Aquellas flores que además de hermosas son rústicas y resistentes a la sequía, poseen un plus extra que las convierten en candidatas de honor a participar en el jardín mediterráneo. Es el caso de la jara, un arbusto muy cautivador.
Cistus ladanifer
La especie más común en la Península Ibérica es Cistus ladanifer, la popular jara pringosa o ládano, conocida desde la antigüedad por las propiedades curativas que posee el aceite que se extrae de este arbusto.
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La jara pringosa es una de esas plantas que progresa tras el fuego y es frecuente encontrarla como matorral en espacios degradados y muy soleados, creciendo desde ambientes dunares hasta 1500 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Flor de jara pringosa con “visita”
© Conall
Es gracias a su aromática flor que ha triunfado como planta ornamental. Son grandes, con cinco pétalos blancos y textura que recuerda al papel arrugado. En ocasiones, los pétalos poseen una mancha oscura en la base.
Es una planta arbustiva que deja abundante madera. Su dureza la hace apta para ser empleada en la fabricación de pequeños utensilios y herramientas.
Cistus ladanifer pétalo con mancha oscura
La afinidad por el fuego no es exclusiva de la especie ladanifer pues existen otras especies del mismo género que comparten esta filia y que conoceremos a continuación.
Cistus creticus
Esta jara es frecuente encontrarla en las islas del Mar Mediterráneo. Es más, el nombre de la especie, creticus, hace referencia a la isla de Creta. Al natural, la encontramos haciendo equipo paisajístico con Erica multiflora, el popular brezo. Los pétalos suelen ser rosa o púrpura.
Cistus creticus
Cistus salviifolius
La jara morisca es un arbusto conocido por poseer hojas que recuerdan a las plantas del género Salvia. Puede llegar a alcanzar 1 metro de altura. Pero no es su altura lo más llamativo que tiene, si no sus pétalos blancos. Se diferencia porque en la base encontramos una mancha amarilla.
Cistus salviifolius
Cistus albidus
Es conocida por ser la jara blanca aunque no por el color de las flores. Las hojas y el tallo poseen unos pelillos de color blanquecino que usan para evitar la perdida de agua y permitirles sobrevivir en el ambiente seco donde vive.
Cistus albidus
Cistus monspeliensis
En cambio esta jara, aunque también posee atributos para hacer frente a la escasez de agua, tiene un color verde negruzco en tallo y hojas que le confieren un aspecto más oscuro. La contrapartida es el color blanco intenso de los pétalos.
Cistus monspeliensis
Cistus populifolius
Aunque en la naturaleza habita las mismas zonas geográficas que Cistus ladanifer, se diferencia porque prefiere ocupar lugares más umbríos y con menos exposición al sol. Dato a tener en cuenta si queremos utilizar jara en un jardín con abundante sombra. Las hojas se asemejan a las hojas de los álamos.
Cistus populifolius
© NHQ9801
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