Pasear una mañana de sábado
bajo las ramas de las Lluvias de oro
(Koelreuteria panicualta), en esta
época cuando ya no quedan hojas, puede deparar más sorpresas de las que uno se
imagina. Sé que en esto de la jardinería soy un tanto especial y que veo
jardines por todos lados, pero estarás de acuerdo en que hay ocasiones en que
estos “jardines desechados”, al igual que yo, los disfrutas cuando de improviso
aparecen.
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Brote de Koelreuteria paniculata |
¿Qué me dices de los
brotes de la Koelreuteria? Ahí están,
ajenos al invierno, cercanos a la base del tronco recibiendo los dorados rayos
del sol, con una coloración rojiza tardía que recuerda un otoño ya pasado. La
norma jardinera recomienda quitar estos brotes (también ramones o caparros),
porque restan vitalidad al árbol y es en la copa donde se concentran las ramas.
También se trata de una cuestión estética, un ideal de lo que debe ser “el árbol bonito”, un tronco recto, la
altura de cruz a 2,50 mtrs., la copa bien formada…, imagen en nuestro
subconsciente de árbol urbano.
Pero la naturaleza
tiene su propio ideal de árbol. Mucho más amplio que nuestras cortas miras y
expande su belleza en los lugares más inesperados y en el momento menos apropiado.
Y si bajo las copas desnudas de la Lluvia de oro, el pavimento se levanta, es ocupado
por otro de sus “infames” representantes. Una hierba espontánea que hay que
erradicar porque tampoco es bonita. Pero lo cierto es que tal vez deberíamos dejarnos
de quitar todo aquello que se encuentra imbuido dentro de nuestra ordenada lógica
y ampliar nuestras miras, hacernos más naturales y entender que existen otros
tipos de jardines que pueden ser hermosos.
En Francia los llaman (porque
ya tienen nombre), jardines planetarios, y no consisten en la simplicidad de dejar
crecer la hierba, el Ricinus o el Ailanthus de turno libremente. El
concepto es combinar distintos espacios, desde el jardín convencional más
cercano a la vivienda y zonas de esparcimiento, hasta otros espacios más
alejados donde se deja actuar a la naturaleza del lugar, el genius loci como decían los clásicos. En
común ambos espacios, antropizado y natural, poseen que el jardinero debe
actuar sobre estos, en el primero de forma convencional, en el segundo “dirigiendo”
las distintas especies vegetales que van apareciendo y delimitando tanto los
espacios como los límites.
Quizás alguien que le
parezcan feos los brotes de Koelreuteria
los elimine pensando que es lo correcto, aunque lo dudo, no por convicción sino
por dejadez, algo en lo que sale ganando la ciudad, los ciudadanos y la
naturaleza.
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Ricinus communis |
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Como siempre es un gran placer leerte, me encanta lo que pones y como lo pones, tal como la naturaleza espontanea y con sus ideas en otras miras. Felicidades.
ResponderEliminarPara mi es un placer escribir y que me lean. Gracias Raúl.
Eliminarsiempre recordare el comentario de un profesor de horticultura, no hay malas hierbas si no plantas mal ubicadas...
ResponderEliminarme lo has recordado con este tema que tratas hoy... es cierto muchas veces los "canones" nos pueden a la hora de podar, de desherbar... a veces es mejor unirse al" enemigo" que intentar eliminarlo a toda costa...
Tenemos que ir cambiando la forma de llamar a estas hierbas, yo por ejemplo siempre las llamo "hierbas espontáneas". Me gusta lo de unirme al enemigo en ciertas ocasiones. Saludos Mario.
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