Si existe un regalo
que me haga feliz en este mundo, ese es un libro. Siempre he sido muy
aficionado a leer, soy un lector compulsivo, de los que cuando un libro me “engancha”
no lo suelto hasta que haya acabado, aunque los parpados caigan abatidos por el
sueño. No son pocas las vigilias lectoras que llevo en mi haber. De aquí me
viene la pasión escritora y la de contar estas historias en forma de posts que
curiosamente, en esta ocasión, comienza con un regalo en forma de bonsái y, a
pesar de este giro, sigue sin abandonar el tema de los libros.
Hace muchos años me
regalaron un bonsái. Me encantaba. Era un pequeño Aligustre (Ligustrum japonica)
retorcido en una especie de “S” y muy
ramificado. Lo llegue a tener sobre la ventana de mi habitación durante
aproximadamente unos tres años o puede que incluso más. En el tiempo que estuvo
en mi ventana lo cuide lo mejor que pude aplicando mis escasos conocimientos sobre
bosáis. Lo podaba y regaba cuando creía que era necesario y aparentó siempre un
aspecto vigoroso. Lo mimaba tanto que hasta lo llevaba a la playa de vacaciones.
Pero en el año 2004 nos mudamos y ocupó otra ventana. En pocos meses su aspecto
se fue deteriorando, las hojas cayeron y sus ramas cambiaron de marrón a un
tono grisáceo falto de vida. Traté de recuperarlo con un abono específico para
bonsáis, pero fue inútil. Finamente marchitó completamente. Siempre achaqué la
perdida de este apreciado bonsái al cambio de ubicación, pero conforme fui
descubriendo más sobre el cultivo de estos pequeños arbolitos aprendí que los
bonsáis necesitan ser trasplantados a un contenedor mayor cada tres años
(aunque el trasplante varía según la especie). En realidad fue mi ignorancia la
que acabo con su existencia.
Unas veces se gana,
otras… se aprende, y no hay nada como los libros para vencer la ignorancia. Bonsái,
Arte y Naturaleza ha sido el libro que me han regalado los amigos de la
Editorial Oberon, a los que estoy muy
agradecido. Es un libro que, a pesar de ser algo técnico, se hace muy ameno de
leer y con imágenes ilustrativas sobre las distintas actuaciones a realizar
para el correcto cultivo de bonsáis. Carlos
Lázaro y José Manuel Blázquez,
ambos miembros de la Asociación Española
de Bonsái y autores del libro, más que una explicación académica, escriben
sobre un camino a recorrer para encontrar el kami (espíritu interior que para los japoneses habita en el interior
de cualquier ser creado por la naturaleza), en un texto que se fragmenta en
cinco vías: fuego, agua, tierra, tiempo
y vacio. Elementos que conectan sencillez y armonía con naturaleza a través
de la obsesiva búsqueda de la perfección en la antigua cultura japonesa.
Después de aquel
primer bonsái, cuando estuve trabajando en el vivero de Córdoba, existía una mesa donde había muchos otros, de
distintos estilos y formas: Escoba, Barrido por el viento, Cascada, Raíz Serpenteante
o, mí preferido, Bosque. En aquella
mesa del vivero había uno gigantesco, ni pensar la maestría y la dedicación
empleada para que llegase a ese estado. Muchas veces quise llevármelo a casa,
pero la experiencia con el anterior, el no haber sabido todo lo necesario, me
causaba respeto. Son muchos los factores que intervienen en el cultivo de un bonsái,
desde el trasplante, que en mi primer bonsái faltó, pasando por agua, abono,
poda, pinzado, alambrado, etc. Muchos factores necesarios a tener presente si
queremos que el pequeño arbolito crezca y se desarrolle satisfactoriamente.
En el libro Bonsái, Arte y Naturaleza, se encuentran
detalladas todas estas operaciones de forma fácil y simple, como la misma técnica
de cultivo del bonsái. Mientras me decido a tener uno de nuevo y voy depurando
mi técnica, me recreo con la colección que hay en el Real Jardín Botánico de Madrid. Ejemplos que animan a evadirse de
todos los respetos que me pueda producir el cultivo del bonsái y ponerme desde
ya, a cuidar de uno.
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Bonsái, Arte y Naturaleza Editado por Oberon |
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A mi me regalaron un bonsai estas navidades, ya me ha florecido, aunque me parece muy temprano,...tendré que echarle una ojeada a ese libro. Un abrazo
ResponderEliminarEl libro está muy bien Raúl, seguro que te orienta con ese bonsái tuyo. Un saludo.
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