20 de febrero de 2021

Nuevos nombres, viejos conceptos en jardinería

 

Soy súper cafetero. Me encanta el café. Hace unos años en una cafetería vintage me llamó la atención una pizarra, muy bien decorada con tizas de colores, en la que se hacia marketing e invitaba a tomar el nuevo café preparado con filtro de tela. Por curiosidad, me acerqué a preguntar a la camera en qué consistía la novedad. Se trataba de utilizar un recipiente en el que se calentaba agua y café molido hasta la ebullición para, finalmente, verter el líquido en una taza o vaso a través de un filtro de tela. Vamos, el mismo café que preparó y tomó mi abuela durante toda su vida.

Resiliencia de una planta en entorno urbano

Resiliencia de una planta en entorno urbano 

Imagen de Mirko Bozzato en Pixabay

Lo mismo ocurre con algunas palabras que empiezan a utilizarse en jardinería, que nos parecen nuevas pero que en realidad definen conceptos que ya existían años atrás. Es el caso de resiliencia, muy empleada en ecología para definir el grado que tiene un entorno verde de persistir a situaciones adversas y superarlas con un resultado positivo. Es lo mismo que en su día Darwin explicó en su teoría de la evolución, las especies que se adaptan a los cambios sobreviven a condiciones desfavorables e, incluso, se ven fortalecidas en el futuro. Así que podemos decir que resiliencia es prácticamente sinónimo de adaptación.

En el diseño de paisajes se emplea la resiliencia para establecer un enfoque en el que tener presente el efecto que puede tener la actividad de la jardinería en el medio. Consiste en trabajar a favor de la naturaleza, de tal manera que al crear cualquier espacio verde y toda la infraestructura que eso conlleva, se planifique previamente a la actuación de jardinería como se va a adaptar el entorno que rodea la superficie ajardinada y como va a ser el futuro del conjunto.

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Es un concepto válido para cualquier lugar, pero es especialmente significativo en entornos urbanos en donde las grandes ciudades, y las no tan grandes con actividades agrícolas y ganaderas, la desproporcionada construcción de edificaciones han condicionado el medio hasta un punto de no retorno para los entornos naturales originales.

Esto nos lleva hasta el segundo término que veremos en este artículo, la biofilia. Introducido por Edward O. Wilson en 1984 como hipótesis en su libro Biophillia y que define el concepto como “la necesidad de afiliarse a otras formas de vida”. Aunque en sentido literal se traduce como amor a la vida.

Antiguamente estábamos conectados con el medio natural y luego con el medio rural, pero el éxodo del campo hacia las grandes ciudades motivado por el cambio hacia nuevos modelos de subsistencia provocó un desapego sobre la naturaleza. La biofilia es un retorno a conectarse con el medio natural pero sin salir de la gran ciudad. Consiste en integrar y hacer convivir en armonía tanto la naturaleza como la urbe.

Al principio el término se empezó a utilizar para una nueva corriente arquitectónica. Edificios donde se introducen elementos naturales, se emplean análogos de la naturaleza que recrean formas o evocan paisajes y, por supuesto, creando espacios naturales.

Con el tiempo, el concepto de biofilia se amplió y llegó hasta el resto de la ciudad. Ahora se trata de crear una infraestructura verde, tejer una red natural con la que los ciudadanos puedan restablecer de nuevo los vínculos con la naturaleza. Una ciudad verde donde desprendernos del estrés y beneficiarnos de esta conexión ancestral.

Biofilia en la nueva arquitectura

Biofilia en la nueva arquitectura 

Imagen de Jan Nijman en Pixabay

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4 comentarios:

  1. A decir verdad, amigo José Luis, cuando algunos emplean términos algo rebuscados como si nunca antes se hubiesen empleado, no sé, si los utilizan para disfrazar su pequeña tesis y adornarla haciéndola más curiosa al oído o tal vez ellos mismos tengan ciertas dudas en su exposición y necesiten dejar al oyente o lector algo pensativo con su exposición.
    Independientemente creo que, el ser humano se debe de encontrar a sí mismo y eso no sucederá, hasta que no seamos capaces de integrarnos en una ciudad moderna compartiendo y respetando espacios con todo un mundo verde a nuestro alrededor. Nosotros, somos los que nos debemos de adaptar a ello y respetar, estoy completamente seguro que tarde o temprano llegará a ocurrir, cada día, se hace más imprescindible. Las grandes ciudades se convertirán también en grandes espacios verdes y donde ahora hay asfalto volverá a florecer, todo es cuestión de tiempo.
    Muy interesante tu articulo amigo José Luis.
    Un abrazo y buen fin de semana.

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    1. Yo creo que no es cuestión de "términos rebuscados", es más bien una cuestión de modas. El vocabulario también se ve influenciado por el momento actual en que se vive y, a veces, las palabras deben evolucionar para adaptarse a la generación que las emplean. Lo realmente importante es que "resiliencia" y "biofilia" a los jóvenes les enseña y a nosotros, no tan jóvenes, nos recuerda la importancia de respetar la naturaleza y a convivir en armonía con ella.
      Un abrazo y buena semana Juan.

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  2. Pienso que es normal que el lenguaje se renueve. Nuestros hijos se expresan de manera diferente para referirse a cosas que han existido siempre. Ocurre en todos los campos. ¿Bueno o malo? A mi no me gusta tener que adaptarme a nuevos términos pero está claro que no queda más remedio. "Renovarse o morir" :-)
    Feliz semana, Jose Luis

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    1. A mi me cuesta seguir todas las expresiones y palabras nuevas que utiliza mi hijo, pero no me queda más remedio que hacer el esfuerzo XD.
      Un saludo y feliz semana Mónica.

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