Si existe un espacio público
en las ciudades que represente de forma acentuada el medio natural más antropizado
ese es sin duda la plaza urbana. Lugares que nacen de un anhelo hacia la
naturaleza donde ésta siempre quedó doblegada. Era condición sine qua non. Servidumbre impuesta de
los hombres que a la vez trataban de romper la estricta monotonía del desarrollo
urbanístico con unos lugares de esparcimiento que llevan siglos evolucionando y
que le ha llevado a hacer frente a nuevos desafíos. Una redefinición constante
de la denominación “lugar público” como un espacio dinámico, habitable y
sostenible.
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La antigua Alameda de Hércules de Sevilla |
Esta evolución hacia
un estilo contemporáneo de desarrollo urbano aparece muy marcada en la que
podemos considerar la plaza pública más antigua de Europa, la cual conozco bien
y no es otra que la Alameda de Hércules
de Sevilla. Construida en 1574 bajo la influencia de una nueva corriente de
pensamiento universal que con los siglos se llamó Renacimiento, el espacio elegido
para dotar a la ciudad sobre palos del primer jardín público,
era un terreno que se inundaba con frecuencia debido a las crecidas del Río Guadalquivir,
circunstancia que fue solucionada abriendo unas acequias que realizaban
funciones drenantes.
En aquel lugar
anteriormente llamado “la laguna”, se
colocaron numerosos árboles, principalmente álamos, fuentes y monumentos, entre
ellos los dedicados a Hércules. Con el paso del tiempo esta histórica alameda
ha sufrido numerosos cambios y obras, el último acontecido hace tan solo siete
años, durante el cual se le dio un aspecto estético totalmente moderno integrando las esculturas originales en el
diseño moderno actual.
El pavimento antes de
2008, hasta donde alcanza mi recuerdo, era el típico de albero que abunda en
muchos parques y jardines de España, y fue sustituido por otro pavimento con
adoquines de hormigón del mismo color albero en gran parte de su superficie. También
se realizaron movimientos de tierras de forma que el terreno ha quedado
configurado con pequeñas depresiones ondulantes. Pero desde mi punto de vista,
el elemento más significativo que se ha introducido, han sido unos surtidores
de agua en el suelo que otorgan sensación de frescor a un ambiente de elevada
temperatura prolongada durante muchos meses del año. Algunos de los arboles que
existían antes de la última restauración se han podido mantener, otros fueron sustituidos
por nuevos álamos, olmos o plátanos de sombra que también abundan en la
alameda.
El resultado tras
cambiar el trazado histórico de una plaza urbana con más de cuatro siglos de antigüedad
para conferirle un aspecto tan moderno puede ser más o menos criticable, pero
ese no es el cometido de este artículo. Mi intención es la de considerar un cambio de tendencia hacia modelos urbanísticos
contemporáneos donde se anhela lo natural. Una ciudad donde lo vegetal ya
no queda subordinado al granito y el hormigón. Ahora la naturaleza se encuentra
integrada en todo este conjunto.
Otro proyecto más
reciente, pues quedó inaugurado en 2002, es The MFO-Park, que se
encuentra en Zúrich (Suiza) y es quizás mejor ejemplo de evolución del concepto
de plaza urbana contemporánea. Se encuentra ubicada en una antigua zona
industrial a la que se le quería dar un nuevo uso como zona de esparcimiento
público, siendo necesario para diseñar el proyecto contar con un equipo
multidisciplinar. La solución adoptada es una superficie de 6.300 m2 donde dos estructuras
metálicas verticales paralelas y dispuestas a distancia homogénea, sobre la que
crecen y se desarrollan enredaderas, definen los lados largos de un espacio
rectangular. Uno de los lados cortos de este rectángulo vegetal está abierto a
la calle, invitando a entrar, a ocuparlo, el otro lado corto conecta los lados
largos. Los usuarios pueden acceder a la estructura metálica de la plaza urbana
a través de escaleras, llegando a una terraza, pasar después por varías galerías
e, incluso, es posible realizar una
visual área del espacio inferior desde un voladizo. Este nivel más bajo se
encuentra ajardinado y posee el mobiliario urbano, así como, un estanque en forma
de media luna. Las trepadoras proporcionan cambio estacional, con caída de
hojas, abundante vegetación, y variación de colores a lo largo del año.
Antiguo o moderno. La
tendencia es palpable no solo en viajas plazas urbanas que se remodelan (aunque
he de reconocer que el ejemplo de la Alameda de Hércules me viene como anillo
al dedo), sino que es fácilmente reconocible en nuevos proyectos que se están
ejecutando de plazas urbanas contemporáneas en ciudades de todo el mundo.
Nuevos espacios públicos ideados para mejorar el paisaje urbano haciéndolo funcional,
práctico, pero sin olvidar que también es un lugar para recuperar de la desafectación
patológica del usuario urbanita hacia el medio natural.
Nuevos surtidores de agua en la Alameda de Hércules de Sevilla |
Fuente imágenes:
Wikimedia commons
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