La pradera de césped es
una de las partes más preciadas y delicadas que puede tener un jardín. Su importancia
es vital cuando llega el verano, pues posee una inestimable capacidad para
refrescar el ambiente y crear una sensación de bajada de temperaturas. Por este
mismo motivo tenemos que tener el césped muy bien cuidado, para poder
disfrutarlo cuando llegan las esperadas semanas de vacaciones.
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Césped |
El
césped es una combinación de diferentes semillas de
gramíneas. Algunas de las especies vegetales más utilizadas para crear praderas
son: Pennisetum clandestinum, Cynodon dactylon, Lolium perenne, Poa pratensis,
Festuca arundinacea, Festuca rubra y Agrostis
stolonifera. Cada una de éstas gramíneas posee unas características diferentes
(resistencia al pisoteo, tolerancia a la sequía, adecuada para zonas
sombreadas,…) y se adapta mejor a unos lugares geográficos que otros.
Es por esta razón que se
hacen mezclas proporcionadas de estas semillas en función de para que vamos a
utilizar el césped y donde lo vamos a instalar. Lo normal es encontrar en el
mercado mezclas de semillas genéricas confeccionadas por diferentes marcas
comerciales y creadas en función de pruebas realizadas que han funcionado bien.
Pero también es posible encontrar empresas de semillas que pueden prepararte la
mezcla que mejor convenga a tu jardín.
El realizar unas buenas
prácticas de mantenimiento en nuestra pradera de césped, nos conducirán a obtener
como resultado una buena densidad de vegetación y sin que se observen “calvas”, un colorido verde más natural,
una mayor resistencia a las pisadas y, en definitiva, un inmejorable aspecto
estético. Algunos trucos para conseguir esa pradera de césped deseada son:
Riego:
Las plantas están compuestas de entre un 80% o un 90% agua y debemos mantener
esta proporción para que no marchiten. Hoy en día, con las modernas tecnologías
en sistemas de riego que existen, se hace prácticamente impensable regar con
manguera el césped. El riego con difusores o aspersores (según las dimensiones
de la pradera) y con programador, es la manera más eficiente y sostenible que
existe para aprovechar el agua. Y se hace especialmente importante, cuando
existe la posibilidad de estar una temporada fuera de casa pues lo ideal es
realizar dos riegos al día al césped en verano, uno al amanecer y otro con la
puesta de sol.
Siega:
Con la llegada del buen tiempo y el aumento de la actividad vegetativa de las
plantas, se genera una mayor cantidad de material vegetal haciendo que se
traduzca en un césped que crece más rápido y, por tanto, un aumento de las
siegas que hay que realizar. La altura más habitual de una pradera de un jardín
particular es de 4-5 centímetros, aunque esta cifra puede variar en función del
uso que le demos al jardín. En verano suelen ser aconsejable aproximadamente
cuatro siegas al mes.
Aireación: Las
propias raíces del césped van creando un entramado en los primeros centímetros que
compacta el suelo haciéndolo prácticamente impenetrable para el agua y el aire.
Se debe descompactar el suelo a dos niveles: uno superficial que se realiza haciendo
una siega vertical que arañe de forma perpendicular el suelo y otra descompactación
en profundidad de unos 10 centímetros que se realiza con una horca especial con
dientes de 11 centímetros de profundidad.
Abonado: El
césped posee su propio abono pues va liberando materia orgánica procedente de
los restos de siega. Este material vegetal sufre una actividad microbiana que
hace que se vayan liberando diferentes nutrientes que suponen un retorno de
parte de los que ha ido perdiendo el suelo. No obstante, hay momentos del año
en que la actividad de la planta se incrementa y se hace necesario realizar un
abonado. La primavera y el otoño son los momentos de mayor actividad vegetativa
y es cuando se hacen los abonados al césped. Gracias al abonado conseguimos una
pradera más resistente por medio de un mejor enraizamiento, una mayor
plasticidad, así como, persistencia y densidad.
Perfilado: Para
finalizar, una de las labores que otorgan un mayor valor ornamental al césped
es segar aquellas hierbas que sobresalen de los parterres de praderas y acaban en
caminos u otras zonas del jardín que no deseamos. En grandes superficies, el
perfilado se hace con una desbrozadora de hilo de nylon, pero si la pradera es
pequeña, el perfilado se puede hacer con unas tijeras de segar.
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Pradera de césped con uso continuado
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Fuente imágenes: pixabay
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