Palma del Río en Córdoba es un pueblo bonito. Está rodeado
por un mar de naranjos, un poco más lejos, abundan frutales de hueso como ciruelos
y melocotoneros, también hay olivos. La vega del Guadalquivir es una zona muy fértil,
por eso es normal que se den de forma espectacular todos estos cultivos. Productos
de la tierra, como igual de significativo es su sol generoso en una mañana
invierno. Haz de luz que calienta, te reconforta, te da la vida. Rayos que hacen
disfrutar aún más de tu trabajo. ¡Cómo no iba a disfrutar de ajardinar aquella
rotonda!
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Con luz propia brillan los rosales en la Rotonda de Palma del Río |
Al trabajo lo llamé
simplemente “Proyecto de ajardinamiento de Rotonda en Palma de Río”. No es
un título muy brillante que digamos, pero lo cierto es que los proyectos no suelen
poseer un nombre rimbombante a no ser que le preceda una fama especial como
pueden ser “Garden Bridge” o “Bosco Verticale”. Los títulos de los
proyectos deben ser un resumen del contenido que encontremos dentro de éste, en
concreto, en el texto de la Memoria.
El diseño de aquella
rotonda no fue mío. Yo plasme el proyecto siguiendo las indicaciones de un
boceto dibujado a lápiz en un trozo de papel de cuadritos y lo adecué a los
condicionantes requeridos por el Ayuntamiento
de Palma del Río. Escribí en la citada Memoria
que el proyecto consistía en sembrar la superficie de circular de césped con una
mezcla de semillas compuesta por Festuca
arundinacea, Ray grass y Poa
pratensis muy apropiada para la zona. Incluí tres Cupressus sempervirens ‘stricta’ que acompañarían a tres grandes
rocas de piedras traídas de Sierra Morena y unas “medialunas” sembradas con Rosal floribunda ‘sevillana’ que iban
menguando a medida que se alejaban de la estatua conmemorativa, símbolo de la
localidad cordobesa, dos palmeras con el río, y motivo por el cual se
ajardinaba el nuevo espacio verde. Tampoco faltaron en el pueblo de las palmas
unas palmeras washingtonias y más rosales en la mediana, junto a la cercana
acera. Todo este texto quedó representado en los correspondientes Planos de ejecución de la obra. No
faltaron al proyecto el Presupuesto realizado
en un documento de Presto con cada
partida desglosada, el pliego de Prescripciones
Técnicas, con las características de cada elemento que iba a colocarse en
la obra y, para finalizar el documento, los Anexos
que fueron necesarios.
Una vez que el
Ayuntamiento aprobó el proyecto, me marché con los jardineros hasta el lugar y,
guiándome por los planos que previamente había delineado, empecé a presentar
las plantas e ir definiendo con cal cada área de la rotonda que estábamos ajardinando.
Coloque las macetas de rosal en su espacio correspondiente en marco “a tres bolillos” e indiqué, con ayuda de
una cinta métrica, el lugar donde debían de plantarse los cipreses y las washingtonias.
Qué agradable resultaba la suave brisa, el olor a tierra de labranza, el sol al
que hice mención al principio calentar los helados huesos…pararse unos segundos,
llenar los pulmones de aire, librarlo despacio y contemplar el paisaje
circundante. ¡Y qué decir de la compañía! Hombres mucho más mayores que yo, jardineros
experimentados, a los que tenía que decir lo que hacer pero que en algunas
ocasiones, sabiamente, me corregían mis errores de principiante. Charlábamos
durante las paradas para comer y así los iba conociendo un poco. Hablábamos, no
voy a engañar, principalmente de las bondades de las mujeres que veíamos caminar
por decirlo de un modo suave, pero también conversábamos sobre el trabajo,
temas jardineros y de una incipiente crisis
económica que empezaba a inquietarnos a todos.
Aquella historia
ocurrió hace varios años y la rotonda quedó ejecutada según las indicaciones
del proyecto que yo mismo había redactado. No he dicho que quedó acabado porque
hace un par de semanas, una fría y soleada mañana, volví a visitar aquella
rotonda de Palma del Río y me pareció incompleta. Creo que es deformación
profesional no conseguir dar por finalizado un proyecto. De nuevo allí, pasado
el tiempo, ante ti se muestran detalles susceptibles de mejora o aspectos que en
la actualidad haría de otra forma. Un jardín, en este caso el de una rotonda,
es un lienzo que nunca termina, siempre falta un color que dar, una última
pincelada que no termina de llegar. Porque un espacio verde posee una necesidad
imperiosa de evolucionar y desarrollarse. Es un lugar vivo imbuido en una
atracción constante por permanecer dinámico, donde se unen los propios cambios
a los que obliga la naturaleza y los aspectos que aparecen cuando observas el
jardín con ojos renovados. Un jardín nunca deja de ser una historia sin
terminar, un espacio que se encuentra siempre por acabar.
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La rotonda vista desde la acera ajardinada con Rosal florbunda 'sevillana' y washingtonias |
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Los cipreses también dan su fruto |
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Monumento que representa las palmeras y el río, símbolo de la localidad cordobesa |
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Los tres cipreses con las tres rocas de piedra traídas de Sierra Morena |
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Las "medialunas" de rosal menguando hacia la carretera |
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Washingtonia haciendo sombra al sol |
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Me alegra ver, que de vez en cuando y en cierta manera, las instituciones locales se preocupan por el tema de la jardinería, dejado en manos de auténticos profesionales cuestiones sumamente importantes como es el diseño. Con un buen diseño no sólo se consigue una buena estética en el entorno, sino que también se evitaran un gran número de problemas en un futuro.
ResponderEliminarMe gusta esa rotonda.
Muchas gracias Francisco por la parte que me toca. Es cierto que en construcciones de obra civil muchos proyectos de ajardinamiento están realizados por arquitectos o aparejadores sin ningún tipo conocimientos botánicos, por decir un ejemplo, me he encontrado algún proyecto de jardinería con algún disparate como incluirle partidas en el presupuesto a la "Vinca pervinca", una hierba rastrera que no crece más de 20 cms, tutores de 2,50 m de madera. En fín... también es verdad que muchos de estos proyectos lo realizan los técnicos municipales y sí se hacen correctamente. Un saludo y gracias por el comentario.
EliminarHasta el dia de hoy la rotonda está con buen mantenimiento y en perfectas condiciones.
ResponderEliminarEs la puerta de entrada a Palma del Río y el Ayuntamiento se esmera en que este siempre en perfectas condiciones.
El monumento es una alegoría al río Guadalquivir y a las palmeras
Vives en un lugar privilegiado. Un abrazo Eleuterio.
EliminarQuedo muy bonita, hay muchas rotondas que dan pena, un proyecto muy interesante, felicidades
ResponderEliminarLa verdad es que existen muchas rotondas sin ajardinar porque es una solución fácil para regular el tráfico pero no se tiene en cuenta el mantenimiento posterior. Luego, la desidia y el abandono por parte de las administraciones hacen el resto... Gracias por tu comentario Maria.
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