15 de septiembre de 2022

El jardín de Linneo

 

Si tuviera una máquina del tiempo me gustaría asistir a una de las clases de Carlos Linneo. Se que es friki querer algo así, pero están documentadas como lecciones cautivadoras donde Linneo alentaba a sus alumnos a cuestionarlo todo, incluso a él mismo, y todo entre los parterres del Jardín Botánico de la Universidad de Upssala (Suecia).

Jardines de Hammarby desde la colina

Jardines de Hammarby desde la colina 

Imagen de Peppe702 en flickr

Al naturalista sueco le debemos el establecer un sistema de identificación vegetal y animal en grupos taxonómicos (familia, orden, clase, género,…), en un momento en el que existía la necesidad de globalizar el nombre de las distintas especies y por la cantidad de, sobre todo, nuevas plantas que se incorporaban procedentes de lugares del mundo recién descubiertos.

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Species Plantorum, libro con título de hechizo de Harry Potter, fue el que obró la magia. Publicado en 1753, significó el punto de partida para la nomenclatura botánica moderna y estableció el esquema binominal de género y especie que nos es tan común hoy en día.

Portada de Species Plantorum (1753)

Portada de Species Plantorum (1753)

Este es el logro de Carlos Linneo por el que será recordado para la posteridad. Pero como hemos comentado, tuvo una prolífica vida profesional entre la que también se encuentra la de académico en la Universidad de Uppsala y donde contribuyó a crear el Jardín Botánico de esta institución.

Jardín Barroco en el Botánico de la Universidad de Uppsala

Jardín Barroco en el Botánico de la Universidad de Uppsala 

Imagen de Alexandros Kellaris en flickr

Sin embargo, Linneo sintió que la ciudad de Uppsala era demasiado ruidosa e insalubre y compró varias granjas entre 1758 y 1759. Adquisiciones que supusieron el inicio de los Jardines Hammarby de Linneo. Allí creó un jardín donde podía cultivar plantas que no podía tener en el Jardín Botánico de Uppsala.

Hoy en día el jardín de Hammarby se puede visitar y su conjunto lo forman una serie de jardines curiosos y que son los siguientes:

Macizo de flores de Linneo: En la década de 1760 Linneo realizó un boceto con dos macizos de flores para ser plantados a ambos lados de la puerta principal de la casa. En la actualidad se ha recreado aquel boceto de varios cientos de años.

Macizo de flores en Hammarby

Macizo de flores en Hammarby 

Imagen de Tim Waters en flickr

Un lugar para el manzano siberiano: En la década de 1760 Linneo recibió semillas de manzano silvestre siberiano (Malus baccata) que fue sembrado para comprobar su utilidad en la formación de setos. Antaño hubo dos manzanos. Uno desapareció en 1850, mientras el superviviente produce hermosas flores blancas a finales de mayo.

Flores de Malus baccata

Flores de Malus baccata 

Imagen de Dan Mullen en flickr

Jardín Siberiano: Continuando con el uso de especies siberianas, existe en Hammarby una ladera rocosa que Linneo sembró con nuevas semillas siberianas que pudieran ser útiles para hacer frente al clima sueco pero que tuvieran valor ornamental. Actualmente este jardín ha perdido gran parte de las especies que tuvo de inicio, pero aun se conserva cierto legado de lo que un día fue.

Piedra rúnica: En el siglo XVIII era habitual que los eruditos tuvieran textos grabados en runas para evidenciar su aprendizaje. Pero además, Linneo era un apasionado de la escritura rúnica y registró muchas piedras con runas en sus viajes por Suecia. En Hammarby colocó una piedra rúnica cuando compró la propiedad y así destacar la ocasión.

La arboleda: En realidad este lugar era una pequeña alameda cuadrada, pero sin álamos y con especies del género Prunus. Un lugar tranquilo donde a Linneo le gustaba relajarse y donde se servía la cena cuando el tiempo lo permitía. Se conserva como una arboleda pues ha perdido la geometría que tenía.

La colina: Hammar es una pendiente rocosa y boscosa y de ahí proviene el nombre de todo el jardín. En tiempos en los que Linneo habitaba Hammarby esta zona estaba dentro de los límites de la Corona sueca, pero a tan ilustre naturalista se le permitió dejar pastar a su ganado. Ahora esta colina se encuentra más densamente poblada.

La colina

La colina 

Imagen de Guillaume Baviere en flickr

El parque: Antiguos planos del siglo XVIII marcan este lugar como un jardín. Originalmente había sido un huerto, pero cuando Linneo se mudó plantó otras especie vegetales de su interés para la investigación y la enseñanza. Hoy en día es un parque de espeso follaje y senderos sinuosos.

Jardín francés: Es el espacio verde barroco del lugar. En realidad no lo plantó Linneo pues cuando él vivía era un pequeño huerto de uso familiar, pero su creación en 1880 proviene de una serie de manuscritos que escribió entre 1730 y 1731.

Sendero boscoso en Hammarby

Sendero boscoso en Hammarby 

Imagen de Vitaly Makaganiuk en flickr

Archivo clonal: Es un lugar de acogida para el Banco Nórdico Genético y es usado para conservar variedades antiguas de árboles frutales. Obviamente, es de creación reciente, pero de importancia para que especies arbóreas agrícolas en desuso no se extingan.

Los Jardines de Hammarby quizás no sean a simple vista tan cautivadores como otros jardines de renombre. Pero la historia que esconden, con tan ilustre botánico y naturalista detrás, sí que hacen que merezcan un reconocimiento.

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