18 de abril de 2016

Voyerismo floral

Una cosa es encontrarte por la calle a un tipo desconocido agachado haciendo fotos a cualquier destartalada flor que nace entre el pavimento roto y, otra cosa bien distinta es encontrar a tu vecino haciendo fotos de la Clivia que tienes plantada a la entrada de tu casa. No es que pueda considerarme una persona muy pudorosa que digamos, menos a estas alturas de la vida, pero en este caso la vergüenza me ha podido, he dejado de lado mi voyerismo floral y me temo que no os voy a poder mostrar una imagen de esta espectacular flor que se encuentra en la maceta de barro de mis vecinos, en cambio, del archivo de flores particular si puedo tirar.  

Clivia minata en el Jardín Botánico de la Concepción

Es algo que me viene de largo. La casa de mis padres en la que me crié, tenía un estudio a pie de calle con una gran ventana. Lo visillos no permitan ver de fuera a dentro, pero sí desde dentro hasta el exterior y, como el ordenador estaba pegado junto a esta ventana, no era raro que me dejase llevar, pasando algunos ratos observando a través de la ventana. No es que me importase mucho la gente en sí, en realidad mi mente estaba en algún lejano lugar. Miraba porque me relajaba y me permitía un rato de desconexión para luego volver a conectar fomentado la creatividad y la lluvia de ideas. Esto mismo lo sigo practicando cuando estoy tomando café y me siento junto a la ventana, solo que con el tiempo he empezado a mostrar interés por los fenómenos naturales que acontecen tras ella. Recuerdo que en la casa de mis padres había un Cinamomo (Melia Azaderach), ahora me fijo en el Almez (Celtis australis) o en la Lluvia de Oro (Kelreuteria paniculata). Las hojas cuando caen, las flores cuando aparecen, los frutos al formarse…

Esta fijación un tanto enfermiza por fotografiar flores hermosas ha sucumbido ante esa Clivia y me tendré que conformar solo con observar cada vez que entro y salgo de casa. Sí pude fotografiar las flores de las Clivias que se encontraban en el Jardín Botánico de la Concepción. Es fácil encontrarlas en Málaga luciendo igual de bien que en mi Comunidad de Vecinos, solo que en la Costa del Sol tienen que competir con otras flores, algunas incluso con más renombre, como las Glicinias. Habita en grupos numerosos en el Jardín Malagueño, al borde de senderos, canalillos y en estanques, siempre bajo un frondoso follaje tropical que rara vez deja pasar la luz del sol.  

Otra Clivia histórica que aparece en las fotografías que conservo, son las que tomé bajo un enorme Algarrobo (Ceratonia siliqua) que hay en el Parque Ramón Rubiales de Sevilla. Esta fue una floración temprana porque la foto la hice a finales de un invierno y, como en el Botánico de la Concepción, formaban una masa arbustiva hasta que algún técnico municipal decidió que debían desaparecer de este parque.  
La Clivia es utilizada en diseño de jardines por su rusticidad y su idoneidad para agruparlas en composiciones tropicales. Pero también se cultiva en contendor, aislada y en interiores. Cuando no está en flor, es bueno tener en cuenta que mantiene esa forma de mata arqueada de color verde intenso todo el año, resiste altos niveles de polución, viento (apta para balcones), y es resistente tanto a plagas como enfermedades. Tampoco necesita mucha agua, es más, hay que estar prevenidos para no regar en exceso y que la planta no sufra por encharcamiento.

Encontráremos dos variedades cultivadas en jardinería, Clivia minata y Clivia nobilis. Yo os he mostrado las dos, la primera estaba en el Jardín Botánico de la Concepción, la Segunda el Parque Ramón Rubiales. Las diferencias se aprecian a simple vista en los racimos florales, porque C. minata presenta flores más grandes de color más anaranjado y C. nobilis posee flores pequeñas con los pétalos acabados en un color rojizo. A pesar de éstas diferencias, las condiciones de cultivo son aplicables para ambas.  Así que..., no tengo escusa para tener la mía propia y dejar de espiar la de los vecinos.

Clivia minata

Clivia nobilis

             
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Gracias por perder unos minutos de tu tiempo leyendo este post.

2 comentarios:

  1. teniendo un blog es imposible no sentirse "paparazi" o voyeur del tema del que va el blog jejeje, ultimamente parezco la del baul de los recuerdos porque muchos de las entradas de distintos blogs me traen recuerdos... la clivia la conoci en la escuela de agrarias en un mal orientado inverandero acristalado donde año tras año inmpasible a todo (estudiantes incluidos) florecián varías de estas plantas, junto a algunas otras especies que por mi tierra se consideran "exoticas"... ahora siempre que veo una clivia recuerdo los años de universitario...

    Buen artículo

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    1. Me parece que estamos juntos en esto, yo tampoco dejo de recordar historias con cada flor, árbol o arbusto que veo... ¡Tampoco puedo evitar escribir sobre eso luego! Encantado de que compartas en el blog tus experiencias Mario ;) Un saludo.

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