¡¡¡ Glorieta GUS-TA-VO ADOL-FO BÉC-QUER!!! Gritaba el cochero mientras mantenía al paso el coche de caballos. La familia
de turistas, los padres ya entrados en años, el chico adolescente con la mirada
fija en la pantalla del móvil y la hija, una joven mujer que disfruta del paseo
mientras los rayos del sol que se colaban entre las hojas acariciaban el dorado
cabello, esbozaron una cumplida sonrisa sin entender al andaluz durante el
fugaz momento en que pasaban ante la imagen del malogrado poeta, ajenos a su
significado, ajenos a las tres figuras femeninas que son en piedra el amor que
llega, el amor que vive y el amor que muere.
![]() |
Busto de Gustavo Adolfo Bécquer |
He contemplado esta
escena en numerosas ocasiones, cochero que con estas breves palabras describe el
monumento dedicado al poeta del dolor en
las rimas, una glorieta que indica tres caminos, tres amores, mientras los
cascos del caballo golpean el asfalto continuando el paseo bajo frondosos
árboles por el Parque de María Luisa.
El propio cochero, desconocedor del significado del monumento, no quita los
ojos de encima a la niña del turista…
Tal vez ya eligió un camino. Tal vez el destino lo eligió por él.
Mientras, atrás, queda
el poeta en uno de los lugares más emblemáticos del parque sevillano. Llegó
allí hace muchos años, tras ser donado el parque a la ciudad de Sevilla por la Duquesa María Luisa de Orleans y Borbón
y convertirse en el lugar donde se celebraría la Exposición Iberoamericana de
1929. Aníbal González, el arquitecto
designado para dar forma al evento, decidió crear un hito en lo que a parques y
jardines se refiere, las bibliotecas públicas al aire libre, iniciativa que prendió
y se propago por otros parques contemporáneos como el Parque del Retiro en Madrid.
El arquitecto
sevillano propuso al comité de la Exposición que todo el parque se convirtiera
en una enorme sala de lectura, creando librerías de cerámica vidriada que se llenaron
de libros. Era otra época, una en que un libro tenía valor y era respetado. Los
libros empezaron a colocarse en las estanterías de su mundialmente conocida Plaza de España, pero también en otros
espacios del parque que se fueron dedicando a diferentes autores: Benito Más y
Prat, José María Izquierdo, Fernán Caballero o los Hermanos utreranos Álvarez Quintero.
Precisamente fueron los
Álvarez Quintero promotores de crear un monumento dedicado a Bécquer que además
costearon. Lo habían intentado en otros lugares de Sevilla, pero los esfuerzos
fueron fallidos, hasta que finalmente en 1909 se encarga de elevar la figura
del poeta Lorenzo Coullaut Valera.
El eximio escultor no escatimó en talento y representó, sobre un pedestal clásico,
a Bécquer surgiendo a medio cuerpo ataviado con castiza capa española y adornando
su hombro izquierdo con clámide griega.
A los pies del Bécquer
la poesía se hace piedra. Tres mujeres de tamaño natural se debaten por la incertidumbre
y la zozobra por el amor que llega, el amor que vive, el amor que muere. Y a
los pies de Bécquer la poesía se hace bronce. Dos Cupidos, ángeles de la pasión,
uno que muere de amor herido por la saeta, el otro se divierte travieso flecha
en mano y presto a disparar en dirección de algún corazón desatraído.
La escena la culmina
un cercado de hierro que forma arcos ras del suelo al más puro estilo romántico y el ciprés calvo (Taxodium distichum) que probablemente es
el más grande de toda Sevilla. Hojas pardas al llegar el otoño y ramas desnudas
al llegar el invierno, es también poesía en el jardín. Testigo mudo de la
escena desde mucho antes de ser representada allí. Fue plantado en 1850 cuando
el parque era una parte más de los Jardines del Palacio de San Telmo. Ciclamen,
pensamientos, pascueros y otras flores de temporada se van sucediendo en el
parterre bajo cuya superficie se desarrolla la titánica raíz del ciprés.
![]() |
Representación del “el amor que llega, el amor que vive y el amor que muere” |
Ángel herido con la flecha de la pasión |
Fuente imágenes:
wikimedia commons
Sígueme en:
También te puede interesar:
Muchas gracias por los comentarios al final del post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario