Al igual que el poeta,
mi infancia son recuerdos de un patio de
Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero… y son recuerdos donde
habita un naranjo, crece la grama, la araucaria da sombra generosa, los
geranios y las gitanillas avivan con color las blancas paredes como la nieve de
Granada fruto del oficio milenario, tradicional, duro, de los caleros de la
cercana sierra, son recuerdos de rosas como las de antes, perfumadas, y son recuerdos
de los plumbagos y los jazmines que asisten discretos en un rincón de aquel
patio.
Plumbago |
Con la cercanía del 21 de junio vuelvo atrás
en el tiempo y en la menoría, hasta el patio de mi abuela, pues mi niñez está
ligada a veranos en que regresábamos al pueblo, nos reuníamos hermanos con
primos, y era junto a esta profusa y colorida vegetación que mi abuela cuidaba
con tanto amor, en el jardín, donde preferíamos explayarnos en juegos, chanzas
y correrías. Cuando más apretaba la caló,
mi abuelo preparaba una piscina de lona azul y gruesos barrotes de hierro que
con el paso de los años se fueron oxidando. Previamente, mi abuela, había dado
la orden de echar la vela para que la
zona pavimentada del patio estuviera resguardada de los implacables rayos del Lorenzo. Esa era en una mitad del patio,
en la otra mitad, la grama después de ser regada y la enorme araucaria proporcionaban
todo el frescor necesario para pasar horas jugando a amontonar las caídas
ramillas insertadas por acículas que habían tornado su color de verde a ocre. Bajo
la terraza que daba al soberado, la
antigua pila de lavar la ropa, que había perdido casi toda actividad por la
llegada de la “moderna” lavadora, se convertía en un improvisado mar donde
navegaba un pequeño barquito de juguete.
En el jardín de verano el agua era
fundamental, estaba en los riegos
que realizaba mi abuela cada día con la llegada del amanecer sobre césped y
tiesto, estaba en la piscina de tela azul, y estaba en juegos piratas sobre la vieja
pila de lavar la ropa. También era muy importante la sombra que nos
proporcionaban arboles y toldo, que conseguían detener gran parte de la radiación
solar, mientras que la que no podían evitar era reflejada por las paredes de nívea
cal o absorbida por las plantas para realizar sus funciones vitales. A pesar de
ser verano, de que los vegetales entraban en su común sopor estival, el patio
no lo encontraba nunca carente de flores, pues la Vinca minor que se encontraba en el alcorque al pie del naranjo
florecía con ese tono bígaro característico hasta bien entrado el verano. Acompañaban
las flores del plumbago, el jazmín, alguna rosa tardía que en otoño volvía
aparecer y geranios junto a gitanillas.
No hay mejores
vacaciones, que aquellas que se pueden realizar en el propio hogar. No hay nada
más gratificante que poseer un jardín donde poder realizar todas las
actividades de esparcimiento que puedas imaginar sin salir de casa y todo
gracias al mimo que recibe durante todo el año. Pero ya sabemos, quién siembra recoge y si puedes
disponer un jardín en casa, tienes la iniciativa de ajardinar la terraza o colocar
acaso unas cuantas macetas floridas en el balcón, podrás disfrutar de un pedacito
del edén, y es que un jardín de verano es lo más parecido al cielo o, al igual
que diría la poetisa del paisaje Jan Johnsen
y tomando prestado el titulo de su libro, eslogan y leitmotiv, el cielo es un jardín.
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Jazmín |
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Vinca minor |
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Me ha encantado como lo has narrado, me he sentido ahí mismo, Muchisimas gracias. Y yo voy a hacer mención a una frase que me ha encantado que es posible que no diga igual aquella de Wiliam Pope que dijó hacer un jardín es pintar un paisaje o muy parecido. Un abrazo desde Plantukis.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste el artículo Raúl y gracias por la cita de W. Pope. Un abrazo.
EliminarAisssh! Esos jardines de la niñez!!!
ResponderEliminar¿Verdad? Tampoco soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado es mejor, ni me paso los días imaginando que me deparará el futuro porque prefiero vivir el día a día, pero a veces es muy gratificante mirar hacia atrás y recordar estos momentos tan felices. Un saludo Mónica.
EliminarAinssss!! Qué buenos recuerdos!!! A mí también me trae buenos recuerdos jardineros el verano. Bss.
ResponderEliminarPues que bien haber aflorado tus recuerdos de la infancia Patricia ^_^ ¡Besos back!
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