados en una arquitectura continua, haciendo las veces de techos, paredes, columnas y pavimento.  

Un jardín donde se repiten estas formas globosas y que siempre me ha fascinado son los Jardines del Chateau de Marqueyssac que se encuentran en Francia. Es asombro comprobar que con el uso de un único elemento vegetal como es el boj, repetido una y otra vez, utilizando la topiaria para conferirle esos volúmenes cambiantes, obtenemos semejante resultado. Para nuestro jardín mediterráneo nos puede servir de inspiración, lo único que tal vez debamos cambiar sea el boj por una planta que bien puede ser olivilla o cotoneaster, el resto, es dejar volar la imaginación.
 
Jardines del Chateau de Marqueyssac (Francia) Fuente imagen: wikimedia commons 
 
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