9 de junio de 2016

El seto rojo

Por su parecido, los primeros días, me pareció que el seto de más de dos metros y medio de altura por unos cincuenta de longitud que separaba aquel vivero de Córdoba del resto del polígono industrial, se trataba de un Aligustre. Pero pronto, los disimulados tonos rojizos de algunas hojas, la delataron como una Photinia Freserii. Con el paso de los días, los meses y los años, aprendí apreciar aquel titánico seto que tapaba a la vista del negocio de las plantas ornamentales los muros desconchados, los hierros oxidados de las cerchas y la decadencia de un polígono que, a todas luces, necesitaba de un adecentamiento urgente.

Photinia Freserii “Red Robin”

Claro está que los jardineros no miraban al seto de Fotinia con los mismos ojos de cariño con los que lo miraba yo. A mí me evitaba ver cada mañana el deprimente polígono industrial. Esa era su función, servir como pantalla acústica y visual, y cumplía a la perfección. Los jardineros, en cambio, tenían que vérselas con el seto de Fotinia varias veces al año para podarlo y conseguir que las ramas no alcanzasen un tamaño desproporcionado que invadieran la carretera. Alguna cuba llegaba a llenarse con una masa informe, compuesta de madera cercenada y hojas de betas rojizas. 

Mi idilio con este seto continuó durante el ejercicio de mi profesión como paisajista, pues en muchas obras de jardinería he plantado Fotinias, siendo quizás la variedad que más he utilizado Photinia Freserii “Red Robin”, cuyo tono rojizo foliar es aún más evidente. Yo pensaba que no se podía contemplar esta planta más hermosa que como lo hacía en Córdoba, pero las altas temperaturas estivales merman su apariencia y fue en Galicia, con un clima algo más apropiado, donde he observado la Fotinia haciendo gala de su máximo potencial ornamental. En esos instantes cuando los estudios de Mejora Genética que realicé en la Universidad cobraron especial sentido. Con que claridad meridiana se muestra que el mismo genotipo o expresión genética que tenemos todos los seres vivos, varía el fenotipo o el aspecto que finalmente presentan externamente los individuos con los mismos genes en función de los concionantes climatológicos, las carencias o excesos sufridos, y los hábitos en el trascurso de nuestras vidas.  

Además, la temperatura es su enemigo más destacable, en el resto de adaptabilidades saca buena nota porque es resistente a la polución, el ambiente marítimo, acepta suelos pobres, resiste plagas… vamos, que la podemos considerar una planta rústica y resistente para un jardín en el norte de España. Photinia Freserii “Red Robin” es un hibrido de otras dos Fotinias que también he utilizado para ajardinar espacios verdes, una es Ph. glabra y la otra Ph. Serrulata, siendo está ultima un arbusto que podado adecuadamente se puede plantar como arbolito pequeño en alineación para calles estrechas.

Pero volviendo a los setos de jardín y las plantas que lo forman, en el diseño de jardines no podemos olvidar la fluidez con la que conectan arboles y cobertura vegetal gracias a los setos. Una jerarquía en la composición de espacios verdes que otorga a cada uno de estos tres elementos un rol dentro del jardín, pero al que no debemos plegarnos para encontrar nuevos enfoques para el seto dentro de un espacio verde. Una masa de arbustos puede llegar a ser mucho más que un mera línea que divide zonas. Los senderos con altos setos ofrecen múltiples perspectivas que contrastan con el arbolado dando lugar a un enfrentamiento entre el orden natural y el orden aparente. Los setos con formas onduladas o geométricas, que no necesariamente se encuentran en un parterre para delimitarlo sino para formar un juego de texturas y formas, contribuyen a que un elemento destinado a fijar un simple límite pase a ser contenido del jardín de pleno derecho.

La Fotinia es una planta habitual para crear estos setos que forman parte de la columna vertebral de los jardines. Su nombre provine del griego y significa “resplandeciente”, por el brillo que presentan sus hojas verdes que van tornándose rojizas. Son arbustos que no sólo delimitan porque poseen una función estética en el diseño del jardín importante, pues pueden conectar espacios a través de una red de setos resplandecientes, como su propio nombre indica o, según quién los mire y el cariño que les procese, formar el seto rojo. 
  
             
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