9 de junio de 2015

Breve acercamiento al jardín chino

Es curioso lo mucho que se habla del jardín japonés (muy meritorio) pero no se habla tanto de otro jardín oriental como es el caso del jardín chino que además fue precursor de su homologo japonés. Las diferencias entre ambos las marcan las propias características del espacio que se dispone para crearlo y desarrollarlo. Mientras que el jardín japonés nos trae el paisaje para disfrutarlo y contemplarlo en un reducido espacio, el jardín chino es todo el paisaje en sí con la misma función de encuentro entre naturaleza y hombre pero sin que la primera se encuentre sometida al segundo.

Ma Yuan: De vuelta del trabajo
Ma Yuan: De vuelta del trabajo

Mi primera noticia de la inmensidad de los jardines chinos fue en la facultad mientras estudiaba historia del paisajismo. Los apuntes que apresuradamente tomaba acerca del emperador Yangdi de la dinastía Sui, el cual construyó el magnífico Parque del Oeste cerca de la capital Luoyang empleando para esta labor más de un millón de trabajadores, moviendo más de 190 km3 de tierra, adaptando terreno y rocas para crear colinas artificiales y escavando el suelo para construir cuatro lagos y cinco mares, no me dejó indiferente. La historia de este jardín data del año 607 d.C, pero tal y como la escribí la recordé y no necesité estudiarlo ¡¡Cómo iba a olvidar semejante jardín!! 
     
Ya no queda nada de este fabuloso jardín que fue construido, todo hay que decirlo, bajo la crueldad de su emperador, pero aún existe jardines de interés en Luoyang e, incluso, con referencias al oeste como es el caso del Jardín Botánico Sui-Tang, apodado Puerta Oeste, que posee un enorme lago y donde se celebra desde 1983 el Festival de las Peonias, flor nacional en el país asiático.

A este jardín solo puedo viajar de momento gracias a la tecnología de Google Earth, pero un jardín chino que si conocí es el que se encuentra en el Real Jardín Botánico de Edimburgo. Posee un cenador y un puente construido al más puro estilo chino que sirven de mirador a un amplio lago. Su frondosa vegetación la componen plantas que han sido traídas de China desde principio del siglo XX. Abedul, bambú, cotoneaster, viburno y rododendro son algunas de las especies que habitan este agradable lugar. Si bien es cierto, aunque conserva las características típicas de un jardín chino, su superficie es mucho más reducida que los se cuentan en las leyendas de los antiguos emperadores.

Toda esta enormidad en el jardín, en el paisaje, obedece a una filosofía muy distinta a la que tenemos en occidente. Para los chinos existe un espíritu en todos los espacios conocidos, ya fueran las montañas, los mares, los océanos, los ríos, el firmamento, los animales y los árboles, de forma que el paisaje constituye un cuadro, una pintura, donde el hombre vive de la manera más enriquecedora posible y aprendiendo de todo cuanto le rodea. Un paisaje para la contemplación.

Muchos de estos jardines antiguos dejaron de existir porque era costumbre que los miembros de las familias acaudaladas, cuando el miembro predecesor moría, abandonaran el hogar al que había acudido la muerte y, como consecuencia, también sus jardines.

Todo esto es en realidad una aproximación muy escasa al jardín chino y su concepto, pero podemos hacernos una idea de cómo eran aquellos jardines, muchos de ellos envueltos en la densa niebla de lo mitológico.

Aún así, hay algo que podemos hacer y es transpolar la parte que comparten el jardín chino con el japonés. Para ambos estilos de jardinería ocupan un papel fundamental tres elementos ornamentales la piedra, el agua y las plantas, pero desde un punto de vista muy distinto al papel que desempeñan en los jardines occidentales. 

La piedra es el elemento primero, representa lo inamovible y la eternidad frente a una vida, la humana, fugaz en comparación. El agua en cambio es más voluble, con una doble cara, una indómita y la otra suave. En último lugar está el reino vegetal, subordinado a la piedra y el agua. Las plantas son elementos vivos y, por tanto, perecederos dentro del jardín chino. Especies vegetales hermosas por sí mismas, pero son los únicos elementos del conjunto de tres que pueden modificarse como puede ser el caso de la rama de un árbol que entorpezca la visibilidad o un arbusto que desentone con la composición paisajística deseada.

Y es posible que muchos de estos jardines queden para el recuerdo, pero no así otra manifestación artística que se unió a la de los jardines chinos, la pintura paisajística que alcanzó un desarrollo notable conservándose en dibujos de elaborados paisajes. Autores como Mi Fu (1051-1107) o Ma Yuan (1160-1225) representaron escenas con pabellones, cascadas, estanques y bosques con distintos tipos de árboles. Una muestra…



Ma Yuan: Andando por los caminos en primavera
Ma Yuan: Andando por los caminos en primavera
Mi Fu: Montañas y pinos en primavera
Mi Fu: Montañas y pinos en primavera
Wang Xi Meng: Paisaje panorámico
Wang Xi Meng: Paisaje panorámico
Wang Xi Meng: Ríos y Montañas
Wang Xi Meng: Ríos y montañas
Zhao Meng Fu: Rocas y árboles
Zhao Meng Fu: Rocas y árboles

Fuente imágenes: Wikimedia commons
     
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