Quizás es uno de los
jardines más famosos del mundo. Curiosamente, a pesar de encontrarse en Japón,
no destaca por la arena, grava y rocas
pero ¡tampoco por las plantas! O, al menos, plantas vasculares. Hoy en turismo de jardines hablaremos de
Koke-dera o Saihō-ji, el Templo del Musgo de Kioto, un jardín que cuenta con una historia que abarca varios siglos,
tiempo durante el cual ha evolucionado cambiando notablemente desde sus
orígenes.
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Estanque en Saihō-ji
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La capital del imperio
japonés, desde el año 794 al 1868, fue Kioto. Bajo el mecenazgo de los
emperadores, proliferaron numerosas construcciones, entre éstas los jardines (niwa es la palabra que define “jardín”
en japonés). Al parecer, Saihō-ji era lugar de retiro del Príncipe Shōtoku,
aunque tiempo después el sitio fue utilizado como templo religioso. Con los
años, aquel lugar fue cayendo en desuso hasta que en 1339 el sacerdote
principal del cercano Templo Matsunoo decide realizar la conversión del templo,
que perteneció durante años a la secta jodo,
a un santuario de la secta zen.
Muso
Soseki, monje, maestro, caligrafista, poeta y la figura más
importante en jardinería de Japón en su época, fue el encargado de llevar a
cabo la conversión de los edificios y de los espacios verdes. La mayor
transformación realizada por Soseki en el diseño consistió en cambiar la
contemplación desde una barca o desde la casa al jardín, para trazar una red de
senderos que exigía adentrarte a recorrer el paisaje creado para alcanzar el
conocimiento. En la época de construcción del jardín, la ceremonia del té se encontraba en sus orígenes y todavía no poseía
la complejidad actual. Sin embargo, Soseki se aproximó mucho al diseñar el
jardín, creando un antecedente claro de lo que posteriormente sería este ritual.
Los elementos sobre los
que giran el resto de componentes del jardín son el estanque y la agrupación de
rocas. En el centro del espacio verde, Soseki construyó un estanque rodeado por
una plantación de especies arbóreas y se edificaron pabellones desde los que se
podía acceder a la lámina de agua para contemplar distintas perspectivas del
jardín. La agrupación de rocas sería el precedente de los jardines de piedra zen. Una evocación de la naturaleza
simbolizada en Saihō-ji con un grupo de rocas que resisten la acometida de una
cascada.
El paso de los siglos
quiso que el musgo cubriera el jardín de rocas inicial. El musgo es un conjunto
de plantas briofitas (no vasculares), que se desarrollan sobre piedras y rocas
cuando existe mucha humedad ambiental. En la actualidad, Saihō-ji posee una
alfombra verde constituida por más de 120 tipos de musgo que están presentes en
el jardín a dos niveles. A pesar de que las visitas se han reducido para
proteger la riqueza botánica que atesora el jardín, es posible visitar hoy en
día el Templo del Musgo. Sin duda, un candidato firme para el turismo de jardines.
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Fuente imágenes: Akuppa John
Wigham (Flickr)
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Muchas gracias por hablarnos de él, me parece maravilloso el lugar y ahora gracias a usted se un poco más de su historia. Un saludo
ResponderEliminarMe alegro de que te parezca interesante. Un saludo.
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