¡¡Escapa botarate!! ¡¡Huye mientras puedas!! Grité. Y dando saltos y cabriolas, riendo,
rozando levemente con la mano el seto de bambú, Jaime empezó a corretear levantando
polvo de albero bajo sus pies, protegido del inclemente sol de junio de Sevilla
por un manto de espesa vegetación. El juego continuó en aquella terraza que se
elevaba sobre otros jardines como si de un barco que navega sobre un mar de
rosas y limoneros se tratase, su mano desenvaino un florete invisible y empezó
a batirse con cuantos enemigos imaginarios osaron salir a su encuentro.
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Buganvillas cubriendo la pared del Apeadero |
Normalmente no
necesito gran cosa para convencerlo si quiero hacer la visita a un jardín, pero
se encuentra tan inmerso en el mundo de la esgrima, es conocedor de cada
renglón de las novelas escritas por Alexandre
Dumas, sigue con devoción cada aventura de su héroe preferido D’Artagnan el Gascón y sus tres amigos
mosqueteros, se sabe al dedillo quién fue El
Rey Luis XIII, La Reina Ana de
Austria o el Cardenal Richelieu,
que cuando le comenté que ese viernes de verano sin colegio, después de sacar
tan buenas notas, iríamos a visitar el palacio de un Duque más importante que
el mismísimo Duque de Buckingham, no
dudó en pedirme por favor que lo llevara hasta el Palacio de Dueñas.
Hace tan solo un par
de años, y durante bastantes, yo vivía muy cerca de allí. Mi piso se encontraba
en el piso primero de un viejo edificio del casco antiguo de Sevilla, mientras
que el despacho estaba en una habitación en la azotea. Heredé la costumbre de
mi abuela de levantarme muy temprano por la mañana, cuando aún todos dormían,
prepararme un café y cuidar de las exiguas plantas con las que me entretenía
estudiando su botánica. Cuando terminaba con esta labor, me gustaba tomarme el
café mientras amanecía y los rayos del sol iban tornado a dorado los tejados de
las casas. No me gusta caer en el chovinismo propio de la sevillania rancia,
pero… ¡Que belleza! ¡Qué suerte vivir en una ciudad como ésta! Al norte de mi
ubicación, sobresaliendo sobre todos los tejados, un enorme ciprés destacaba
con fuerza. Suponía que aquel ciprés pertenecía al Palacio de Dueñas, lo que no podía imaginarme era que aquel
pequeño punto verde en el callejero de Sevilla era en realidad un enorme conjunto de patios ajardinados y jardines
trenzados, unos de un tamaño, otros de otro, a distintos niveles sobre el
suelo, con tal suerte, que daba la
sensación de no tener nunca fin. Cuando ya has atravesado el jardín de la
entrada principal, dejando atrás el muro cubierto buganvilla del Apeadero, pasando por las caballerizas, accedes al Jardín de los Limoneros, que no solo de
cítricos, rosas, estatuas y poesía alimenta su fama, pues de entre todos los elementos
que lo componen habita un arrayan de más de tres metros de altura. No puedo
llegar a imaginar la de años que puede albergar un ser al que vulgarmente
denominamos seto y que se ha convertido en un gigante que sostiene el cielo con
sus ramas. Seguimos nuestro recorrido hacia el Patio Principal, pero pasamos antes por una antigua alberca vacía y
subimos a la terraza donde Jaime estuvo imaginando ser un mosquetero.
Descubrimos también el Patio del Aceite
y el Jardín de Santa Justa, incluso
había más patios y jardines que se encontraban cerrados a los que el público no
podíamos acceder, aunque si podíamos fisgonear entre las rejas forjadas de
hierro para acertar a vislumbrar algo de su interior. No me extraña que la Duquesa de Alba, apasionada de sus
calles, de la algarabía de sus gentes, del Betis, de la Feria de Abril, de vestirse de gitana y bailar sevillanas,
eligiera Sevilla y convirtiera el Palacio de Dueñas en su vivienda habitual.
En la Grecia clásica
pensaban que los jardines poseían un genius
loci, un espíritu que protegía cada espacio, incluidos jardines y parajes
naturales, que no dejaba de ser la esencia misma del lugar. El Palacio de
Dueñas tiene su propio genio del lugar,
pero más que genio, se trata de un
duende, ese que dicen habita en el arte
flamenco. Los jardines de Dueñas no dejan de ser el patio típico
andaluz, pero elevado a la máxima expresión posible. Jardines con mucho arte,
de flamenco y de gitanas que poseen su propio salón, con estatuas paralizadas
en un taconeo inmortal recortado en volantes de faralaes mientras siguen el
compás que marca el suave brotar del agua de la fuente central y el trino de
los pájaros que han hecho de las ramas de altos árboles su hogar. Jardines de
muchos siglos, mucho arte, mucho gitaneo y, jardines con duende, ese que es la
esencia de un lugar.
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Jardines en la entrada del Palacio de Dueñas |
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Jardines en la entrada del Palacio de Dueñas |
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Hortensias en el Jardín de los Limoneros |
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Jardín de los Limoneros |
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Con pudor en el Jardín de los Limoneros |
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Arrayán viejo con varios metros de altura |
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Jardín de los Limoneros |
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Terraza donde Jaime imaginaba juegos... |
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Jardín de los Limoneros visto desde la terraza superior |
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Entrada al Patio Principal |
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Patio Principal |
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Geranios del Patio Principal |
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Rostro de la gitana en el salón que lleva su nombre |
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Fuente del Patio Principal |
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Patio del Aceite |
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Uno de los patios que se podían observar tras las rejas de hierro |
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Hibiscus en el Patio del Aceite |
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Fuente central del Patio del Aceite |
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Gitanilla en el Jardín de Santa Justa |
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Jardín de Santa Justa |
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Jardín de Santa Justa |
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Gracias por perder unos minutos de tu tiempo
leyendo este post.
Precioso, me trae recuerdos de niñez paseando con mi madre por esos jardines. Gracias!
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario Mónica ¡Saludos!
Eliminarbuen reportaje, tengo pendiente la visita a este palacio y otros lugares del sur... pero mejor cuando bajen las temperaturas... que los castellanos por esas latitudes nos derretimos :-D
ResponderEliminarSi Mario, aunque el calor queda paliado con la frondosa vegetación que siempre baja algún grado. Si éstas interesado en venir, te comento que los lunes a partir de las 16:00 horas la entrada es libre. Un saludo.
EliminarSe ve muy bonito. Saludos.
ResponderEliminar¡Y mis pobres fotografías no le hacen justicia! Gracias por el comentario Teresa. Saludos.
Eliminarque belleza...en texto y contenido...!!!
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado Aida. Un saludo.
EliminarFantástico!!!
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