Hace ya años (en el pleistoceno me parece a mí), fui a un concierto del
cantante británico Seal, quien iba
interactuando con los presentes para hacer más amena su actuación. En un
momento del concierto, en serio y en broma a partes iguales, le comentó a algunos
de los presentes que dejaran de verlo a través de la pantalla de móvil con la
que gravaban la actuación ¡Podían verlo en persona! No insistió mucho y al
final, riendo, les dijo que podían hacer lo que quisieran. Pero curiosamente es
una de las cosas que más recuerdo de aquella noche.
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Jardín planetario |
Esta anécdota lleva a una reflexión sobre el tiempo desproporcionado que
nos pasamos mirando la pantalla del móvil mientras nos perdemos lo que nos rodea,
lo realmente importante. En la actualidad, no hay parque o jardín por el que
pase y no estén la mayoría de personas mirando su smartphone. Mientras árboles, arbustos, hierbas y flores
representan el espectáculo anual de la primavera. Yo he decido no detenerme a
hacer tantos videos y fotos, solo los justos y necesarios, para estar realmente
presente observando la naturaleza. Dicho de otro modo, voy a cambiar la
servidumbre de subir fotos a las redes sociales, por una faceta más contemplativa
e interactiva del mundo que me rodea.
Muy cerca del lugar donde acudí al concierto de Seal, pegado junto al mar, hay un parque de relativa reciente
construcción. Pasé por allí junto a mi hijo durante al pasado puente del uno de
mayo, así que como podéis imaginar solo hice varias fotos de lo que me pareció más
curioso en mis vacaciones.
Se trata del primer jardín planetario
operativo que observo in situ. Una
extensa superficie que sigue paralela a la primera línea de playa transformada
en pradera y grandes parterres donde crecen hierbas espontáneas. El conjunto
ajardinado lo completa senderos para peatones y un lago de agua salada. Este
jardín de hierbas espontáneas no es como otras imágenes que he publicado en
otras ocasiones en el blog en que las plantas crecen sin ningún control humano,
pero que yo deliberadamente hice la foto para que pareciera un jardín natural. La
palabra “jardín”, implica que existe
una labor de jardinería detrás del mismo, en caso contrario sería un paraje
natural.
El jardín planetario nace en Francia y consiste básicamente en dejar
parte de la zona ajardinada con hierbas que crecen, casi, a su libre albedrio.
Según esta descripción, en un jardín planetario vamos a encontrar una parte que
será un jardín, tal y como lo entendemos, y otra parte en que la labor del
jardinero simplemente evita que la hierba espontánea invada la zona de jardín
tradicional.
Gracias al jardín planetario obtenemos una serie de ventajas muy a tener en cuenta:
1. Ecológico: Las plantas que crecen en el jardín planetario son autóctonas
o naturalizadas, resistentes a plagas y enfermedades, siendo innecesario el uso
de productos químicos para mantener su salud.
2. Eficiencia hidrológica: Como las hierbas espontáneas están adaptadas
a la climatología, no necesitan un sistema de riego que les proporcione un
aporte de agua extra que suponga un menoscabo de los escasos recursos hídricos.
3. Integración: La rusticidad de las plantas naturales no debe confundirse
con falta de belleza, pues estás plantas también pueden ser hermosas. Además,
al ser plantas de la zona, pueden integrar los espacios verdes con el paisaje
natural circundante provocando sensación de continuidad.
4. Económico: Los jardines planetarios solo requieren labores de control
para evitar que invadan otras zonas del espacio verde, así que estando las
labores de mantenimiento reducidas al máximo se facilita la conservación y los
costes originados de ésta.
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Detalle de hierbas espontáneas |
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Jardín planetario en parterre sobre pradera de césped |
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Un nuevo concepto introducido, el jardín planetario. Muchas gracias y muy interesante como siempre. Un saludo
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