¿Conoces alguna calle donde haya plantadas
Koelreuteria paniculata? La
pregunta vía Whatsapp que me hizo un compañero incorporado por seis meses como
técnico del ayuntamiento de su pueblo gracias al Plan Emplea, se había hecho frecuente. Corrijo. No esta pregunta
concreta, muchas relacionadas con jardinería de compañeros que tras trabajar en
otros apartados de la agricultura habían encontrado acomodo temporal bajo el
amparo municipal en el Servicio de Parques y Jardines de la localidad donde
viven.
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Cápsulas madurando de la Koelreuteria paniculata |
Es que me han dicho que es un árbol que se da
muy bien y quiero verlo antes para plantarlo aquí en mi pueblo. Hecha la aclaración no dude en contestar.
La calle que da justo a la ventana de mi salón está plantada con Koelreuteria paniculata, claro que antes
de llegar a dicha calle hay una plaza sembrada con un bosquecillo de Melia azedarach, una alineación de Jacaranda Mimosifolia y otra de Washingtonia filifera. Arboles y
palmáceas muy comunes en las calles de nuestras ciudades.
El jabonero de la China (nombre popular que se le da a Koelreuteria paniculata), fue descrito
en 1772 y su origen, como habréis podido imaginar, se encuentra en China y
Corea. Se introdujo en los jardines botánicos europeos a principios del siglo
XIX y desde estas zonas verdes se trasladó a la calle como árbol ornamental por
la belleza de sus flores. Hermosas por su simpleza, solo cuatro pétalos de
color amarillo y una mancha anaranjada en la base. El resto, una cascada de
flores en forma de racimo. También son destacables las cápsulas que envuelven sus
semillas, pues varían de color, verde al inicio, marrón en su madurez. Su
cultivo también es sencillo por lo que no tardó en distribuirse por las calles en
ciudades de las regiones de clima templado.
Su proporción en viario,
tras estos datos, es sin duda amplio. Pero no solo del jabonero de la China,
también de los otros árboles que he nombrado antes, melia y jacaranda, así como
algunos otros, como pueden ser olmo y almez o, el que sin duda es el que más abunda
en entornos urbanos, el plátano de sombra. En realidad la diversidad de los arboles urbanos no es muy amplia, como mucho
se pueden contar con unas aproximadamente 20 especies distintas. Hay más pero
su presencia no es significativa (ahora mismo estoy recordando las magnificas
encinas que dan sombra en la Plaza de Cuba de Sevilla), y esta falta de
diversidad arbórea, aunque son evidentes los beneficios del árbol urbano,
plantea una serie de inconvenientes.
La baja diversidad
entre los arboles de viario produce la proliferación de las plagas y
enfermedades que afectan a estas especies que, además, al estar conectadas por
las calles, sirven de unión para la propagación de las mismas. Un ejemplo claro
es el de la grafiosis, un hongo que
afecta a los olmos y que en el pasado redujo drásticamente la población de
estos por otras especies. En la actualidad existen variedades de olmos
resistentes a esta enfermedad. Otro inconveniente de la escasa biodiversidad
del arbolado urbano es que al haber una mayor concentración de polen únicamente
de unas pocas determinadas especies, aumentan las alergias provocadas por estos
árboles.
¿Qué ocurre en los
bosques naturales? Pues algo muy parecido a lo que ocurre en las calles de las
ciudades. Si tomamos un ejemplo que tengo ahora muy cerca, los pinares de Pinus pinea
que hay en los sistemas dunares de la costa de Huelva, tienen una dinámica
parecida a la de los arboles de viario. Es la especie arbórea dominante, con
una proporción que debe ser muy cercana al 100%, y para conseguir este éxito colonizador
utiliza una sustancia acidificante que liberan sus acículas al caer en el suelo
evitando que se instale en la zona cualquier otra especie. Por otro lado, al
encontrarse en comunidades elevadas, atrae una serie de plagas cuya proporción
también se vuelve elevada, como ocurre con la procesionaria del pino.
Con todo esto no
quiero decir que haya que eliminar los bosques con una única especie arbórea porque,
a pesar de esto, son hábitats con enorme
biodiversidad tanto vegetal como animal, pero sí puede servir como un
indicador del comportamiento de los arboles de las ciudades que, recordemos, no
dejan de ser seres vivos que se encuentran en un entorno urbano donde esta
diversidad natural espontánea es prácticamente inexistente. Lo ideal sería
favorecer proporciones de árboles en las ciudades sin desequilibrios y con
variedad de especies.
Mientras, ajenos a lo
que ocurre en los bosques y en otras poblaciones, en un pequeño pueblo de
Sevilla se están plantando en viario Koelreuteria
paniculata por primera vez. Hasta aquí me parece perfecto, ya no solo habrá
naranjos, se van equilibrando las proporciones.
Bosque de Pinus pinea |
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