Parece que lo inusual,
lo poco frecuente, lo valoramos mucho más precisamente por esa carencia. A mí
al menos me ocurre así con muchas cosas. Por esa misma razón me gusta tanto
viajar, porque me maravillo cuando veo cosas diferentes igual que lo hace un niño
al ir descubriendo cada suceso o cada objeto totalmente nuevo para él. Cuando
viajo observo aquello que no estoy acostumbrado por la fuerza de la rutina y,
por desgracia, los tulipanes son poco frecuentes en Sevilla debido al clima.
Solo con subir un poco al norte, ya los encuentras cultivados en parterres
públicos y por eso la existencia de Keukenhof,
el jardín de los tulipanes de Holanda, me llama tanto la atención.
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Pozo en los Jardines de Keukenhof |
Soy consciente de que se
han escrito ríos de tinta digital hablando de Keukenhof y no pretendo sentar
cátedra sobre este lugar; mi deseo es únicamente presentar una visión personal
y unirla a las demás. Como en el lema que he apadrinado, el jardín es sentimiento hecho lugar, Keukenhof es uno de esos
espacios verdes con capacidad para dejar una impronta, una huella emocional que
hace que lo apreciemos a pesar de la distancia y el tiempo, incluso si nunca lo
hemos visitado. La primera vez que tuve conocimiento sobre este jardín fue hace
ya muchos años. Una amiga se iba de vacaciones a Holanda y me comentó, “puedo traerte fotos de Keukenhof ¿Lo
conoces? ¿No te gustan mucho los jardines? Es un jardín que esta todo lleno de
tulipanes y es espectacular”. No me avergüenza reconocer que hasta ese
momento no tenía ni idea de la existencia de este jardín, igual que a día de hoy
desconozco probablemente otros muchos jardines, pero esto es lo bueno de
viajar, aunque sea a través de internet, que permite aventurarse a lo
desconocido a golpe de click tras la
pantalla de un ordenador. Espero y deseo continuar ingenuo a la presencia de
otros muchos jardines y poder irlos conociendo poco a poco, maravillándome de
aquellos que los hace únicos, para después contar una historia sobre ellos.
Desde aquel día que
tuve la primera información sobre Keukenhof empecé indagar sobre este nuevo jardín
que se abría ante mí. Descubrí que el jardín
de los tulipanes es en realidad el jardín
de la cocina, pero sus 32 hectáreas son mundialmente conocidas por el
cultivo de la flor turca. Y es que el origen del tulipán se remonta a tierras otomanas,
aunque es en Holanda donde se desarrolló toda la ingeniería del tulipán que tuvo como pistoletazo de salida el siglo
XVI cuando fue importado a Leiden por Carolus
Clusios profesor de Botánica en la ciudad. Desde entonces hasta llegar a
Keukenhof llovieron unos cuantos siglos, después de que la noble Jacoba de Baviera creara un jardín donde
era para ella habitual pasear junto hierbas y especias con destino las cocinas
de palacio, después también, de que ricas familias de comerciantes se hicieran
con los terrenos y crearan un jardín paisajista inglés donde las flores reclamasen
para sí todo el protagonismo. Hoy en día la mejor época para visitar “in situ” el jardín es durante el mes de
mayo que es cuando se encuentran en floración los campos de tulipanes. Todavía sigue
vigente el desarrollo de la ingeniería
del tulipán, pues para que los parterres floridos luzcan cada año espectaculares,
es necesario un diseño con muchos meses de antelación, antes de que llegue el
otoño, época propicia para aplicar sobre el terreno lo planificado en el
estudio, no en vano, los bulbos que florecen en primavera deben ser enterrados
en otoño y los bulbos de flores otoñales han de ser enterrados en primavera. Una
vez que queda marcado el terreno en los parterres de Keukenhof y los bulbos
presentados, los jardineros se afanan por enterrarlos bajo tierra para que en
la siguiente primavera, tanto propios como extraños, podemos seguir asombrándonos
con los hermosos tulipanes y continuemos soñando con viajar hasta los Jardines
de Keukenhof.
Avenida de los Tulipanes en Keukenhof |
Encontraras más información
sobre los Jardines de Keukenhof visitando su web aquí.
Fuente imágenes:
Wikimedia commons
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Gracias por perder unos minutos de tu tiempo
leyendo este post.
Sin duda un jardín imponente y un auténtico parque temático del tulipán. Jamás me canso de visitarlo "virtualmente" :-)
ResponderEliminarGracias por compartir tu visión.
Los holadeses, tras siglos de cultivo (crisis y locuras por esta flor incluidas) son unos artistas de esta bulbosa, la programación forazada de la floración la logran con una precisión de reloj suizo (y tratamientos de frío XD), la plantación a diveras alturas de los bulbos... nada queda al azar en este jardin... asi luce esplendido cada año...
ResponderEliminarSe ve precioso. Saludos.
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