Madagascar
está muy lejos, pero por suerte el jazmín que lleva su nombre lo
podemos disfrutar mucho más cerca. En este artículo descubrimos una
trepadora con flor color blanco lechoso y que se ha hecho un hueco en
nuestra jardinería popular por su amplio valor ornamental, el cual
ha sido suficiente motivo para hacer a un lado otras trepadoras
tradicionales como bignonias, tecomarias o pandoreas.
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Jazmín
de Madagascar (Stephanotis
floribunda)
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El
legado del jazmín, la añoranza del oasis en el jardín
hispano-árabe, así como, la búsqueda de un vergel en medio del
desierto, ha creado en mi opinión una desmesurada inclinación ha
comparar la histórica enredadera
con el resto de plantas que escalan árboles, muros, pérgolas o
vallas. Y las comparaciones son odiosas. Así pues quedamos atrapados
en un sinfín de trepadoras a las que despojamos de identidad propia
y irremediablemente comenzamos a llamarla jazmín sin serlo. Valgan
algunos ejemplos: jazmín del cabo, jazmín estrellado, jazmín
azul,….
También
imagino que cuando hallamos una nueva flor, inconscientemente lo
asociamos a aquello que conocemos de nuestro lugar de origen y eso ha
dado pie a la falta de diversidad en los nombres de las plantas. A
veces necesitamos un poquito de imaginación, no solo para nombrar
una planta, pues también es importante hacer composiciones de
espacios verdes con su toque de fantasía para favorecer la
pluralidad.
Necesitamos gastar
imaginación
a
raudales
para favorecer la biodiversidad lingüistica y vegetal.
El
jazmín de Madagascar (Stephanotis
floribunda)
es otra de estas plantas trepadoras que ha recibido el legado de
nuestro jazmín de toda la vida. Sin embargo por si misma destaca con
personalidad propia gracias a su asombrosa flor. Llega a ser tan
llamativa que incluso es usada para adornos florales en diseño de
interior.
La
flor parece estar hecha de cera, de ahí ese aspecto lechoso. Pero no
tiene nada que ver, pues esta
muy viva con sus cinco pétalos estriados acabados en un alargado
tubo del mismo aspecto céreo que el resto. Alcanza los tres
centímetros de largo y nunca lo hace sola, pues crea inflorescencias
en racimo durante el verano que es cuando se produce la floración.
Son además muy aromáticas.
El
resto de esta planta consiste en una trepadora leñosa de hojas
perennes, coriáceas y
brillantes. El clima al que se adapta a la perfección es aquel que
presenta temperatura moderada, abundante humedad ambiental y ciclos
de veranos calurosos e inviernos suaves. Ese es el motivo de que se
adapte tan bien a la atmósfera marítima del sur de la Península
Ibérica. En lugares donde no se dan estas condiciones es posible
cultivar jazmín de Madagascar en interior en maceta, procurando
reservarlo de las corrientes frías y proporcionando mucha
iluminación.
En el siguiente vídeo del canal de RioMoros se aprecia perfectamente bien la capacidad que tiene la flor de Stephanotis floribunda de proporcionar fantasía a un espacio verde.
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Flor
de jazmín de Madagascar
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En el siguiente vídeo del canal de RioMoros se aprecia perfectamente bien la capacidad que tiene la flor de Stephanotis floribunda de proporcionar fantasía a un espacio verde.
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Hermosos jazmín amigo José Luis en el que hemos coincidido su publicación esta semana, ni aposta lo hubiéramos hecho.
ResponderEliminarUn abrazo y buen resto de semana.
Pues ha sido pura casualidad. Yo llevo varios días desconectado y el artículo lo tenía preparado de antes, pero a mi me gusta que escribamos sobre lo mismo porque aportamos distintos puntos de vista y creo que eso enriquece la información que ofrecemos. Un saludo Juan.
EliminarQue flores mas lindas, gracias
ResponderEliminarSi, son hermosas. Tengo suerte de poder disfrutarlas por aquí cerca, pues no se da bien el cultivo de esta trepadora en todos los climas. Un saludo Toni y gracias por dejar tu comentario.
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