Las pruebas que te
pone por delante la vida me han obligado, en algunas ocasiones, a contemplar
mis preciados jardines y parques a través de una ventana durante periodos
prolongados de tiempo. Verde que era un sueño y un suspiro a la vez, pues para
mí poder disponer de una ventana con vistas a una profusa vegetación es
fundamental, me revitaliza, por eso cuando escucho hablar de podar arboles,
hacerles un “desmochado”, por el
simple hecho de que atraen bichos o caen hojas en el alfeizar, me da mucha
rabia.
Somos algo hipócritas
en ese sentido, porque anhelamos vivir en lugares con una amplia calidad de
vida, dotaciones, zonas infantiles y áreas verdes,… pero no queremos ningún
inconveniente a cambio. Clamamos por un
imposible, una naturaleza servil, que seres vivos que albergan otros seres
vivos, se comporten de manera ordenada, geométrica y sistemática. No podemos
pedir tal cosa. Una osadía porque la naturaleza es puro caos en sí misma.