28 de octubre de 2020

Sendero de La Zarcita

 

La línea que separa la idea de espacio verde con la idea de paisaje natural no es muy nítida en muchas ocasiones. Es en esos lugares donde conceptuar la palabra jardín como un espacio donde la intervención del ser humano ha creado un lugar de esparcimiento, ocio y recreo en un ambiente vegetal puede resultar difícil ¿Podemos llamar jardín a un paraje natural que ha sido modificado y acondicionado para pasar un día de asueto en un entorno natural?

Sendero pavimentado de La Zarcita

Sendero pavimentado de La Zarcita

La resilencia en ecología es la capacidad que poseen los ecosistemas para ser flexibles ante posibles alteraciones que puedan recibir, mantener parte de su conformación y dinamismo, adaptarse, así como, retomar la situación existente antes de que se generara la alteración. Todo esto, el concepto jardín y la resilencia de los ecosistemas, a cuenta de que hace unos días mi hijo y yo fuimos hasta la cercana localidad de Aznalcóllar y estuvimos recorriendo el “Sendero de La Zarcita”.

Nos encontramos ante un trayecto de 1,9 kilómetros que recorremos a través de un camino pavimentado con cemento decorativo y color marrón asemejándose al propio color pardo de un sendero natural. Al recorrerlo vamos subiendo y bajando suaves pendientes, mientras que a los lados observamos como el terreno va dejando rocas salientes, palmitos y aromáticas. Se observa el musgo empezando a crecer entre las rocas gracias a la humedad de las últimas lluvias. Si somos capaces de abstraernos, veremos como cerca la carretera que nos condujo hasta allí nos acompaña en paralelo durante la mayor parte del trayecto.

Pero nosotros estamos allí por lo natural. Continuamos caminando y vamos llegando a un espacio más abierto donde las adelfas, las higueras, pero sobre todo, el agua empiezan a cobrar más protagonismo. También es cierto que el agua no pierde ni un ápice de importancia en todo el paisaje. Nos encontramos junto al Embalse del Agrio y, además de los miradores que la ruta nos deja al embalse, vemos presente el agua en otras construcciones que hacen de estanque y fuente al mismo tiempo.

Lo natural y el jardín no dejan de mezclase, pues bancos de piedra para descansar, barandillas para asomarse a contemplar el paisaje y cartelería con poesía de Federico García Lorca, nos recuerdan que vida silvestre y mobiliario de jardín pueden convivir en un mismo espacio. Biofilia lo llaman ahora.

Descendemos, atravesamos un puente a ras del agua sobre el embalse y volvemos a subir para atravesar un bosquecillo de pinos. Seguimos ascendiendo. Finalmente, el sendero pavimentado no continúa, pero si el camino natural que se pierde entre sotobosque de jara y lentisco. Nos damos la vuelta y volvemos sobre nuestros pasos contemplando de nuevo el paisaje que aquel Sendero de La Zarcita tiene que mostrarnos.

Creo que con esta ruta ha quedado claro que es complicado en ocasiones establecer cual es el límite de jardín como concepto. Lo que no queda tan claro es el tema de la resilencia. El motivo de traerla a colación es que hace ya 22 años en Aznalcóllar ocurrió uno de los desastres ecológicos más graves que haya conocido esta zona y que puso en peligro incluso el Parque Natural de Doñana.

Hoy en día es fácil recordar aquellos lodos tóxicos, observar ahora este paisaje natural y separar ambas imágenes. Hasta donde fluyeron los metales pasados envenenando tierra, agua y vida en el espacio, así como, en el tiempo es algo que desconozco, por eso mismo no deja de sorprenderme la capacidad que tiene la naturaleza de reponerse ante las perturbaciones que sufre y seguir imponiendo equilibrio entre las especies que poblamos este planeta. Una resilencia ecológica muy actual durante todo este año 2020 ¿No te parece?

Pendientes del sendero

Pendientes del sendero

El cielo reflejado en un estanque

El cielo reflejado en un estanque



Mirador al Embalse del Agrio

Mirador al Embalse del Agrio


Higuera

Higuera



Estanque de piedra

Estanque de piedra


Sendero y bancos de piedra

Sendero y bancos de piedra


Embalse del Agrio

Embalse del Agrio


Bosque de Pinos

Bosque de Pinos


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4 comentarios:

  1. Intetesantes reflexiones José Luis. La verdad es que leyendo el artículo dan ganas de visitarlo. Gracias

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    1. Esta muy bien. Si tienes la oportunidad de visitarlo te lo recomiendo. Un saludo.

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  2. Me parece una zona preciosa, aunque parte de ella haya sido modificada por la mano del hombre. Es ideal para hacer senderismo y contactar con la naturaleza que tanta falta hace.
    Como bien dices amigo José Luis, en el aspecto de resilencia creo, que la naturaleza está consiguiendo cambios y adaptaciones cada vez más rápidas de lo habitual, probablemente la estemos presionando en demasía y puede que repercuta en su adaptación o renovación, cada vez mayor. ¿Quién sabe?
    Recuerdo la gran tragedia de Aznalcollar, ¡fue horrible!
    Un abrazo y buen resto de semana.

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    Respuestas
    1. Paseando por este lugar, con estas vistas, es difícil pensar que aquella tragedia ocurrió allí en Aznalcóllar. En fin, tendremos que aprender de nuestros errores para no volver a cometerlos ¡Nos jugamos mucho! Muchas gracias por tu comentario Juan. Un saludo.

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