En la costa suroeste
de Cádiz, lugar donde he vivido en verano desde que tengo uso de razón, siempre
fueron muy comunes los camaleones, unos animales cuya característica más
conocida es la de la mimetización, es decir, la capacidad que tiene su piel
para adoptar los colores del ambiente que le rodea. ¿Es posible crear un jardín
mimetizado con el entorno?
En una ocasión me
hicieron una consulta sobre que plantas eran las más apropiadas para un clima
cálido y seco. La persona que me hizo la consulta se preocupaba de que en esas
condiciones fuera complicado tener un
jardín hermoso y con abundante vegetación. Pero lo cierto es que sean cuales sean las condiciones
medioambientales en las que vivan, siempre existen plantas que pueden crecer y
desarrollarse perfectamente en ese medio.
Es más, no debemos
preocuparnos por esta circunstancia porque, sea cual sea nuestra ubicación,
podemos encontrar plantas que luzcan, que nos ofrezcan todo su esplendor y que
den valor a nuestro jardín, siempre y cuando, claro está, les prestemos la
atención que requieren y las mantengamos en perfecto estado de mantenimiento. Incluso,
podemos conseguir esa mimetización con el ambiente usando las plantas adecuadas
para crear una transición fluida
entre el jardín y su entorno.
Un jardín se
encontrará mimetizado y naturalizado
cuando el elemento principal que lo compone, las plantas, están seleccionadas
en función de su origen, características botánicas, color o textura, y cuando
son capaces de vivir en ese medio sin más aportes de agua y nutrientes que los
que les proporciona el hábitat donde crecen. Además, en este tipo de jardín los
cuidados y aportes por parte del jardinero serán los mínimos requeridos. El
objetivo será doble: conseguir una integración natural y un desarrollo de forma sostenible.
Así pues, si queremos usar
plantas que tengan la capacidad de mimetizarse, aquí van unas cuantas ideas,
como por ejemplo, buscar aquellas que sean autóctonas
o, que después de haber sido introducidas y se hayan desarrollado en el
lugar durante muchos años, ya se encuentren naturalizadas.
Otra idea es observar
que tipo de plantas crecen en el entorno,
que plantas tienen los vecinos y que plantas se comercializan en la zona. En
los garden centers o viveros, aunque
hay plantas que se producen para su comercialización porque son muy demandadas,
lo que es un indicador de que su cultivo se da bien (no siempre), porque en
esto de la venta de plantas también hay mucho de boca a boca y de que en muchas ocasiones deseamos la flor que posee
el vecino, podemos encontrar la planta idónea para mimetizar el jardín según el
lugar donde se encuentre ubicado.
Una vez que
determinamos que plantas son de nuestro gusto, cuales se encuentran adaptadas
al medio y nos van a proporcionar un espacio vivo, hermoso y con una masa
vegetal abundante, habría que disponerlas
con cierta armonía, tener en cuenta aspectos del diseño a la hora de
presentar la planta en el espacio que van a ocupar como: colocar las plantas de
menor porte en el primer plano visual y, detrás, arbustos y árboles de gran
tamaño. Todo esto sin olvidar agrupar a las distintas espacies vegetales en función
de que posean igualdad de requerimientos hídricos y de nutrientes, lo que viene
a ser conocido como hidrozonas.
En la capacidad del
camaleón, cuyo hábitat se encontró amenazado por la creciente urbanización y
tuvo que ser protegido por las autoridades medioambientales, está la clave. La mimetización,
esa habilidad de fundirse con aquello que te rodea, es ideal para crear
espacios verdes que se funden con el entorno. Jardines fluidos, sin interrupciones
ni notas discordantes. Un conjunto que es solo uno.
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