Hasta la fecha han
sido los peores meses que he sufrido para terminar un año. Los que me conocen
bien y los que me siguen en Facebook saben a qué me refiero. Sí, ha habido altibajos
y, claro, también hubo momentos para la alegría o para reír. Prefiriendo
quedarme con esto último, lo cierto es que Jardines
Que Me Gustan ha sido una ilusión, no solo durante este año, sino durante
los últimos cuatro. Una ventana nacida de mi imaginación desde la que entraba
aire fresco cada vez que me apetecía asomarme en la Unidad de Día mientras los enfermeros inyectaban la quimioterapia a
rostros de miradas perdidas ante un futuro incierto o, finalmente esperando lo
inevitable, mientras recorría una y otra vez los cuatro metros en aquella
habitación de hospital.
Paisaje alpino del Real Jardín Botánico de Edimburgo en Escocia |