Se aproxima el verano y
con éste las esperadas vacaciones, momentos de asueto y viajes con los que
desconectar de la rutina diaria ¿Qué te parece una escapada a Italia? El
destino bien podría ser la región de Bagnaia, en la provincia de Viterbo a tan
solo 78 km al norte de Roma. Cercana se encuentra la zona volcánica de Monti
Cimini, un lugar muy conocido por sus aguas termales, pero además, también
encontraremos un jardín renacentista cuyos límites están establecidos por el
recorrido que deja el agua a su paso.
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Detalle del estaque rectangular en los jardines de Villa Lante |
Villa
Lante
es considerado como el referente de jardín renacentista italiano. No está del
todo documentado, pero al parecer la impronta del arquitecto Jacopo Vignola
está recogida en toda la Villa. La huella dejada por el arquitecto italiano se
encuentra en una característica común de otros trabajos donde el jardín se
entiende como un ornamento perfecto a la construcción que acompaña. Vignola le
da tanta importancia al jardín como al palacio o casa de campo, que debe ser
antecedido por un espacio verde acorde con la dignidad del edificio. No
obstante, Vignola no trabajó solo pues se sabe que el arquitecto paisajista Pirro
Ligorio fue consultado y que la perfección de los flujos de agua que se conservan
hoy en día es obra del especialista en ingeniería hidráulica Tommaso Ghinucci.
El caso de Villa Lante es
curioso dentro de los jardines históricos, pues fue el espacio verde el que dio fama al lugar y superó incluso a la propia
construcción. Si en infinidad de jardines el agua está presente de numerosas
formas, en Villa Lante se va más allá y obtiene el papel principal en el
jardín. No solo se construyeron fuentes y estanques, sino que el agua es
delineante del trazado de los parterres que posee toda la superficie verde.
El diseño del jardín se
agrupa alrededor de dos superficies cuadradas dispuestas simétricamente en
torno a un eje del que parte la perspectiva visual de todo el conjunto
ajardinado. Así mismo, de este eje van naciendo parterres, terrazas y
escalinatas que son típicos de este estilo de jardinería. Los espacios
sucesivos, no dejan de ser una serie de elementos que contribuyen a crear
sorpresa, un juego a la vista provocado por la rotura entre palacio y jardín.
El equilibrio armonioso entre cascadas, estanques, canales y fuentes,
crean una danza ejecutada por el agua de los que se obtiene un jardín
geométrico. Del primer cuadrado central se van desarrollando los sucesivos
cuadrados. Y si de la primera figura geométrica partimos de un estanque con
agua, en las siguientes encontramos setos igualmente podados con forma cubica
en diferentes alturas. También encontraremos setos bajos de boj, recortados con
forma de figuras decorativas que envuelven a otras pequeñas fuentes y esculturas.
En Villa Lante se abandona
la idea de jardín como complemento y pasa a formar parte de un todo. Durante la
visita de turismo de jardines, una
vez que abandonamos los parterres geométricos centrales, los visitantes pueden
adentrarse en bosquecillos de robles, encinas y plátanos, contemplar otras
fuentes y esculturas que esperan agazapadas en rincones inesperados y descender
a través de escalones ajardinados hasta terrazas pobladas por brezos y
camelias.
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Jardines de Villa
Lante
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Fuente de Pegaso |
Juegos de agua |
Fuente imágenes: wikimedia commons
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