No hay que pedirle peras al olmo pero… tampoco habría que dejarlo
apartado dentro de la comunidad natural que forman los arboles de viario. En la
calle donde vivía, ha habido siempre una hilera de olmos urbanos y bajo su
copa, cuando era un niño, pasaba cada mañana para ir al colegio. En la
actualidad, cada vez que vuelvo por allí se aprecian muchos alcorques vacíos,
además desde hace años, y los que aún están ocupados, son habitados por olmos
que presentan un claro deterioro víctimas de la grafiosis y las podas de
desmoche.
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Ilustración Botánica del Olmo (Ulmus minor) |
En los años 50's del siglo pasado, se puso muy de moda plantar en viario
el olmo común (Ulmus minor). Era ideal en grandes avenidas, pues crecía con
rapidez, proporcionando una abundante cobertura verde que protegía del sol en
verano y dejaba pasar el calor en invierno tras perder sus hojas. Más atrás en
el tiempo, cuando Roma fue un imperio que se extendía por todo el Mediterráneo,
el Ulmus ya era conocido por su
apreciada madera, así pues, posteriormente fue fácil para Carlos Linneo
utilizar el epíteto romano para nombrar al género de la especie arbórea.
Geográficamente, el olmo común vive de forma natural por todo el centro
y sur de Europa. Lugares cálidos y siempre que exista un bosque, un valle o una
llanura, el olmo común crecerá siguiendo las orillas de los ríos y los arroyos.
Los olmos poseen un sistema radicular que se ramifica en una red innumerables radículas
que profundizan en la tierra, de esta forma son capaces de crear una
considerable maraña que ocupa un importante volumen del suelo y fija terrenos
poco firmes. Esta circunstancia es importante tenerla presente para el diseño
de jardines, pues los olmos pueden ser buenos aliados a la hora de sujetar
suelos sueltos que así lo requieran.
¿Qué ocurrió con los olmos en las calles si
daban tan buen resultado como árbol urbano? Apareció una enfermedad provocada por el hongo Ophiostoma ulmi, llamada popularmente
grafiosis y que es fácilmente reconocible porque las hojas del olmo muestran una
especie de mosaico decolorado. La grafiosis causó grandes estragos entre las
poblaciones, tanto naturales como de ciudad. El efecto del hongo se unió a las podas
de desmochado. Ambas causas, fueron dejando paso a hileras de troncos
retorcidos y huecos que en muchos casos eran habitados por aves y roedores. Las
ramas que se partían de forma espontánea daban lugar a la toma de decisión técnica
de ir apeando los ejemplares afectados y, posteriormente, estas actuaciones dieron
paso a alcorques vacíos. Innecesariamente, pues hoy en día existe una variedad
que es resistente al hogo que provoca la grafiosis.
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